Nuestros días en la Tierra podrían estar contados. De hecho, para fines de este siglo, la población mundial podría comenzar su inevitable declive, argumentó el paleontólogo y editor de la revista Nature, Henry Gee, quien no tiene reparos en usar la palabra "extinción".

"Sospecho que la población humana está destinada no solo a la contracción sino al colapso, y pronto", escribió. Gee señala la falta de variación genética, la caída de las tasas de natalidad, la contaminación y el estrés causado por vivir en ciudades superpobladas como receta para el desastre.

"Tan pronto lleguemos al 2100, el tamaño de la población mundial podría ser menor de lo que es ahora. En la mayoría de los países, incluidos los más pobres, la tasa de natalidad está ahora muy por debajo de la tasa de mortalidad. En algunos de estos, la población pronto será la mitad del valor actual", continuó.

Mientras la sobrepoblación es nombrada como una de las problemáticas actuales, el biólogo y paleontólogo argumentó que la subpoblación es un problema aún más grande. A pesar de que la población sigue aumentando, la tasa a la que lo hace se ha reducido a la mitad en comparación con 1968, cuando se produjo la tasa de crecimiento más alta de la historia. Incluso ahora, la tasa de natalidad es más baja que la tasa de mortalidad, argumenta.

El calentamiento global es otra de las grandes causas detrás de la extinción humana, según Gee.

El experto agregó que este problema se ve aumentado por efectos directamente ligados a los seres humanos: en las últimas décadas, la contaminación ambiental y factores como el estrés psicológico en el mundo moderno causaron un declive en la calidad de la esperma humana. Gee también cita la decisión de las mujeres de tener hijos más tarde en la vida o no tenerlos como un agraviante de la situación.

Finalmente, Gee determina la decadente situación económica mundial como otra causa detrás de los menguantes números de la humanidad: "Hoy en día, la gente tiene que trabajar más y más para mantener el nivel de vida de que disfrutaban sus padres, si es que es posible obtenerlo. De hecho, existe una creciente evidencia de que la productividad económica se ha estancado o incluso disminuido a nivel mundial en los últimos 20 años. Un resultado podría ser que la gente esté postergando la posibilidad de tener hijos, quizás tanto tiempo que su propia fertilidad comience a declinar", determinó el biólogo.

Los humanos, muertos andantes

La humanidad ya estaría en camino a su inevitable fin.

Además de los factores naturales, Gee explicó que la razón de la extinción humana también es, esencialmente, el tiempo: "La amenaza más insidiosa para la humanidad es algo llamado 'deuda de extinción'. Llega un momento en el progreso de cualquier especie, incluso las que parecen prosperar, en el que la extinción será inevitable, sin importar lo que puedan hacer para evitarla".

"Las especies que corren mayor riesgo son aquellas que dominan parcelas de hábitat particulares a expensas de otras, que tienden a migrar a otros lugares y, por lo tanto, se encuentran más dispersas", postuló Gee. "Los humanos ocupamos más o menos todo el planeta, y con nuestro secuestro de una gran parte de la productividad de este parche de hábitat a nivel planetario, somos dominantes dentro de él".

En otras palabras, nuestras acciones eventualmente nos alcanzarán. Mirando los devastadores efectos que el calentamiento global genera sobre nuestro hábitat, la humanidad podría "ya ser una especie muerta andante", argumentó Gee. "Las señales ya están ahí para aquellos que deseen verlas", escribió. "La verdadera pregunta es '¿Qué tan rápido?'".