La joven venezolana de 18 años que denunció haber sido violada por el dueño de un local en la calle Paso 693, en el barrio porteño de Balvanera, cuando asistió a su primer día de trabajo reveló escalofriantes detalles del ataque.

De esta manera, la noticia no solo tomó alcance nacional sino también llegó a los medios de su país. Así las cosas, la víctima fue entrevistada por un canal de noticial venezolana yacompañada por su mamá revivió el impactante momento que padeció en manos de Humberto Garzón Martínez, quien está libre bajo palabra.

En un momento el degenerado cerró las persianas del comercio con un candado y todas las puertas con llave, comenzó diciendo la chica que luego agregó: "Inmediatamente le mandé un mensaje a mi mamá diciéndole que tenía miedo porque vi que estaba cerrando todo. En ningún momento se dio cuenta de que usé el celular. Se acercó hasta donde estaba, en la caja, y me ofreció vodka".

Extrañada por la situación, atinó a decirle "no tomó alcohol" y que si lo hacía "tendría problemas con mi madre", por eso le dijo que tomaría agua del dispenser. 



A todo esto, previamente habían ingresada dos señoras al local y "él las sacó y cuando me di cuenta él ya me había servido el agua" recordó la joven atacada.

Fue tras beber ese vaso que "sentí que las manos se me dormían y marque en mi celular el último número al que llame". Del otro lado atendió su hermana pero ella ya no podía hablar.

Por último, recuerda que tras esta situación "cuando me desperte, Garzón Martínez me estaba subiendo los pantalones". Luego, tras el llamado de su hermana al 911 fue rescatada. "De allí me imagino que me volví a dormir, porque cuando me desperté nuevamente estaba con la Policía", confesó.

Su atacante fue liberado

Luego del desgarrador testimonio, colegas venezolanos le preguntaron a la víctima que piensa sobre la liberación de su agresor: "La tristeza la tengo en todo momento. Sólo digo: Díos mío, gracias que no me acuerdo de nada. No hubiera soportado recordar algo. No estoy de acuerdo, estoy sufriendo mucho. En Argentina he visto muchísimos casos, y he oído que el abuso tiene una tasa muy alta, el femicidio y todo ese tipo de cosas. Normalmente por miedo, temor o susto (las víctimas) no dan la cara como lo estoy haciendo yo. Tengo muchísima fe de que les voy a dar fuerza a otras chicas para que den la cara, para que digan y denuncien"

Acá la entrevista y su testimonio