Un violento robo tuvo lugar en la ciudad tucumana de Famaillá, donde dos ladrones golpearon a las empleadas y le dispararon a la cabeza a una de ellas, aunque la bala no la alcanzó por solo centímetros, después, los delincuentes escaparon con la recaudación y se encuentran prófugos desde entonces. En tanto, el hecho fue registrado por las cámaras de seguridad del comercio.

Las imágenes que trascendieron este martes reflejan lo ocurrido la noche del 16 de febrero en la ciudad de Famaillá, donde dos hombres armados entraron a un comercio de la avenida Alem al 700 y redujeron a las trabajadoras.

A continuación, uno de los delincuentes le exigió a la cajera que le entregara la recaudación y, en ese contexto, la golpeó varias veces con la culata de una pistola mientras la tomaba del cuello y la empujaba de un lado a otro.

Ante la agresión, se observa cómo la mujer intentó defenderse y le pidió por favor al ladrón que se retirara. Sin embargo, este le apuntó a la cabeza y le disparó, para luego escapar junto a su cómplice con el dinero y las pertenencias de las empleadas.

En diálogo con TNValentina, la cajera que se salvó de milagro, contó que los ladrones se hicieron pasar por clientes antes de cometer el robo. “Entraron a comprar una bebida energizante y unos cigarros. Luego, salieron y esperaron unos minutos”, relató.

Tras asegurarse de que no había nadie más dentro ni fuera del local, los delincuentes ingresaron nuevamente y entonces comenzó la pesadilla. “Entraron y le quitaron los celulares a mi compañera. Entonces yo guardé mi teléfono y eso es lo que él vio”, explicó la mujer en relación con el hombre que le disparó.

Luego, el ladrón rompió la caja en la que se encontraban tanto el celular de la empleada como el dinero del kiosco. Sin embargo, ella se resistió y comenzó el forcejeo entre ambos.

“Me apuntó por todos lados y yo lo único que hacía era mirar el arma. Tenía la intención de quitársela, pero no pude. Me le tiré encima a él y al otro chico y volví a meterme hacia adentro”, detalló Valentina.

Tras la respuesta del delincuente, que no dudó en dispararle, la mujer reflexionó: “No se tendría que hacer lo que yo he hecho nunca. Los dueños siempre me dijeron que el día que ingresaran a robar entregáramos todo, que no peleáramos por nada, porque nuestra vida no vale la plata ni un teléfono”.