Lionel Messi lleva seis meses como delantero del Paris Saint-Germain, y el diario local Le Parisien informa que el delantero se adaptó bien a su nueva vida en la capital francesa. A pesar de ser recibido como toda una estrella por los franceses, tanto empleados del PSG como vecinos del barrio destacaron la sencillez y amabilidad con las que el rosarino se mueve en su día a día.

Luego de algunas semanas en un lujoso hotel en el centro de París, Messi se mudó junto a Antonela Roccuzzo y sus hijos, Thiago, Mateo y Ciro, a una residencia de tres pisos en Neuilly-sur-Seine. La elección de barrio no parece haber sido al azar: el siete veces Balón de Oro vive en una zona donde hay mucha gente que no sabe nada de fútbol, por lo que puede llevar "la vida de un ciudadano común que aterrizó con su mujer y sus hijos en París".

Según reveló Le Parisien, un auto del PSG pasa por la nueva casa del rosarino todas las mañanas para llevarlo a entrenar a Camp des Loges: "A diferencia de Barcelona, donde solía ir solo al centro de entrenamiento del club blaugrana, no es él quien conduce todos los días. Pero un detalle dice mucho de su estado de ánimo, nos asegura un observador privilegiado. Si bien la mayoría de los que son llevados al entrenamiento van en la parte trasera del vehículo, a menudo se sienta junto al conductor en el asiento del pasajero".

Tanto los conductores como el personal de seguridad del PSG demostraron su asombro por la calidez de Leo. "Es de los que siempre dice 'hola, gracias y adiós'", destacó un empleado del club, quien también reveló que Messi pidió no tener ningún trato preferencial en el día a día para no sentirse al margen. Según Le Parisine, "la Pulga" se mostró flexible en casi todos los aspectos de su nueva vida en París, a excepción de uno: el idioma.

La prensa parisina alabó la calidez y humildad de Leo Messi.

Un empleado de una empresa que asesora a los jugadores del PSG le comentó al diario francés que Messi no toma lecciones de francés porque en el vestuario la mayoría habla español, ya que tiene como compañeros a sus compatriotas Leandro Paredes, Ángel Di Maria y Mauro Icardi. Si a esto le sumamos la presencia del rapai Neymar y el español Sergio Ramos, parecería que el rosarino no tiene la necesidad de hablar el idioma para entender todo lo que pasa a su alrededor en Francia.

A pesar de esto, el astro argentino no se niega a tener algunos intercambios en francés con sus hijos, quienes continúan su educación en un colegio trilingüe. Messi continúa comprometido con formar parte de la rutina de sus hijos, sorprendiendo a los otros padres cuando busca a sus chicos a la salida de la escuela, o cuando deja a Thiago y Mateo en la escuela de fútbol del PSG.

Dos de los hijos de Messi practican fútbol en el PSG.

"Es quizás en su casa donde más prueba el idioma francés, en compañía de sus muchachos que lo estudian en clase. Intercambiar frases en francés en tono de broma se habría convertido incluso en un momento de relajación y diversión entre la estrella y sus hijos en el corazón de un hogar donde pasa la mayor parte de su tiempo", confesó el empleado de una empresa que asesora a los jugadores del club francés para Le Parisine.

Messi tampoco desatiende sus relaciones, acompañando a su mujer a desfiles de moda y frecuentando algunos buenos restaurantes con amigos, entre los que destaca el comercio que es propiedad de Marco Verratti en pleno centro de la capital, un gran favorito de los jugadores argentinos. También ha sido parte de algún evento con compañeros de equipo, como el cumpleaños de Ander Herrera.

Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, visitando la Torre Eiffel.

"Messi ha sorprendido por su sencillez desde su llegada a Francia", destaca la prensa local. Mientras estuvo recuperándose del COVID-19 no pudo recibir visitas de sus amigos como Di María, Paredes y los demás. Pero, afortunadamente, su recuperación ya es un hecho y pudo retomar su "vida ordinaria". "Messi sigue siendo un hombre sencillo, respetuoso y considerado", concluyó la publicación local.