Este lunes, la casa más famosa del país vivió momentos de tensión y congoja que son difíciles de manifestar. ¿El motivo? Alfa decidió tomar las valijas, saludar a todos e irse de Gran Hermano

Sin embargo, con el correr de las horas -y pese a que muchos de sus compañeros se mostraban incrédulos ante la situación-, se conoció el verdadero origen de toda esta secuencia montada por el más veterano de la casa. 

Con tal de ganar una rica paella para compartir entre toda la casa, Alfa prometió amagar con abandonar la competencia. El hermanito aceptó el reto propuesto por el “Big” con facilidad, y este lunes por la mañana comenzó sus preparativos para "dejar" la casa de Gran Hermano. 

Muchos no le creyeron, ya que no es la primera vez que el hombre manifiesta su deseo de dejar el certamen, algo que finalmente nunca logró. Pero ahora, algunos “compraron” su discurso e intentaron convencerlo.

Romina, muy triste tras lo sucedido.

Así fue su íntima amiga Romina Uhrig. La exdiputada mantiene desde un primer momento una buena relación con Alfa, pese a que también tuvieron varias idas y vueltas por la convivencia. 

“Dale, Alfa, no me jo...”, comenzó diciendo Romina, mientras intentaba, junto a sus compañeros, frenar la descabellada idea con la que Alfa se había levantado esa mañana. 

Con una actuación digna de un premio, muchos de los que dudaban de la actitud de Alfa comenzaron a creerle. “Porque la c*gué. A veces siento eso, de verdad, no es mentira”, explicó en su discurso. 

Seguido, Romina rompió en llanto. “Te juro que no te la perdono más, no digas esas b*ludeces. Si estás haciendo una broma, listo, guardátelo”, le sostuvo ella, mientras el confrontó: “Hace tiempo que lo siento. Más allá del juego y de todo. En serio”. 

Más tarde, la voz del “Big” llamó a Alfa. Romina, seguía: “Pensalo bien”. “Siente hace tiempo ya que le queda poco de vida y que se quiere ir a disfrutar con la familia”, le dijo ella a otro compañero. 

Santiago del Moro fue quien después apareció y continuó con la farsa, mientras muchos -incluyendo Romina- no podían creer lo que pasaba. “No te puedo creer”, era lo que muchos afirmaban. 

El desenlace de esta historia es conocido. Alfa tomó su valija, se acercó a la puerta, dio media vuelta y no se fue. Muchos se rieron, aunque otros -como Romina- continuaron un rato enojados. Ahora solo resta celebrar con la paella.