Cuesta Blanca es una pequeña localidad situada en el departamento de Punilla, provincia de Córdoba. Si bien es un sitio "poco conocido", es completamente único en la región debido a que es un oasis de tranquilidad. Además, reúne un hermoso paisaje serrano y sus balnearios de aguas claras permiten practicar buceo de río y otras actividades. Por otro lado, posee una importante oferta gastronómica que invita a un paseo de sabores regionales. 

Las sierras cordobesas siguen siendo uno de los destinos más elegidos de Argentina. No solo son elegidas por la bella naturaleza que las rodea, sino que también porque ofrece variedad de opciones para todos los gustos y presupuestos. Carlos Paz, La Falda o Villa General Belgrano son algunos de los centros más populares de la zona, sin embargo, a menos de una hora del centro (46 kilómetros) se esconde una perlita que vale la pena conocer y disfrutar en pareja, familia o amigos. 

Un pueblo con mucha historia 

Sus primeros pobladores fueron comechingones y fueron ellos quienes establecieron el nombre del paraje que, según dicen los vecinos, hace referencia a las minas de cuarzo que al abrir de calles se dejaban ver con un color blanco inmaculado, aunque hay otra versión que establece que fue bautizada en referencia a la paja fina y blanca que crece en las laderas de los cerros. Este pueblo originario dejo en la región múltiples recuerdos arqueológicos como morteros, pinturas rupestres, flechas y utensilios.

Con el paso de los años, durante la época colonial, el sitio se conformó como una plaza de carretas llamada “Puesto de las Achiras” y que era paso obligado para llegar a la ciudad de Tucumán. Pese a la larga historia que posee, la urbanización del pueblo como tal data de 1944 y fue reconocido por el gobierno provincial en 1993. Actualmente, la localidad tiene poco más de 500 habitantes que se dedican a las actividades de turismo. 

Un sitio muy pintoresco  

Cuesta Blanca es uno de los rincones más lindos del Valle de Punilla, ya que se mantiene al margen de los grandes aglomerados y prácticamente no existe la contaminación, de hecho, forma parte de la Reserva Hídrica Provincial Los Gigantes que es un lugar ecológicamente protegido. Asimismo, a lo largo de la localidad, se encuentran distintas playas de arena fina que están rodeadas de diversa flora autóctona como molles, espinillos, pasionarias y tabaquillos. Además, están bañadas por cristalinas aguas de río. 

Otro de los puntos que recibe muchos visitantes es El Diquecito que está conformado por una vieja construcción de piedra que baja en forma de cascadas y está rodeada de un pequeño cerro donde se pueden tomar las imágenes panorámicas más especiales. En cuanto a balnearios, el más popular es el de "Los Hippies" debido a que se mantiene 100% natural. Además, vale la pena visitar Las Tres Cascadas, el arroyo San Pablo, y la Laguna Negra. Más allá de las lindas vistas, la clave de este sitio se encuentra en disfrutar el tiempo al aire libre.

¿Qué hacer en Cuesta Blanca?  

Los balnearios de la localidad son ideales para las familias porque el río posee diversas profundidades, por lo que lo pueden ser disfrutados tanto los niños, los jóvenes y adultos. Aprovechando las aguas transparentes, una de las actividades que más adrenalina genera es el buceo por el río. Actualmente, este espacio es el segundo lugar en el país, después de Puerto Madryn, que mayor cantidad de buceos registra anualmente. 

Por otro lado, se destaca el criadero de langostas australianas y las áreas de pesca donde principalmente se encuentran truchas. En la zona de sierras, se pueden realizar trekking, ciclismo o cabalgatas. Asimismo, vale la pena mencionar la buena gastronomía que hay en Cuesta Blanca. En el pueblo se pueden encontrar paradores, terrazas, pequeños bares y cafeterías  que ofrecen gran variedad de platos regionales y tradicionales.