Conocemos bien la existencia de pueblos abandonados con historias terribles a lo largo y ancho del mundo. Pero a veces olvidamos que en Argentina tenemos nuestros propios Chernóbils ucranianos o Bodies del “lejano oeste” de Estados Unidos. Tanto por haber atravesado desastres naturales, errores humanos o crisis económicas, podemos armar un top 5 de los pueblos fantasmas más conocidos de Argentina.

Estos sitios abandonados son lugares propicios para filmar una película de suspenso o de terror. También pueden visitarse para entender su historia y los hechos que hicieron que el tiempo marcara su auge y su declive. El portal turístico Wine Republic enumeró la siguiente lista de pueblos fantasmas y lugares abandonados de nuestro país.

Pueblo fantasma de Gándara, provincia de Buenos Aires

Gándara fue una empresa láctea popular en los años ochenta. Su competencia con las primeras marcas pudo sostenerse casi el comienzo de los 2000, cuando fue comprada por la empresa italiana Parmalat, hasta su ruina total.

Gándara, provincia de Buenos Aires.

La planta de lácteos estaba localizada en Chascomús, donde tenía su propio pueblo en el que vivían decenas de empleados con sus familias. El pueblo tenía escuela, hospital, capilla y todo lo necesario para hacer de la vida de los empleados de la fábrica algo más placentera.

Como todo pueblo abandonado, Gándara tiene su encanto, vestido de polvo, pastizales y humedad latente.

Pueblo Escondido, Córdoba

Ubicado en a la vera del Cerro Áspero, en el Valle de Calamuchita, el Pueblo Escondido vivía de la extracción de wolframita, una clase de mineral óxido que se utilizaba para la industria bélica y para hacer aleaciones de acero de alta resistencia al calor e impacto.

La actividad humana en esa zona tuvo su auge entre 1895 y 1970. El pueblo estaba habitado por los trabajadores de la zona. Solo sobrevive un montón de escombros y casas abandonadas junto al río Paso del tigre, en un vallecito de vistas asombrosas a las serranías de Córdoba y San Luis.

Pueblo Escondido, en San Luis.

Además de las casas de los trabajadores de la mina, también había construcciones dedicadas a la separación, molienda y concentración de los minerales extraídos. Luego de esos procesos, la wolframita se exportaba.

El negocio funcionó desde la segunda guerra mundial hasta fines de 1960, cuando la mina cerró como consecuencia del bajón de precio mundial del tungsteno (cuya composición requiere de la wolframita que se extraía en la mina) y por la irrupción de este material producido en China (volumen que en la actualidad concentra más del 85% de la producción mundial).

Para visitar Pueblo Escondido se debe partir desde villa de Merlo, en el camino hacia el pueblo cordobés de La Cruz, a 25 kilómetros del ingreso. Para adentrarse hay que utilizar vehículos 4×4, o bien se puede dejar el vehículo al costado del camino principal y caminar unas dos horas. El camino está indicado en una piedra, escrita con aerosol.

El embrujado hotel embrujado Viena, Córdoba

El hotel Viena de Miramar, en Córdoba, fue alguna vez el hospedaje más elegante y acertado para las personas adineradas de la época de 1940, año de su inauguración.  Situado a un margen de la laguna Mar Chiquita, en el Noreste de Córdoba, el Viena era el hotel donde la alta sociedad cordobesa solía descansar, en un intento de emular las vacaciones europeas.

El predio estaba equipado con una bomba de nafta propia, ascensores marca Siemmens y aire acondicionado en los salones. Además, el recinto ofrecía exóticos servicios para la época como la fangoterapia.

Hotel Viena, en Miramar, a la vera de Mar Chiquita.

Como el Hotel Eden en La Falda, los propietarios del hospedaje eran alemanes, por lo que también se cree que allí se refugiaron líderes y militares nazis. Y si del tema hablamos, también se especula que allí podría haberse refugiado nada más ni nada menos que el propio Adolf Hitler.

Misteriosamente, la naturaleza castigó al hotel Viena de Córdoba, cuando en 1977 una inundación ahogó sus lujosas instalaciones.

Pero su historia no termina allí, ya que los habitantes de Miramar, en Mar Chiquita aseguran que en la habitación 106 existe actividad paranormal, causada por dos fantasmas o espíritus en pena.

Para visitarlo, puede hacerse mediante las guías turísticas brindadas por la municipalidad de Miramar, pero los pobladores advierten que es el lugar más embrujado de toda Argentina.

Pueblo de Epecuén, Buenos Aires

1500 habitantes vivían en Epecuén, un balneario bonaerense, que gracias a las propiedades curativas de las aguas del lago habían hecho del lugar un sitio muy concurrido por turistas desde 1930, a la altura de competir con Mar del Plata.

Villa Epecuén, en Buenos Aires.

El negocio caminaba sobre rieles hasta década del 60, cuando luego de temporadas de extrema sequía se necesitó llenar el lago de manera artificial, pero el remedio resultó ser peor que la enfermedad.

Cuando la época de intensas lluvias llegó en 1985, la cota del lago aumentó de manera tan violenta que el muro de contención se desbordó. Todo el pueblo debió ser evacuado. Recién años más tarde, el agua comenzó a bajar y se pudieron ver los escombros de la antigua ciudad de Epecuén. 

Capilla Nuestra Señora del Monte Carmelo, Mendoza

El templo fue construido a fines del siglo XIX y pertenecía a la familia mendocina Suárez. En 1940 la viuda de Suárez donó el templo al Arzobispado de Mendoza para uso público. Pero luego, en 1980, con la inauguración de una nueva capilla para el distrito de Agrelo, la vieja capilla quedó abandonada.

El santuario católico está ubicado en Mendoza. En 2014 la capilla fue declarada de interés Patrimonial Histórico y Cultural. Pese a eso, la capilla se encuentra en muy malas condiciones y en un abandono total y con los accesos tapiados.

Capilla de Nuestra Señora de Monte Carmelo.

Según el portal Mendoza Antigua, las paredes de la capilla están muy frágiles y sus coloridos techos rasgados, maltratados duramente por el inminente paso de los años. Además, el lugar fue vandalizado y sólo una pesada y quebradiza cruz en lo más alto del frente del templo queda como insignia católica.