Entre 2016 y 2024, la relación entre la jubilación mínima y la canasta básica total de un adulto mayor mostró una tendencia descendente: ese haber tiene cada vez menos poder de compra real.

En abril de 2016, la jubilación mínima representaba 1,8 veces la canasta básica de un adulto mayor, lo que indicaba que los ingresos de los jubilados eran más que suficientes para cubrir las necesidades básicas, alejando a esta población de la línea general de pobreza.

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En febrero de 2024 llegó a un mínimo de 0,6, lo que coincidió con la jubilación más baja liquidada desde el Ejecutivo en los últimos 15 años, de acuerdo a un relevamiento de la Fundación Éforo, que se presenta en su sitio web como “ideada por un grupo de personas de la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC)”. 

Ese mes, la jubilación mínima no alcanzó a cubrir la canasta básica; es decir, los adultos mayores que perciben la mínima se encontraron por debajo de la línea de pobreza.

En los últimos 15 años, se comprueba la consolidación de una tendencia a la baja de las jubilaciones, acelerada en los últimos nueve meses, y que se expresa en una caída de en torno a 34% de las jubilaciones promedio liquidadas por las últimas cinco gestiones del gobierno nacional, arrojó el sondeo.

Producto de un aumento del 2,69%, la jubilación mínima pasará de los $252.798,48 de noviembre último a $259.598,76 en diciembre.

El impactante superávit de la ANSES

En un hecho sin precedentes en la última década, la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) registró entre enero y octubre un superávit financiero acumulado de $5,2 billones.

Mientras que el total de la Administración Pública Nacional (APN) tuvo un superávit de $1,9 billones, una mirada desagregada revela que esa cifra respondió en gran parte al excedente del organismo previsional.

"Si excluimos los recursos y gastos de la ANSES, el resto de la APN arrojaría un déficit de más de $3 billones", indicó en un informe la Fundación Éforo.

En los primeros diez meses del año, la ANSES recaudó un total de $36,3 billones, mientras que sus gastos alcanzaron los $31,1 billones, resultando en un superávit neto de más de $5 billones.