Varias son las versiones sobre la llegada de alienígenas a la Tierra con las nuevas desclasificaciones que viene realizando el Pentágono, y al hablar de los Estados Unidos y su relación con los OVNIs, seguramente lo primero que se venga a la mente de muchos es el Área 51, la misteriosa base militar secreta ubicada a 133 kilómetros de la ciudad de Las Vegas en el desierto de Nevada, pero cabe destacar que no es la única zona de Estados Unidos conocida por las historias relacionadas con naves extraterrestres y seres alienígenas.

¿Hay contacto alienígena?

En el estado de Utah existe un particular rancho que acaparó la atención de los científicos por los enigmáticos acontecimientos que se desarrollaron en sus inmediaciones durante décadas y, que hasta la actualidad, no se encontró ningún tipo de explicación racional. Por varios años, el rancho Skinwalker fue el centro de interés de investigadores de ufología, como así también de fenómenos paranormales y de periodistas que trataron de encontrar una interpretación lógica para los extraños e inexplicables sucesos que allí ocurrieron. Y a pesar de la visita de varios investigadores de todo tipo para encontrar una explicación lógica de los hechos que allí ocurrían, todos terminaron por utilizar el término “sobrenatural” para definir las situaciones paranormales que experimentaron en el lugar. Skinwalker Ranch es una propiedad de 512 acres escondida en la esquina noreste de Utah. En las décadas de 1960 y 1970, hubo una oleada de avistamientos de OVNIs en la llamada cuenca de Uintah. Luego, a mediados de los ´90, comenzaron a surgir historias sobre Skinwalker y sucesos extraños en el rancho. Las historias van desde mutilaciones de ganado hasta OVNIs. 

En 2016, el rancho fue comprado por Brandon Fugal, quién habló con Newsweek y dijo que “Skinwalker Ranch es el punto de acceso paranormal más estudiado científicamente en el planeta, con la frecuencia más alta de avistamientos de OVNIs documentados, extrañas mutilaciones de ganado, anomalías electromagnéticas y fenómenos inexplicables”.

Fugal es un magnate inmobiliario, que seis años atrás compró la propiedad por medio de una empresa ficticia, para así, mantener su identidad en secreto. “Adquirí la propiedad del multimillonario Robert Bigelow con el fin de realizar una investigación científica para determinar si había alguna validez para las afirmaciones extraordinarias de actividad paranormal”, explicó.

En la entrevista con el medio, Fugal mencionó que aunque adquirió el rancho en una posición de escepticismo, pasado un tiempo, no muy largo, tuvo su propio encuentro cercano e innegable. “Un avistamiento de OVNIs a plena luz del día con múltiples testigos”, contó.

Episodios

Entre los tantos sucesos que se dieron en esa enorme estancia, se encuentra uno de los más inusuales, que da lugar a presuntas abducciones extraterrestres, inexplicables círculos en los cultivos, la presencia de animales extraños y hasta mutilaciones de ganado bovino. Uno de los propietarios que decidió marcharse del rancho Skinwalker por los sucesos que vivió junto a su familia fue Terry Sherman, quien se quedó traumatizado por los acontecimientos. A tan solo 18 meses de haberse mudado con toda su familia a la finca de 207 hectáreas, decidió venderla.

El rancho de los avistamientos

Lo curioso, es que, según la tradición del pueblo indígena Ute, una tribu nativa que le da nombre al estado de Utah, una criatura sobrenatural habita el lugar donde está emplazado el rancho. Los Ute bautizaron a este animal como Skinwalker y, según la leyenda, se trata de un ser de otra dimensión que puede cambiar de aspecto y que es capaz de adquirir una forma combinada entre humano y animal.

La experiencia de los Sherman

En 1994, la familia Sherman compró el rancho y se vieron sorprendidos por una criatura parecida a un lobo, al día siguiente de su mudanza. Por aquel entonces, el matrimonio había terminado de instalar sus primeros animales en el corral cuando vieron al extraño ser que acechaba en las cercanías del establo. Concretamente, relataron que tras instalar al ganado en el corral vieron al extraño ser que acechaba en las cercanías del establo. La particularidad de este animal estaba en que su tamaño era tres veces mayor al de un lobo normal y estaba erguido sobre sus dos patas traseras.

Lo primero que vio Terry fue como el animal gigante atacaba a un ternero y lo arrastraba fuera del corral. Al observar esa situación, de forma inmediata tomó su rifle y disparó repetidas veces para poder matarlo, pero el animal continuó con la presa en la boca sin inmutarse y se alejó en la oscuridad. Por lo que narró Terry, ningún proyectil parecía haber alcanzado a la criatura, porque no se encontraron rastros de sangre en el suelo. Ese sería el primer acontecimiento que daría inicio a una secuencia de siniestros inexplicables. Exóticos rugidos procedentes del bosque, luces que se movían por el piso o bien que sobrevolaban el lugar durante la noche. 

La situación comenzó a tornarse inquietante e inexplicable, cuándo los dos perros guardianes de la familia aparecieron quemados y en diversas ocasiones, las vacas estaban desmembradas de forma quirúrgica, con el macabro detalle de que sus vísceras estaban dispersas sobre el suelo, a modo de rompecabezas. En 1996, los Sherman, cansados de los episodios violentos y sobrenaturales, decidieron acudir a los medios para dar a conocer su versión. Hubo escépticos del caso, pero quienes no, comenzaron a realizar investigaciones y enfocarse en el terreno y su energía para averiguar que sucedía allí. Pero nunca se alcanzó una respuesta concreta...

Cambio de mirada

La idea de los avistamientos de OVNIs se consideró en gran medida como una charlatanería durante décadas. Las personas que afirmaban haber tenido encuentros con ellos a menudo eran descartadas y ridiculizadas, ya sea por vecinos, como así también por los medios. Sin embargo, esta mirada acusadora a quienes experimentaban eventos, comenzó a cambiar con la publicación de documentos del Pentágono sobre avistamientos de OVNIs que muestran que hubo un esfuerzo por realizar un seguimiento y registrar eventos inexplicables.

Ute: una tribu nativa que le da nombre al estado de Utah, por una criatura sobrenatural que habita la región.

Investigaciones en el lugar 

Robert “Bob” Bigelow, uno de los últimos compradores del rancho, de 75 años, quien mantuvo desde temprana edad un inquieto interés por los eventos anómalos, utilizó su fortuna para investigar los fenómenos paranormales en la propiedad, aunque luego se desprendió de ella. Tanto era el interés del magnate por descubrir la verdad de los acontecimientos ocurridos en la finca, que decidió crear el Instituto Nacional para el Descubrimiento Científico (NIDS), su propia versión de los Expedientes secretos X. Bigelow creó un sistema de vigilancia las 24 horas del día para poder captar cualquier actividad extraordinaria que sucediera en el rancho.

Sin embargo, o no las divulgó (lo que podría ser lógico...), o bien no pudo reunir ninguna prueba física significativa que respaldara la oscura historia del sitio, ya que todos los equipos sufrían daños cada vez que ocurría un evento anómalo. Solo pudo emplear las interferencias repentinas, los cortes de señal y las averías de los dispositivos para apoyar su teoría de que los fenómenos paranormales de Skinwalker son reales.

Hubo dos científicos del campo ufológico que trabajaron con Bigelow, que fueron los encargados de escribir el libro “A la caza de Skinwalker: la ciencia se enfrenta a lo inexplicable en un remoto rancho de Utah, en el que dejaron asentados los extraños sucesos que presenciaron en la finca”.

Colm Kelleher y George Knapp, afirman que vieron una gran criatura humanoide, la noche del 12 de marzo de 1997. Kelleher relató que se encontraba espiando al equipo de investigación desde un árbol cuándo vio el acontecimiento. El científico detalló que la figura estaba a unos 50 metros de distancia. “La gran criatura yacía inmóvil en el árbol. La única señal de la presencia de la bestia era una penetrante luz amarilla en sus ojos, que no parpadeaban mientras nos miraban fijamente”, contó Kelleher en el libro.

El multimillonario Robert Bigelow compró el rancho Skinwalker por una cifra no del todo precisada en 1996 (se habló de sólo 200.000 dólares, que son números irrisorios). Luego sería adquirida por Fugal, en 2016.