Lejos del frío que penetra Buenos Aires, Inglaterra está atravesando uno de los veranos más calurosos de su historia: el viernes las temperaturas alcanzaron un nuevo récord, llegando a los 32,7 °C (bastante inusual para la nación costera). Es por eso que las redes sociales se llenaron de indignación ante la anécdota de una madre que fue humillada en un restaurante por usar un top de verano.

Emma Prince, de 34 años, esperaba cenar dentro de Stonehouse Pizza & Carvery en Wolverton, Inglaterra, la semana pasada, pero no se lo permitieron debido a su blusa. La madre llegó al establecimiento luciendo un top blanco estilo bralette, que encargó a la tienda online ASOS. Prince le dijo al diario Daily Star que optó por la prenda escotada debido al calor y que no tenía intención de ser provocativa.

El top que causó polémica en un restaurante (cortesía Daily Star).

"La gerente dijo que no podía entrar porque solo llevaba puesto un sostén", afirmó Prince. "Le expliqué que era un top corto, no ropa interior, y que afuera hacía 30 grados. Ella me dijo: 'Este es un restaurante y es nuestra política', así que pedí ver la política y el código de vestimenta", continuó la madre descontenta. "No me mostró nada... Simplemente me miraba de arriba abajo y decía, de una manera muy condescendiente, 'Eso no es un top'".

Prince le dijo a la publicación que fue a Stonehouse con su hija de 2 años, Penélope, una amiga, Danielle, que también vestía un top corto, y su hijo. La gerente supuestamente permitió que la amiga ingresara al establecimiento porque los tirantes de su prenda "eran gruesos". Prince tenía una camisa manga larga guardada en su coche y se vio obligada a buscar ese artículo y ponérselo si quería entrar a las instalaciones.

La amiga de Prince no tuvo el mismo problema por su top.

Podrán imaginarse su indignación cuando descubrió que muchos otros clientes de la pizzería llevaban "prácticamente nada" puesto en las mesas al aire libre. Según recordó la madre, los niños corrían en pañales mientras sus madres usaban shorts de jean y los padres estaban sin camisa, pero aun así ella tenía que usar su camisa de satén.

"No podía entender por qué me discriminaban por vestir una camiseta que mostraba mi estómago. No me parecía justo en absoluto. La gente se me acercaba y me compadecía, diciendo lo dura que había sido la gerente. Estaba hirviendo en mi camisa, pero tenía miedo de que si me la quitaba y me sentaba en la blusa me echarían. No quería la confrontación frente a mi hija", afirmó Prince.

La discriminaron por su ropa: terminó comiendo en McDonald's

Pero los niños tenían hambre, por lo que las dos madres se sentaron en la mesa asignada y pidieron su comida. Pasaron 10 minutos y los platos de Danielle y su hijo llegaron a la mesa. Una hora después, Prince y su hija seguían esperando su pedido: "Tuvimos que esperar más de una hora con un calor de 32 °C. Tiene dos años y tener que esperar tanto tiempo es absolutamente repugnante. Definitivamente fue deliberado. Era como si se estuvieran burlando de mí".

Después de rendirse en la pizzería y llevar a su hija a McDonald's, la furiosa comensal decidió contactarse con el restaurante a través de Instagram para preguntar sobre su código de vestimenta. "¿Puedo preguntar cuál es su política de código de vestimenta?", escribió, a lo que la cadena respondió: "El código de vestimenta es usar lo que sea que se sienta cómodo". Emma verificó: "Entonces, ¿se permiten blusas cortas en días calurosos como ayer?". "Sí, mientras te mantengas agradable, fresco y cómodo, está permitido", respondió la empresa.

Completamente indignada, Prince prometió no volver nunca al restaurante por la forma en que la trataron. "Estoy más que molesta y disgustada por el servicio que me dieron, la actitud de la gerente, su discriminación contra mí y mi vestimenta", dijo. "Nunca volveré a ir a Wolverton House y animaría a cualquiera que tenga hijos a que no la visite, o a cualquiera que crea en los derechos humanos y en la libertad de poder usar una prenda sin ser juzgado, menospreciado o despreciado", concluyó.