El papa Francisco pidió hoy que la política intervenga para regular alquileres y sueldos para evitar que el libre mercado se vuelva "salvaje", en un encuentro sobre el denominado "invierno demográfico" que atraviesa Italia y toda Europa.

El sumo Pontífice aseguró que ante un contexto de "incertidumbre y fragilidad", las generaciones más jóvenes "experimentan más que nadie un sentimiento de precariedad, de modo que el mañana parece una montaña imposible de escalar".

En su participación del Estado General de la Natalidad, un evento de dos días dedicado a estudiar causas y elaborar propuestas para aumentar los nacimientos en el país europeo, Bergoglio lamentó "la dificultad" que existe para encontrar un trabajo estable, "la dificultad para mantenerlo, las viviendas prohibitivamente caras, los alquileres que se disparan y los salarios insuficientes son problemas reales".

Francisco los consideró "problemas que desafían a la política, porque está a la vista de todos que el libre mercado, sin los correctivos indispensables, se vuelve salvaje y produce situaciones y desigualdades cada vez más graves".

En ese sentido, amplió luego el Papa, "para describir el contexto en el que nos encontramos, estoy pensando en una cultura que no es amiga, si no enemiga, de la familia, centrada como está en las necesidades del individuo, donde los derechos individuales continuos son exigidos y no se mencionan los derechos de familia".

La presencia de Francisco junto a la premier italiana Giorgia Meloni se da en un contexto denominado de "cunas vacías" que marca el récord histórico negativo de nacimientos de 2022 (392.598), y que produce un "invierno demográfico" en Europa y en  Italia en particular, dentro de un evento que busca promover una campaña para llegar a los 500.000 nacimientos en el país para 2033.

En ese marco general, siguió Francisco, "en particular, existen condicionamientos casi insuperables para las mujeres". "Las más perjudicadas son ellas, mujeres jóvenes a menudo forzadas a la encrucijada entre la carrera y la maternidad, o aplastadas por el peso del cuidado de sus familias, especialmente en presencia de ancianos frágiles y personas no autónomas", denunció luego.

Tras la participación de los dirigentes de las principales fuerzas políticas italianas, el Papa consideró que, "en efecto, el nacimiento de los niños es el principal indicador para medir la esperanza de un pueblo".

"Si nacen pocos, significa que hay poca esperanza. Y esto no sólo tiene repercusiones desde el punto de vista económico y social, sino que socava la confianza en el futuro", sostuvo.