Ya no me sorprende la forma en la que nos trata esta casta de políticos. ¿Dónde están los que se rasgan las vestiduras usando en cada elección a los jubilados? porque luego, cuando ocupan las bancas, parece que se olvidan de todo esto y nos llevan a tener que soportar la situación más aberrante que pueda vivir un ser humano por la falta de poder acceder a una jubilación digna que por legítimo derecho nos corresponde y no a la migaja que nos pagan, que nos lleva a sucumbir en la pobreza e indigencia

Me cuesta comprender la animosidad con la que se castiga a un sector tan importante de la comunidad como somos nosotros.

Dejen de seguir echándole la culpa por sus ineficacias, su ineptitud, su falta de conocimiento y el no estar a la altura para cumplir con la responsabilidad de dirigir los destinos de un país. Asuman la responsabilidad e intenten tener la capacidad para poder resolverlos.

¿No les da vergüenza a ustedes, los diputados y senadores los suculentos sueldos que perciben? Compárenlo con las migajas que recibimos nosotros. Está claro que a esta casta solo le preocupa su ambición de poder y la riqueza que puedan acaparar a costa del sacrificio del pueblo. Es lamentable que tengamos que seguir soportando desde hace muchísimos años a estos parásitos en nuestras vidas que nos están exprimiendo y absorbiendo todo el esfuerzo, trabajo y sacrificio que venimos realizando para su beneficio propio.

Sepan señores que el pueblo, la gente y los jubilados nos sentimos cansados y engañados. Sabemos que los anteriores y actuales políticos son todos iguales ya que solo buscan llegar al poder para estar en el circo político y así ocupar un espacio donde obtener privilegios.

Los jubilados sentimos la humillación de la indiferencia y el fraude de las promesas.  Están destrozando al pueblo, dejándolo a la buena de Dios, por eso le pedimos al Señor que ilumine a algún político, no importa su color, que sea realista y que tenga compasión ya que con el paso del tiempo nadie está exento de lo que pueda ocurrir y que debajo del mismo cielo nos encontramos todos. Rogamos que haya “Paz en la justicia y gloria en la piedad”.