Lo conoció en el grupo "Solos y Solas", en diciembre del 2018. Empezó a chatear. La relación virtual crecía a pasos agigantados, al punto que ella decidió dejar su hogar en la localidad de Florencio Varela con su marido y padre de sus cuatro hijos, para ir a conocer a este hombre que le prometía el mundo entero. A los meses, se conocieron  personalmente en Santa Teresita. En abril del año siguiente se fueron a vivir juntos a la ciudad balnearia, pero el mundo que él le había pintado de rosa, poco a poco se oscureció, contó la denunciante Celia Pasmor Díaz, en diálogo con cronica.com.ar.

La violencia de género que Celia sufrió primero comenzó a manifestarse en violencia psicológica. "Total yo te puedo matar y tirarte por ahí, porque acá nadie te conoce", le habría dicho el denunciado a la víctima, en reiteradas oportunidades mientras se reía, según expresó la mujer en diálogo con este medio. Pero al tiempo, la violencia también se tornó económica. La habría obligado a que deje de su trabajo dedicado al cuidado de enfermos, para que pase a depender económicamente de él con el argumento que "con él trabajo de él alcanzaba y era mejor que ella se quedara en la casa". Cabe destacar que la víctima también acusa al denunciante de robarle 64.000 pesos. "Es mucha plata para mí y sigue siéndolo", expresó.

Y por último llegó el ataque físico. La madrugada del 21 de septiembre de 2019 el denunciado habría llegado borracho a la vivienda que compartían y le propinó una fuerte golpiza e insultos. El testimonio es estremecedor. La víctima está con asistencia psicológica y psiquiátrica porque intentó atentar contra su vida. 

"Me pegó dos cachetazos y me ahorcó. Me tiró en la cama mientras me decía ´sos una paragaya muerta de hambre´. En ese ínterin ya me había violado. Después me quiso obligar a hacerle sexo oral, yo no quería, y lo hizo igual. Me pegó tres piñas en el pecho. Me levantó en el aire, me empujó y me tiró afuera", relató Pasmor Díaz. En el ataque el presunto agresor le quebró el celular de ella en dos partes.

"Me quedé sin plata, e incomunicada. No tenía a dónde ir", contó.

La denuncia fue realizada en la comisaría de Santa Teresita y desde entonces está en manos de la fiscalía de Dolores.

"Hice la denuncia, y tres años después sigo esperando esperando Justicia, pero veo que nadie hace nada", remarcó Pasmor Díaz, quien no sólo debe afrontar las secuelas de la violencia de género ejercida sobre ella, sino que a su vez debe enfrentar las amenazas constantes que recibe de parte de los hijos del acusado, que le envían mensajes intimidatorios en los que la amenazan con "prenderla fuego y golpearla", si se la cruzan en la calle.

"Necesito el juicio y que salga la sentencia", concluyó.

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