Leandro Daniel Suárez fue condenado hoy a la pena de prisión perpetua por el homicidio del kiosquero Roberto Sabo,  asesinado a balazos durante un asalto en su comercio cometido el 7 de noviembre de 2021 en  Ramos Mejía.

El fallo, dado a conocer durante una audiencia virtual, fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de La Matanza.

Suárez, de 30 años, fue condenado por el delito de "homicidio criminis cause con la participación de una menor de edad, robo calificado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma de fuego de uso civil y de guerra".

Los jueces Diego Burgueño, Arturo Gavier y Lucila Pacheco lo declararon "reincidente", por lo que no podrá pedir la libertad condicional.

"Por fin terminó todo este calvario, por fin vamos a poder dormir y estar un poco en paz. Los días sin poder dormir ni comer, los dolores de espalda, de cuerpo. Se siente como un baño caliente que te limpia todo. Creo que por fin vamos a poder, al menos, dormir o estar un poco en paz, dijo Nicolás, uno de los hijos de la víctima que tenía 48 años, a TN desde el estudio de su abogado Fernando Burlando.

La víctima, Roberto Sabo.

Escuchó la sentencia junto a su hermano Tomás, quien dijo: “Anoche no pude dormir. Hasta conocer la sentencia fueron todos nervios y ansiedad. Pero bueno, ahora es como ponerle un punto final al tema"

Maia, la mamá de Sabo, afirmó desde el kiosco donde ocurrió el crimen que "se hizo justicia como debe ser".

"Esto me consuela un poquitito porque la herida la tengo para siempre en mi corazón, pero por lo menos se hizo justicia", sostuvo ante los medios.

El fiscal Sergio Alejandro Antin en su alegato había pedido que el acusado sea condenado a prisión perpetua, al asegurar que no existió un forcejeo entre la víctima y el homicida y que éste "ejecutó" al comerciante de cuatro disparos.

Antin rechazó la hipótesis del forcejeo planteada por el acusado, al asegurar de manera contundente que Suárez "efectuó cuatro disparos contra la víctima, dos que impactaron en el rostro y dos en el tórax. Todos fueron a corta distancia, de forma descendente, casi a modo de ejecución".



La querella, a cargo de los abogados Humberto Próspero y Juan Triverio,  también dijeron que en el juicio quedó acreditado que el kiosquero no se resistió al robo y reclamaron que se condene a Suárez por el mismo delito y que se lo declare reincidente.

Triverio consideró que Suárez actuó con un "desprecio total y absoluto por la vida humana", mientras que Próspero, además, pidió que se lo condene a "reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado".

La defensa del acusado solicitó una condena de 15 años de cárcel por " homicidio en ocasión de robo", consideró que no había pruebas que indicaran que el acusado tuvo intención de matar.

Suarez no negó su responsabilidad en el crimen, pero según su versión, cuando escapaba del kiosco, Sabo se le abalanzó y lo tomó de las piernas. En ese momento, y siempre en base a los dichos del imputado, se produjo un forcejeo y fue ahí que disparó en cuatro oportunidades contra el comerciante. Los jueces no le creyeron.

Los hechos


El crimen de Sabo fue cometido en el marco de un raid criminal que se inició el 7 de noviembre de 2021, cuando el acusado y una adolescente de 15 años que lo acompañaba, y que no fue juzgada por ser inimputable debido a su edad, fueron hasta una agencia de remises de Ciudadela y pidieron viajar hasta Ramos Mejía.

Fueron llevados por el conductor de un remís Ford Focus negro hacia esa zona, donde Suárez pidió detenerse unos minutos en un kiosco ubicado en avenida de Mayo y Alvarado. Se bajó solo e ingresó al kiosco "Drugstore Pato" armado con "una pistola semiautomática 7,65 mm con numeración suprimida y cargada con al menos un cartucho, y con un revólver calibre .22", 

Dentro del comercio, intimidó con esas armas a Sabo, se apoderó de 10.000 pesos producto de las ventas y disparó cuatro balazos contra el kiosquero. Murió casi en el acto.

Al salir del kiosco, el asaltante intimidó con armas al remisero que lo había llevado hasta el lugar y le robó 6.000 pesos de la recaudación, el celular y el auto.


En la huida, el Focus chocó contra un árbol, momento en que los dos tripulantes se bajaron. Ingresaron a un supermercado con intenciones de simular ser clientes y aprovechar para cambiarse las ropas y así tratar de evitar ser identificados.

Después robaron la moto y pertenencias a un delivery, hasta que finalmente fueron detenidos en avenida de Mayo y Rivadavia, de Ramos Mejía, durante un operativo policial.

La autopsia determinó que uno de esos proyectiles, calibre .22 y disparado a corta distancia, lesionó el lóbulo de la oreja izquierda y después ingresó por el costado izquierdo del cuello y en la clavícula de la víctima. La bala quedó en el hombro. Otro de los disparos entró por el labio superior y salió por la encía. El tercero también fue desde cerca: le dio en el tórax y le perforó los pulmones y en el corazón, donde quedó alojado. Finalmente, el último tiro lo encontraron cerca del colon.

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