Un joven que cuando tenía 17 años fue víctima de un caso de gatillo fácil en el que perdió la vista de un ojo durante un allanamiento erróneo en su casa, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, ahora padece un delicado estado de salud, luego de un brote psicótico sufrido semanas atrás.

Además de ese grave episodio de violencia institucional, ocurrido en junio de 2020, y que le cambió la vida para siempre, el joven y su familia deben soportar la impunidad del acusado, que está libre, y se burla en redes sociales: "Está re chapa el pendejo. Después me rompen las pelotas a mí jejeje", escribió en su Facebook, donde compartía la publicación sobre la internación del denunciante.

Se trata de un efectivo de la Policía Bonaerense, que pertenecía al Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de Lomas de Zamora que participó del operativo que terminó con la brutal agresión al adolescente.

La burla del policía.

"Nacho está con tratamiento psiquiátrico y psicológico, mientras el acusado y su esposa se burlan en redes sociales", lamentó Mariana, la madre de la víctima, que en diálogo con cronica.com.ar contó todas las dificultades que atraviesan actualmente.

El 20 de septiembre sufrió un brote psicótico relacionado a su deterioro emocional, vinculado directamente con el hecho que cambió su vida para siempre, el cual tiene que revivir para hablar en fiscalía.

El acusado era parte del GAD de Lomas de Zamora.

La causa se elevó a juicio meses atrás, y solo falta la confirmación de la fecha para juzgar al funcionario policial que tenía que haber sido desafectado de la fuerza por su procesamiento.

El imputado permaneció un breve periodo de tiempo detenido, hasta la jueza Marisa Salvo, a cargo del Juzgado de Garantías 5 de Lomas, dispuso su excarcelación, y que permanezca en esa condición el resto de la investigación. No obstante, quedó imputado por el grave hecho que se le atribuye como autor.

Será el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de los Tribunales lomenses el encargado de llevar adelante los procesos probatorios, que contarán con la presencia de testigos citados por los jueces, y otros propuestos por las partes.

Sin embargo, hay una instancia fundamental para dar el siguiente paso, y es la declaración de Nacho, la cual se demora por el delicado momento de salud mental que atraviesa. Es que cada vez que se tiene que presentar, revivir aquella traumática situación lo hace volver el tiempo atrás y lo afecta mucho.

Además, se quedó sin abogado, y su familia está en plena campaña a contra reloj para conseguir a un letrado que se pueda hacer cargo de su caso. Una tarea nada fácil, si se tiene en cuenta que el juicio es inminente, y el profesional que se ponga al frente, contará con poco tiempo para la reunión de las pruebas.

Todo comenzó con un robo: la escuela 26 de Villa Centenario había sido saqueada por delincuentes que escaparon con los electrodomésticos, dieron origen a la investigación y la búsqueda de aquel botín.

A mediados del 2020, la Policía allanó una casa ubicada sobre la calle Rawson al 1800. Sin embargo, entraron en una casa equivocada, donde viven los sobrinos del presunto autor del hecho, un hombre que fue detenido ese día.  

El menor recibió el impacto de bala de goma en el pómulo derecho, lo que le provocó “varias laceraciones comprometiendo el ojo derecho”, precisaron. Fue asistido por personal del SAME y trasladado consciente al Hospital Gandulfo, donde se le hicieron curaciones para después trasladarlo a una clínica oftalmológica de mayor complejidad.   

Según el relato de los voceros de la fuerza, el adolescente se habría abalanzado sobre los oficiales con un cuchillo, aunque su familia desmintió esa versión desde el primer día.

“Mi hermano no había hecho nada y le pegaron un balazo de goma en el ojo, le quitaron la visión. Allanaron todas las casas y robaron los electrodomésticos de los vecinos”, denunció Rocío, hermana de Nacho, en una entrevista realizada en ese momento con el programa radial Política del Sur. 

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