Por Marcelo Peralta Martínez
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Existen decenas de películas y cientos de libros que hacen referencia a la existencia infinita. Claramente, ninguno de estos habla de la vida real, sino son ficciones, y hasta muchas veces utopías.

Recientemente, una polémica nació luego que el multimillonario Jeff Bezos, quien se hizo famoso tras fundar Amazon, y el también acaudalado Yuri Milner, especialista en inversiones en proyectos de alta tecnología, se unieron en busca de la fórmula para revertir el envejecimiento y lograr la vida eterna.

Así, Bezos decidió invertir en una empresa biotecnológica que aspira a darle la vuelta al proceso vital mediante la reprogramación celular.

El debate surge por las consecuencias que podría traer este flamante estudio que busca aletargar la vida del ser humano, generando no solo un riesgo para nuestra existencia sino también una dualidad ecológica.

Cabe señalar que Bezos, junto a otros multimillonarios como Elon Musk, anteriormente invirtió en una empresa antienvejecimiento llamada Unity Biotechnology, especializada en la eliminación de las células senescentes y por su parte el interés de Milner en la reprogramación celular tiene fines filantrópicos.

De esta manera, fundó Milky Way Research Foundation, una organización sin fines de lucro que otorgó subvenciones por un millón de dólares durante tres años, a varios investigadores de la longevidad.

Primeros detalles


El objetivo de la unión entre ambos millonarios es la financiación de las investigaciones de una empresa biotecnológica la cual trabaja en la búsqueda para hallar una forma de revertir el envejecimiento, llamada Altos Labs.

En esta línea, la flamante firma creada en Estados Unidos durante este año recaudó más de 270 millones de dólares, marcando un hito en tan poco tiempo, logrando semejante suma informó en una publicación reciente la web MIT Technology Review, en donde cita fuentes de la investigación.

Gracias el capital que el estudio maneja, la idea de las cabezas del desarrollo buscan examinar la reprogramación celular. Al mismo tiempo, agregar una batería de proteínas especiales a una célula en particular para “programarla” a que vuelva a un estado similar al de la célula madre.

Cabe señalar que el sustento económico del proyecto permitió que Shinya Yamanaka, quien en 2012 ganó el premio nobel de medicina, y es el autor de la tecnología, será el científico senior, además de presidirá el consejo asesor científico de Altos Labs.

Por su parte, el biólogo español del Instituto Salk, en California, Juan Carlos Izpisúa Belmonte, quien tiene como experiencia haber trabajado en investigaciones donde se mezclaron embriones humanos y de monos será parte del equipo de científicos.

Mientras que, Izpisúa Belmonte predijo que con los resultados obtenidos podría existir la posibilidad, amplia, de prolongar la vida humana como “mínimo 50 años”.

Según indicaron los líderes y financistas del proyecto, ambos se comprometieron a darle total libertad a los científicos para que pueden realizar una investigación profunda, sin ningún tipo de limitación para determinar cómo envejecen las células y cómo así lograr revertir ese proceso para siempre.

De esta manera, lo que Altos Labs busca es la forma de adaptar la reprogramación para ver si puede rejuvenecer a los animales, siempre en forma segura y sin riesgos futuros, para que luego el proceso se pueda llevar a cabo con medicamentos comunes disponibles para toda la humanidad.

Consecuencias

Temor por el futuro. Expertos sealan que la vida eterna para el ser humano pondría aún en mayor peligro al planeta. Sí en la actualidad el calentamiento global, la superpoblación y la pobreza están poniendo en jaque a la nuestra existencia, peor sería aun si el ciclo de la vida se rompe, corta o interrumpe y se hace eterno, literalmente.

Al mismo tiempo, biológicamente representaría para la humanidad un fuerte desgaste a pesar de tener las células rejuvenecidas, al cual podría acarrear nuevas complicaciones, nuevos males y hasta nuevas enfermedades.

Por otra parte, este proyecto afectaría directamente el promedio de vida de edad, dejando este dato meramente a estadísticas ya sea por enfermedades o accidentes de tránsito.

Quizá sería bueno que el estudio pueda permitir y ayudar a “rejuvenecer” algunas células con el fin de salvar vidas, como así también mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que lo necesiten revirtiendo males y padecimientos históricos, aunque de todas formas las consecuencias reales, podrían ser devastadoras tanto a nivel socio cultural, como ecológico y biológico.

PRUEBAS ANTERIORES
YA HUBO OTRO INTENTO


"Aunque hay muchos obstáculos que superar, el proyecto tiene un potencial enorme”, dijo Yanamaka, ilusionado en que el estudio concluyó con resultados positivos.

Además, el biólogo español Manuel Serrano, del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, en 2016 ya probó esta tecnología en ratones vivos. Quien también ya hizo sus armas en la citada materia, es Steve Horvath, un profesor de la Universidad de California, quien se sumó al equipo para aportar sus conocimientos debido a que es el desarrollador de un “reloj biológico” el cual que puede medir el envejecimiento humano, como nunca antes se realizó.

Una vez se enciende el alerta debido a que el experimento trajo consigo problemas en los animales como tumores embrionarios