La dieta del argentino promedio tiene un 46% de carne vacuna, 39% de aviar y 15% de porcina, de acuerdo con un reciente informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Además, la proporción de carne bovina aumentó "2,3 puntos porcentuales respecto a 2022, alcanzando niveles cercanos a los registrados en 2019”, detalló el reporte.

De ahí la importancia de una caída de precios de los cortes vacunos registrada en el último tiempo en las carnicerías -comprobada este miércoles por un relevamiento de Crónica-, en medio de un escenario inflacionario general que no da respiro. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó el 14 de junio pasado que la inflación fue de 7,8% en mayo último y reportó que la variación interanual trepó al 114,2%. Mientras que el segmento de los cortes bovinos tuvo una suba mensual de sólo 1,5%.

Y un reciente informe del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) lo vino a confirmar. Su sondeo, que englobó a 28 cortes, indicó que el valor creció en mayo 1,9% y, anualizado, 70%.

Además dieron un dato en el que se basaría el fenómeno de precios de los productos bovinos. La faena de la carne vacuna repuntó un 12% interanual en el acumulado de los primeros cinco meses de este año, con un total de 6 millones de bovinos sacrificados, contra los 5,36 millones que se habían registrado en el mismo período de 2022, según informó el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC).

Además, la producción de carne bovina de mayo último fue de aproximadamente 1,2 millones de cabezas procesadas, lo que representó un alza de 8,7% con respecto a abril. Asimismo, eso implicó un aumento de 10,4% con relación a mayo de 2022.

El reporte del ABC puntualizó además una leve suba en el porcentaje de hembras en la faena. Indicó que, en mayo último, se ubicó en un 48,3% de la faena total, moderadamente por encima del 47,3% que se había registrado en el mismo lapso del 2022.

Qué dicen desde los mostradores de la carnicería

Carlos Príncipe, más conocido como “Nucho”, tiene tres puestos de venta de carne en la zona porteña de Primera Junta, en el barrio de Caballito.

Empezó a los 13 años a trabajar en el rubro y quedó a cargo del negocio que su abuelo fundó en 1919, cuando empezó a vender sólo cordero en una feria de la zona.

Además de tener todos esos pergaminos como para hacer una evaluación del fenómeno de precios de la carne, se lo conoce como "El Rey de la Molleja". Su mercadería era la debilidad de Diego Maradona.

“Entrando de 10.000 a 12.000 animales por día al remate de hacienda, bajan los precios. Eso influye por la ley de la oferta y la demanda. Es diferente a cuando entraban 5.000; cuando no había cabezas y se peleaban por comprar”, analizó Príncipe este miércoles en diálogo con Crónica.

Y agregó: “En este último tiempo hubo reducción de precios en los cortes populares. Y, en los cortes más caros, se mantiene el precio hace ya dos meses; lo que, teniendo en cuenta la fuerte inflación general, es como si hubiese bajado”.

Además manifestó que los costos que complican a los carniceros ahora no pasan por la mercadería, sino por “los alquileres, los laborales y el mantenimiento de equipos de refrigeración; por ejemplo, si se estropea el motor de una heladera, su reposición vale $200.000”.

En ese sentido resaltó que los implementos con los cuales se entrega la mercadería, como bandejas y bolsas, “suben 20% por mes”.

Los cinco cortes más económicos

Crónica consultó precios en una carnicería de la Ciudad de Buenos Aires en la que este medio ya había preguntado hace un mes por los cinco cortes más económicos. La nueva consulta comprobó la baja de precios en algunos y una suba ínfima en otros.

De menor a mayor costo, el primero es el osobuco, que está en las patas traseras de la vaca y está conformado por hueso con carne. Costaba $1.600 el kilo y ahora se vende a $1.290.

También está entre los productos de carnicería más accesibles el azotillo, un músculo que recubre parte del cuello de la vaca. Se lo vendía a $1.900 el kilo y en la actualidad se lo ofrece a $1.790.

El tercer corte económico es la tortuguita, un músculo ubicado entre el peceto y la cuadrada. Se lo conseguía a $1.800 el kilo y en la actualidad se lo vende a $1.900.

El cuarto producto de carnicería accesible es el rosbif (roast beef en inglés; roast, asado, y beef, carne de vaca). Forma parte del cuello del animal. Se lo ofrecía a $1.990 el kilo y ahora se lo puede comprar a $1.890.

De última está la palomita, que se la vendía a $1.900 el kilo y ahora se la ofrece a $2.000.