Día del payaso: la terrorífica historia que se esconde tras la nariz roja
Los artistas y bufones durante siglos han alegrado a niños y adultos bajo sus máscaras y rostros coloridos. ¿Qué se esconde tras esa careta?
El día de hoy se celebra el Día del Payaso. Esos seres que tienen la misión de alegrar a los más chiquitos. Que con sus gestos y morisquetas nos arrancan risas. Es que la de los payasos es una labor considerada una de las artes que tiene como fin hacer reír a través de trucos, chistes u otras habilidades que estos artistas tienen.
Sin embargo, la realidad no siempre es tal cual se presenta. Tras esas caras coloridas se esconden secretos que no todos pueden alcanzar y muchas veces el miedo es más fuerte que la alegría que dan.
Acerca del origen de los payasos, según cuenta la historia en el portal de misterios "Infinitas palabras misteriosas", estos hombres disfrazados con narices rojas, actuaban desde la Quinta Dinastía de Egipto en el año de 2500 A.C., durante el mandato del Faraón Dadker-Assi. Otras versiones indican que ya hay registros de estos artistas en China en el año de 1818 A.C.
Los primperos registros de estos seres dicen que seres alargados y deformes que salían de las profundidades de las montañas para secuestrar y devorar niños ya que su pureza e inocencia le daban a su carne un sabor único y especial.
Las imágenes que se obtuvieron muestran su piel verdosa pero con el rostro blanco y la nariz roja por el frió extremo. Los ojos grandes y amarillos por su adaptación a la oscuridad, dientes enormes, salidos y disparejos. El cabello se veía alborotado y enredado de color rojizo pLos payasos llevan existiendo como personajes desde hace miles de años.
De ahí surge la representación de estos bufones con su temible o alegre nariz roja.
Históricamente, los bufones y los payasos han sido un vehículo para la sátira y la burla de los más poderosos. A través de su forma descontracturada obtienen una forma segura de desahogarse con una libertad de expresión única, siempre y cuando su valor como artistas fuera mayor que las molestias que podían causar a los de arriba.
No es de extrañar, que en un estudio realizado en 2008 en Inglaterra se llegó a la conclusión de que a muy pocos niños les gustan los payasos. Esta investigación, además afirma que la práctica común de decorar las salas infantiles de los hospitales con imágenes de payasos puede crear exactamente lo contrario a un entorno propicio para los niños.