Una médica del Hospital pediátrico Humberto Notti aseguró este lunes haber atendido a una nena que asistía al Instituto Próvolo con signos de abuso sexual y que debió quedar internada, y se convirtió así en la primera testigo profesional que reconoce los abusos en el juicio oral que se realiza contra dos curas y un empleado imputados.

La doctora del grupo de alto riesgo del Hospital Humberto Notti, relató que atendió a una chica a la que le hizo un examen y que debió quedar internada después de un abuso.

"Ese fue un hecho muy particular, muy raro, muy extraño, pero en el que no pudimos determinar si estaban involucrados los imputados en el caso Próvolo", dijo este mediodía el querellante, Oscar Barrera.

El letrado afirmó que "es determinante este caso porque esta chica dejó de ir al Próvolo al tomar intervención personal de la Dinaf (Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia) quienes determinaron que ella no tenía que seguir en el Próvolo y entonces sus padres decidieron que vaya a otro colegio".


"La niña pudo rehacer su vida gracias a la acción oportuna de una asistente social de ese organismo", puntualizó Barrera.

"Algunos chicos, por su dificultades en el habla y el trauma, no le han contado a sus familias o no han podido revelar el o los autores de los ataques", dijo.

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Tras una primera etapa de escuchas de las Cámaras Gesell, el juicio oral continuará esta semana con los testimonios de los padres, madres o el familiar a cargo de los chicos y chicas; y los profesionales que intervinieron en el caso, tanto los que realizaron las pericias como los que actualmente monitorean su tratamiento.

Para Barrera, la jornada fue "positiva", porque otros testigos relataron sobre "chicos que llegaron a sus casas golpeados".

"Un papá recordó cuando su hijo le dijo que estaba pasando y él se fue a quejar a la escuela, donde le dijeron que se fijara si su hijo no tenía tendencias homosexuales, porque en la escuela era imposible que eso pasara", comentó el abogado.

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"Trataron de cargar sospechas sobre el transportista, y lo amenazaron para que no haga ninguna denuncia, ni ninguna acción contra el Instituto porque podía tener problemas", aseguró. 


"Eran pseudo amenazas con las que amedrentaban a los padres, por lo que quedaban en la incertidumbre", finalizó Barrera.