"Tengo que contarte algo que me pasó, me dice. Y ahí me cuenta- cuando estábamos jugando a la mancha en la canchita de la esquina, yo perdí. Entonces me dijeron que me tenía que bajar los pantalones. Todos los demás salieron corriendo, y Gabi me llevó a una carpa, que tenía armada entre los yuyos con un colchón adentro y me hizo cosas feas".

Esas fueron las palabras que escuchó Isabel Pereyra de boca de su hijo, cuando le confió por primera vez a sus 12 años el calvario que había sufrido de parte de un vecino mayor, en González Catán. Sin embargo, ese aberrante episodio fue sólo la punta de un infierno del cual el menor era víctima. Meses después, le confió a su mamá que también había sido abusado por su tío.

Desde el 2018 que salieron a la luz los abusos sexuales, Isabel reclama Justicia por su hijo, quien actualmente tiene 17 años, y está internado en un Centro de Rehabilitación por depresión"Está mal, se droga, toma pastillas, él siente que está muerto en vida", contó Isabel, en diálogo con cronica.com.ar. Y sentenció: "Recurro a esto porque es la última posibilidad para que me escuchen".

Ambos acusados están denunciados con pedido de captura nacional e internacional.

Hablar para sanar:

El primer abuso habría ocurrido en el 2016 cuando el menor tenía seis años, en una canchita del barrio a la que iban a jugar con otros vecinos. "Él no se acuerda bien la edad que tenía, sí recuerda que iba al jardín", puntualizó Pereyra en diálogo con este medio. Recién al año y medio el menor pudo ponerle palabras al horror que había vivido. 

"Mi nene no aguantaba más, entonces le cuenta al primo lo que le hacía el vecino", contó Isabel. El primer abuso habría tenido lugar en una cancha que queda en la esquina de la casa.

"Mi nene estaba jugando a la mancha, y el que perdía se tenía que bajar los pantalones y tenía que dejar que el mayor de ellos, que tendría entre 15 y 16 años, lo abuse", relató. 

Este tipo se episodios se habrían perpetrado en reiteradas oportunidades: "Le decía que le iba a inflar la bicicleta, y lo metía adentro de la casa. Ocurrió más de una vez". Incluso, según manifestó Isabel, también habría abusado de otros nenes, que no hablan por temor o verguenza. 

Por entonces, Isabel desconocía por completo el infierno que estaba sufriendo su hijo. "En ese momento no me daba cuenta", puntualizó. Es que los indicios que su hijo manifestaba eran casi imperceptibles, tales como no poder conciliar el sueño. Además, como en la escuela le iba a bien no desconfiaba que nada extraño estaba sucediendo. 

Un infierno de nunca acabar:

En enero de 2018, la hermana de Isabel y su marido, lo invitan al menor a que se quede a dormir a su casa.

"Yo lo dejé, me pareció normal. A mi hermana le tenía confianza. Entonces se lo llevó a las dos de la tarde. Alrededor de las siete le mando mensaje para ver que estaba haciendo y no me responde. Pero yo sentía que algo no estaba bien", relató Isabel. Por eso al otro día le dijo a su hijo mayor que lo vaya a buscar. 

"Llegó enojado y raro", describió. Pasaron unos días hasta que el menor le contó el motivo de su angustia. 

"Tengo que contarte algo que me pasó, me dice. Y ahí me cuenta- cuando estábamos jugando a la mancha en la canchita de la esquina, yo perdí. Entonces me dijeron que me tenía que bajar los pantalones. Todos los demás salieron corriendo, y Gabi me llevó a una carpa, que tenía armada entre los yuyos con un colchón adentro y me hizo cosas feas", le contó. 

Inmediatamente Isabel realizó la denuncia por abuso sexual en la comisaría de la Mujer de Virrey del Pino. Ahí mismo le dieron una orden para que su hijo sea sometido a una pericia médica. 

"En la revisión yo pensé que no le iban a encontrar lesiones, porque lo que me había contado mi hijo había pasado hace unos años. Pero el médico me dice que había lesiones y eran de hacía 15 días, no de vieja data", contó. 

En ese momento Isabel se descompensó. No sabía que le había pasado a su hijo y quería saberlo. No obstante los psicólogos le recomendaron que espere a que sea el niño quien por iniciativa propia le cuente. 

A los días, el menor se acercó a ella mientras tomaba mate y le confió: "También fue el tío". Sin dar mayores detalles. "Nunca se me cruzó que él podría haberle hecho eso a mi hijo", remarcó.

Con el tiempo el niño tomó mayor confianza y detalló lo que le había sucedido durante la estadía en la casa de sus tíos.

"Lo drogaron y abusaron. No sabe que le dieron, pero le ofrecieron algo para tomar, y se empezó a sentir mal, no tenía fuerza", relató Isabel. "Mi hermana escuchaba música a todo lo que daba, mientras el marido se divertía con mi hijo", sentenció de acuerdo a lo que le contó el menor.

Cuando Isabel increpó a su hermana ella negó todo. La denuncia por abuso sexual quedó asentada en la Fiscalía Centralizada Número 3 de San Justo. La Justicia avanza a paso lento. Recién en septiembre del año pasado pidieron la captura nacional e internacional de los dos denunciados y desde entonces son buscados por la Justicia. 

"Aunque es muy difícil para mí, mi hijo quería que lo haga público, porque el necesita que sus abusadores vayan presos para que se sepa que no mintió", concluyó Isabel.

Crónica Policiales: todas las noticias de hoy