El éxito de "Esto es ¡FA!": así son las cálidas "tertulias" con artistas en la casa de Mex Urtizberea para reflexionar, debatir y musicalizar desde la autenticidad
Todos los meses, desde hace dos años, Mex Urtizberea abre las puertas de su casa en el corazón de la Ciudad a un puñado de personalidades de la cultura y el ámbito intelectual del país. Crónica participó del último Esto es ¡FA! del año para develar cómo se cocina y se materializa ese encuentro desde el detrás de cámara.
Tertulia: "reuniones sociales organizadas en las casas de los vecinos de los sectores encumbrados, según los criterios sociales del mundo colonial. Durante las tertulias, hábito que continuó durante los tiempos de la independencia, los hombres y mujeres desarrollaban el arte de la conversación y el consumo de bebidas y comidas típicas".
El reloj daba las ocho de la noche de uno de los primeros martes del mes, cuando abrieron las puertas del lugar. Casi no quedaba luz solar, circulaba poca gente, en el barrio nadie parecía percatarse que una de las casas de la cuadra de repente resonaría más de lo normal y latiría con la misma fuerza de la música que saldría de los parlantes.
La casa era la de Mex Urtizberea, un centro de encuentro en medio de la Ciudad de Buenos Aires al que todos los meses, desde hace alrededor de dos años, son convocados distintos referentes de la cultura argentina que parecieran haber constituido, a esta altura, una especie de primaje, para llevar adelante otro Esto es ¡FA!, un programa devenido en “tertulia”, como lo llaman delante y detrás de escena.
Al ingresar a esa casa, fiel a la estructura arquitectónica del siglo XIX, todo escapa de lo habitual: la gente circula sin parar, los espacios desbordan personalidad, los artistas se amontonan, se saludan, se reconocen de lejos, mientras van llegando y esperan la conversación que luego da pie al momento musical.
Se arrimarían a la mesa alrededor de las 21:15 Naty Peluso, Julian Kartún, Rep, Zoe Gotusso, Griselda Siciliani, Felipe Pigna, Marcos Aramburu, Bhavi, Leila Guerriero, Diego Fernández Slezak y Ernesto Tenembaum, todas figuras de relevancia que integran tanto la corriente artística como intelectual de nuestro país.
Pero todavía faltaba para el diálogo entre copas de vino mientras intercambian ideas, inquietudes y experiencias propias. Recién eran las 20:15, aunque algunos ya estaban dando vueltas: Kartún se prendía algún que otro cigarrillo y esquivaba el cholulaje, Guerriero hablaba con Slezak en un rincón que después estaría repleto de gente, para pasar, minutos después, a conversar con Rep, Aramburu recién llegaba, saludaba con calidez a Mex y señalaba a su compañera "colada", como la llamó cariñosamente el anfitrión, Ofelia Fernández, observadora de la cena que esta vez no se pronunciaría.
El ritual era el de siempre, pero ya desde el inicio la encargada de prensa de Esto es ¡FA! advirtió: "Hoy particularmente va a ser un caos. Hay mucha gente". Y es que se trataba del último del año, algo que se veía venir al notar la masa de personas que se acumulaba sobre el deck del patio. Darse media vuelta en la casa de Mex Urtizberea era cruzar miradas con figuras como Lito Vitale, Virginia "Señorita Bimbo", Tomás Quintín Palma, Luciano Masliah, Julieta Pink, y muchos más.
Pasando la entrada, siguiendo por el living que se anexa al comedor y saliendo del área de la cocina está el patio, un terreno amplio que culmina con el escenario donde aguardan los intrumentos que musicalizarían el evento más tarde. Al salir, a la derecha se encontraba la comida: los invitados y su compañía se enfilaban para comer un choripan recién salido de la parrilla, iban y venían porciones de pizza y siguiendo derecho, estaba a mano la variedad de bebidas. Nada estrafalario, sino más bien, un picoteo digno de una reunión “argenta”.
Mientras se espera el arranque de la grabación, afuera todos y todas menean sus vasos medio llenos, van fichando las porciones restantes de pizza y admiran el lugar. La mayoría de quienes estaban ahí quedaban asombrados. Al margen de simular ser un estudio de grabación en cada edición, la casa no deja de ser un hogar: cada espacio está lleno de vida y emana la esencia de ¡FA!, que mucho tiene del dueño de la casa.
Mex Urtizberea no dejó de atajar saludos. A esa altura tempranísima de la noche ya era una estrella sacándose fotos con el círculo íntimo de quienes se iban a sentar en su mesa a reflexionar con él sobre la temática elegida.
No solo circulan figuras reconocidas del cine, la televisión o los medios, sino que también van y vienen los integrantes de la producción, que igualan o hasta superan en número a los primeros. Mucha gente trabaja para que la cena sea un lujo en todos los planos que abarca. E igualmente, ninguno se pierde del festejo: un griterío furioso sobrevuela el área de la mesa que van armando de a poco, y se reparten abrazos entre ellos.
"Como ves, todo va fluyendo. Nos divertimos mucho", sostuvo Florencia, artista plástica cuya tarea es pensar y llevar a cabo el arte de cada ¡FA! en base a la temática de la ocasión. Ese martes, el tópico era el futuro. Cada rincón de la casa exhibía referencias curadas meticulosamente que intentaban revelar el tema: proyecciones de algún fílmico en blanco y negro, carteles de neón, objetos espiralados. Pero también, una estética afín al ADN cultural del país en posters, caricaturas e historietas retro agitadoras enmarcadas que cuelgan alrededor del sector comedor. Frente a ellos, cuadros de pintores clásicos y más detalles que componen la naturaleza de ese espacio.
"La temática la eligen los chicos, Mex y Nico (Tolcachier, director del programa)", continuó la artista de producción. Mientras hablaba, esquivaba tironeos de sus compañeros que se tiraban el lance a ver si lograban un abrazo de pasada.
Sin que nadie se percatara, se hicieron las 20:50 y se empezó a llamar a los invitados para acercarse a la mesa. La dispersión era general y el entretenimiento era tal que pocos salían de sus posiciones. Pero de entre la gente, Mex, que no había dejado de recibir a quienes llegaban, llegó para ordenar de manera tácita a la sala al sentarse en la última silla, lugar reservado para el anfitrión. A su derecha, una biblioteca que contenía todo tipo de aperitivo junto a un mini bar con copas, lo imprescindible para asegurar una verdadera reunión entre amigos y colegas.
Si hay algo que debe recalcarse, es el sello característico del ciclo: la autenticidad. Al margen del lujo que implica presenciar el programa, y sobretodo, aproximarse a cómo se cocina esa jornada que termina en fiesta, todo lo que se alcanza a ver en la versión final es real. Varios personajes de la cultura se conocen de antes, quizás de reuniones previas, por cruces televisivos, por haber presenciado proyectos del otro, o incluso por haber tocado en el mismo escenario, pero también están quienes se ven por primera vez y dan forma a la dinámica.
Lo auténtico del encuentro está a la vista y se puede palpar: el diálogo es fluido, hay miradas cómplices, se ríen fuerte, se agrupan en círculo, se amuchan uno al lado del otro, todo lo que es forjar un ritual.
Pero también lo auténtico de que cada pared guarde un detalle en honor a nuestra cultura y que homenajea a grandes intérpretes de la realidad argentina; la transparencia de artistas como Milo J que asistió nuevamente tras su presentación junto a Agarrate Catalina en ese mismo lugar, que esperaba la grabación sentado en un sillón desde temprano junto a su propio clan de amigos sin sumarse a la conversación, mientras le compartían un mate; o de Naty Peluso, que accedió a la grabación con una persona de su equipo abriéndole paso, para que, a modo de pasarela y fiel a su extravagancia que la viste de pies a cabeza, caminara con dos jóvenes muy estilosos atrás.
Mientras se acomoda la iluminación y hacen las primeras pruebas de cámara, Mex empieza a charlar con quienes están junto a él: Naty de un lado, Griselda del otro. Sin preocuparse por el timing, él ya está haciendo su propia sesión de diálogos que se pierden en el barullo infinito. Más atrás, otro conjunto de gente sigue disfrutando el exterior, pero de a poco el comedor se va llenando y el tránsito por la sala se hace cada vez menos posible.
A eso de las 21 empieza la grabación. Todos en sus lugares esperan su momento de hablar, aunque no hay turnos asignados ni un esquema forzado de intercambio, más bien, el disparador en torno al futuro fluye al igual que la dinámica de ¡FA!. El primero en hablar es, claramente, Mex, casi siempre con alguna anécdota que sirve de hilo conductor hacia el tema del día.
Desde las primeras oraciones, sus remates hacen reír a los integrantes de la mesa, pero más a quienes espectan el momento rodeando a la misma. Las personas, muchas invitadas de los invitados, otros seguramente, amigos y amigas de la casa, esperan con atención las primeras reflexiones. Algunos ven venir salidas como la de Felipe Pigna, quien, al consultarle Mex a qué época histórica viajaría, "¿Para adelante o para atrás?", contestó decidido: "A 1810". Todos se ríen, y lo hacen con más potencia cuando Bhavi suelta un sincero, "¿Qué pasó en 1810?", animando al entorno. Algunas respuestas similares generaban un desconcierto difícil de camuflar.
A contramano, Leila Guerriero admite con firmeza querer ir hacia adelante, al día en que finalmente se invente la teletransportación. Las caras que contornean la mesa se miran entre ellas y develan con gestos que suscriben a esa postura: al final, el tema es el futuro y lo que parece hacerlo atractivo, es la creencia de que todavía queda mucho por ver, así como la ilusión de hallar ahí más respuestas que en el presente.
Pero lo cierto es que aunque todos estaban en tema, siempre los disparadores habilitan otras hipótesis y bucean por más de un planteo. Por ejemplo, como pasó con la cuestión en torno a la marihuana, que incentivó miradas cómplices entre quienes sostenían el aparatejo de grabación, iluminación, e incluso el director de Esto es ¡FA! que circula por detrás de Mex monitoreando que todo esté en orden.
Atrás suyo, así como a los costados, los espectadores se ríen con timidez y algunas carcajadas resuenan en el espacio. Nadie parece estar trabajando y sin embargo, todo está finamente calculado dentro de los emergentes que puedan ocurrir.
Tratar con naturaleza una amplia gama de temáticas es una de las virtudes del ciclo, y quizás una de sus distinciones en materia comunicativa: en un mundo en donde el streaming opera como principal catalizador de las preocupaciones o hábitos actuales, y que está mediando diariamente la realidad de los jóvenes, el espacio que entre Mex y Nicolás Tolcachier junto a un extenso equipo de producción, arte y comunicación llevan adelante, habilita conversaciones con personalidades de la cultura popular argentina para poner sobre la mesa temas que son accesibles para un público diverso.
El hecho de que sea en una casa con una muchedumbre a su alrededor, da la sensación de algo familiar que no siempre consiguen transmitir programas hechos a esa medida en canales de televisión tradicionales. Ese día fueron un número estimado de 200 personas, una cantidad difícil de contener en una casa, aunque tenga un terreno amplio, y, sin embargo, nadie estaba excento de disfrutar en comunidad.
Nunca están de más los sitios de encuentro, y en ese sentido, al margen de transmitirse por YouTube, ¡FA! compone su propio relato dentro de la lógica del mainstream, propone disfrutar y a la vez, recoger hechos de ayer y hoy para reflexionar e intercambiar pensamientos en torno a inquietudes generales y hechos modernos, sin perder de foco la audiencia.
Cerca de las 21:30 el aire circulaba mejor, la sala se descomprimía de a poco. Unos salían a fumar, otros reponían los tragos a lo lejos y mientras tanto en la mesa, iban por el cuarto tema de la noche respecto a la espiritualidad y la religión. La pregunta de Mex, "¿Alguno es religioso?" se dirigía a todos y todas las presentes pero no hubo match fuera de la pequeña asamblea que aguardaba respuesta en la mesa.
A pesar de lo interesante de las ideas y sensaciones que se movían en la conversación, algunos ya no prestaban atención y señalaban particularidades del living, el piano, los cuadros, objetos de la casa que también protagonizan los encuentros.
En medio de esa descongestión, justo al finalizar el planteo acerca de la existencia del destino y al advertir que venía una pregunta final, un hecho casi fortuito, porque en realidad se trató de un cambio de planes, desvió instintivamente las miradas de todos hacia la entrada: se abrió paso Ernesto Tenembaum, último invitado que a pesar de estar anunciado, no había podido llegar hasta ese momento. "A cualquier hora", chicanea Mex.
La gente se ríe fuerte y aplauden la entrada triunfal. El periodista entra con algo de recato por la tardanza y se apura a sentarse para ponerse "al día" con el tema. La pregunta final siguió la misma línea que el recién llegado y tardó en aparecer. Se retomó la noche, quienes deambulaban por el patio y al frente de la casa se congregaron otra vez y el cachetazo de realidad se hizo presente: Tenembaum rápidamente asumió una visión pesimista del futuro y sus compañeros de mesa se veían desilusionados. Las energías decayeron cuando el conductor de Radio Con Vos adelantó que Donald Trump iba arriba en las elecciones de Estados Unidos, dijo que lo que vio no le gustaba y la atmósfera se tornó pesada.
A poco del final de la grabación Bhavi comparó una situación con el consumo pornográfico. Las pocas sonrisas que había esbozado el círculo íntimo se fueron yendo y sobrevoló una incomodidad leve que duró pocos segundos. "Es un capo", remató alguien cerca de la cámara principal. Antes de cerrar, Mex se tentó y contagió ese cosquilleo al resto.
A las 22 los artistas brindaron, hubo un plauso general y se pasó a la siguiente fase: el concierto. Antes de trasladarse por completo al área del patio, Hilda Lizarazu hizo su entrada y saludó a su pareja, Lito Vitale, que había permanecido sentado en el sillón siempre cerca de la mesa de encuentro tirando algunas muecas cuando algo le hacía ruido.
La mayoría pasó al jardín, se arrimó al escenario y esperó que arrancara la música. La banda sostuvo los instrumentos y dieron un último chequeo al sonido. Se iba sintiendo olor a cigarrillo de nuevo y se empezó a distender, aún más, la dinámica nocturna.
A las 22:30 como si estuviera meticulosamente cronogramado, dio inicio el momento musical que obtuvo el nombre de Sesiones ¡FA!. La primera en pasar al escenario fue Naty Peluso y las primeras notas del teclado delataron la canción: "Paisaje", el clásico de Franco Simone reversionado por Gilda. Conmovió la versión de la artista criolla cuya voz es una antena que envía ondas sonoras directas al corazón.
No está de más recordar que fue el último del año: 200 personas tuvieron el privilegio de presenciar versiones renovadas de artistas nuestros que conforman el semillero musical del país, por artistas nuestros que representan esa herencia.
Mientras se pasan el micrófono, entre el público hay movimiento y algunos aprovechan para renovar la bebida. En eso, una chica se acerca y revela que es vecina de Mex, por eso, suele asistir a las "tertulias" mensuales, como también a las Fiestas ¡FA! que reúnen lo mejor de las ediciones del año. Podría ser solo una historia más, pero es otra muestra de que vaya quien vaya, el dueño de casa y su súper equipo reparten ese sentimiento fraternal entre quienes están cerca. En palabras de otra invitada que acompañó a alguien de producción, "acá hay mucha lealtad".
Siguió Zoe con un clásico de Café Tacuba, "Eres". La atmósfera se relajó y su voz dulce fusionada a lo sensorial del tema despertaron varias emociones, hasta en un nene que cuando terminó se le acercó para hablar con ella con absoluta valentía.
El turno pasó a ser de Bhavi, quien entonó "Giros" del gran Fito Paez. Una canción que a pesar de estar fuera de su paleta musical, fue una elección clave para ser interpretada por él. Con su estilo y carisma el hit cobró otra vida.
Algo similar pasó con Julian Kartún, que pasó después de Bhavi y quien cantó un éxito de los sesenta compuesto por la cantante Violeta Rivas e interpretado mayormente por el mítico Palito Ortega, “Qué suerte”. La versión generó reacciones variadas, más que nada de sorpresa, pero finalmente despertó los ánimos y movió los cuerpos de quienes estaban cerca y más lejos del escenario.
Mex tocó el teclado y acompañó como siempre a la banda que musicaliza bajo el pianista que todo lo ve y escucha, Lito Vitale. Después del último tema, finalizó la última sesión ¡FA! del 2024 y, contra todo pronóstico por ser algo que no se ve en cámara, la fiesta no terminó ahí. La realidad es que recién empezaba y así, sin más que decir, se dio lugar a la "jodita" de ese martes de noviembre que irrumpió el principio de semana.
El encargado de mezclar la música en vivo fue Pato Smink, el dj de confianza que a esta altura es un infaltable de los encuentros, según lo que sostiene el círculo que rodea la mesa de bebidas. Anécdotas hay muchas, pero pocos podrían decir que Julieta Cardinalli llegó a su casa recién al final de la grabación para disfrutar lo que quedaba de esa noche entre baile y amigos. Según testimonios salidos directamente del equipo de ¡FA!, la actriz tiene el hábito de asistir desde que empezó el ciclo, allá por 2022. En ese entonces, caía acompañada de sus amigas Julieta Ortega y Andrea Rincón, a escuchar música desde el sillón de la sala.
Eso no es lo único que se puede hacer, si bien ya se recorrió todo lo sucedido en solo dos horas, grupos acotados suben y bajan a la terraza que ofrece la cuota justa de intimidad para observar lo que pasa desde la distancia adecuada, o bien para tomar aire y volver a mover el cuerpo.
Todavía quedan las Fiestas ¡FA! del 2 y 16 de diciembre. Próximamente se espera que el programa continúe y haya nuevas temáticas para repasar, debatir y que sirvan de excusa para el encuentro. Sin embargo, salir de esa casa-estudio lleva a pensar en cuántas de los espacios para reunirse y reflexionar pueden encuadrarse bajo la noción de tertulia hoy en día.
¿Cuánto queda de esa costumbre que en sus orígenes solo era funcional a la tradición de la alta sociedad porteña? ¿Cómo resignificar esa práctica que servía para unificar apellidos entre familias del poderío, pero también donde se llevaban adelante discusiones acaloradas acerca de los acuerdos políticos que alentaron el cambio de rumbo de la sociedad rioplatense?
Esto es ¡FA! logra, de alguna manera, trasladar esa dinámica a la meca cultural de nuestro país y convertirlo en algo auténtico para ser consumido por una amplia audiencia que no deja pasar la oportunidad de sacar a relucir el valor cultural de ese pequeño aporte en YouTube.
El futuro llegó hace rato y en medio de la incertidumbre, está bueno quedarse con lo que dijo Julián Kartún al cerrar la cena: "Mañana es mejor, como un cuentito".