La "sirena momificada" que fue un misterio durante 300 años... hasta hoy
Una sirena momifica mantuvo en vilo a Japón durante 300 años; el misterio estuvo presente desde que fue encontrada en una caja del templo de Enjuin, hasta el día de hoy que encontraron una explicación
El descubrimiento de la sirena momificada que mantuvo en el misterio a Japón durante 300 años se resolvió y dejó a más de una persona boquiabierta.
Fueron los científicos de la Universidad de Ciencias y Artes de Kurashiki quienes revelaron el misterio de “sirena momificada” encontrada en una caja del templo Enjuin.
Durante mucho tiempo, el origen de la presunta sirena momifica fue un enigma, la única información que existía era lo escrito en una nota que acompañaba los restos: “Es una sirena atrapada en una red en el mar frente a Tosa... en la era Genbun 1736-1741 d.C.”, dice.
El cuerpo mide apenas unos 30 centímetros de largo, tiene pelusa en la cabeza, dientes y cinco dedos en cada mano que le cubren la cara como si estuviera gritando.
Todo este tiempo los investigadores pensaron que se trataba de una sirena momificada porque cuenta con escamas en la espalda, aunque en un momento también se pensó que era un mono pegado a alguna parte de un pez.
El templo en donde se encontró la sirena fue construido en el año 838 de la era cristiana, en la prefectura japonesa de Okayama. Durante la pandemia por el coronavirus, sacerdotes la veneraron con la esperanza de que ayudara a aliviar las penas que trajo el virus.
Sin embargo, ahora los investigadores determinaron que sí se trata de una sirena, pero que no está momificada, pues en realidad no tiene esqueleto alguno.
Lo que descubrieron es que está hecha de papel, tela y algodón, con restos de animales adheridos que habrían sido añadidos por quien la creó.
La mitad inferior es una mezcla de espinas, de una cola o aleta dorsal. La mandíbula y los dientes de la “sirena momificada” son de pez carnívoro, el único hueso de la cabeza, mientras que los brazos, hombros, cuello y mejillas estaban cubiertos de piel de pez globo.
En tanto, los sacerdotes del templo comunicaron que seguirán viéndola como un personaje especial de la milenaria institución, por lo que la cuidarán para su conservación.