El alcalde de Fontenay-aux-Roses, una pequeña comuna francesa al oeste de París, recibió una carta de lo más peculiar. El 23 de mayo de este año, diez inquilinos que habitan en un edificio de la localidad escribieron al ayuntamiento solicitado una reubicación de emergencia, por considerar que su edificio estaba embrujado.

Los vecinos explicaron que desde la muerte de uno de los inquilinos en abril de 2019, todos los habitantes del edificio comenzaron a experimentar episodios paranormales. Su alojamiento no se ha vuelto a habitar desde entonces, pero las luces se encienden en el interior. También informan el sonido de pasos o muebles en movimiento, así como el sonido de golpes en las paredes, mientras que a veces las sensaciones de cosquillas se apoderan de ellos. Finalmente, afirman ver visiones de sombras y rostros borrosos.

La sensación de una "presencia", dolencias sospechosas, focos quemados y una sombra "como una especie de nube" también fueron nombrados por los inquilinos en la carta. No es algo que solo le esté ocurriendo a un inquilino: "Todos los inquilinos afectados por este incidente podrán justificar lo que han visto, es decir, fantasmas que aparecen en nuestros apartamentos y en el edificio", declaran los diez afectados.

"Loco, tú puedes estar loco, pero todo el edificio no puede estar loco", razonó uno de los vecinos para la prensa parisina, intentando aseverar la realidad de su reclamo. Una de las vecinas declaró: "Hay sillas, platos que se mueven solos, luces que se apagan y encienden solas". Agregó que esto ya está afectando negativamente a ella y a su familia: "Son cosas que dan miedo. Hoy, mi hijo de 14 años está durmiendo en mi cuarto porque, en la noche, alguien le hacía cosquillas en los pies".

Qué dijo la municipalidad al pedido de los vecinos

El alcalde de la localidad decidió responder al pedido de los vecinos.

Luego de años lidiando con los episodios paranormales, los vecinos habrían intentado todo para no abandonar sus hogares. Hasta abrían contratado a un chamán para que realice una limpieza espiritual del edificio: "Les pidió que entre otras cosas echen sal en sus puertas para ahuyentar espíritus malignos que puedan estar rondando el edificio", agregó uno de los vecinos.

Finalmente, decidieron enviar su desesperado pedido al alcalde de la ciudad. Por su parte, el alcalde intentó desestimar razones sobrenaturales, pero accedió a investigar el asunto. "Nos tomamos las cosas en serio porque es un sufrimiento que se expresa", dijo el alcalde. "Nos pondremos en contacto con el propietario para que inspeccione el edificio", afirmó el funcionario, quien estaría visitando en persona el edificio este julio.

Se apruebe o no el pedido de relocalización de los inquilinos, el distrito tendría pautada una rehabilitación estructural en 2030 que terminaría con la vida del edificio "embrujado". Según informó Le Parisien, la municipalidad planea demoler y reconstruir 833 viviendas sociales. Sin embargo, los vecinos no están dispuestos a esperar ocho años a que la demolición acabe con cualquier espíritu atado a las paredes de su hogar.