La familia de Carlos Javier Rodríguez aguardaba con muchas ansias pasar sus vacaciones en la ciudad cordobesa de La Cumbrecita. Durante una excursión, el hombre de 34 años murió ahogado ante los ojos de sus familiares al caer con su hija de tres en un pozo de un arroyo en la zona conocida como La Olla. Su familia habló con cronica.com.ar para exigir justicia y advertir a otros turistas que el lugar "esta mal señalizado". "Pasó lo mismo un año atrás con una mujer que también murió en ese lugar", aseguró la viuda.

Todo ocurrió el pasado sábado 12 de febrero cuando Rodríguez, su esposa Yésica, sus tres hijos, sus cuñados y su suegra llegaron desde la localidad bonaerense de Glew a ese pequeño pueblo en las Sierras Grandes de Córdoba tras "comprar un paquete a la empresa de una conocida y ahorrar todo el año", contó la mujer aún conmocionada.

La excursión que tuvo el desenlace fatal fue realizada durante el segundo día del viaje cuando la familia decidió hacer el trayecto a pie junto a otros turistas hasta la zona conocida como La Olla. Al llegar al arroyo Almbach, con el intenso calor, todos decidieron refrescarse, indicó Yésica.

"Mi marido se acercó al agua, se mojó la cara y las manos. Se sacó las zapatillas para mojarse los pies y se llevó a la beba para hacer lo mismo. Él caminó dos pasos y se hundió. Nosotros estabámos en el borde, yo todavía no había alcanzado a meterme", describió la mujer, al tiempo que aclaró que lo hicieron porque varios lugareños le dijeron que "era un balneario"

Y continuó: "Él llegó a gritarme 'no te metas, es muy profundo' y alcanzó a estirar los brazos para arriba para sostener a la bebé. Y ahí me dijo 'agarrá a la nena que me ahogo'. Me acerqué lo más que pude y la salvé. Ahí empecé a gritar para que alguien lo ayude"

"Mi hija estaba desvanecida. Nunca hice RCP pero le aprete el pecho hasta que largó el agua y empezó a llorar. Ahí se la di a alguien y quise salvar a mi marido, pero él ya se había hundido. Fue un momento de desesperación terrible, no se lo deseo a nadie en el mundo", relató entre lágrimas. 

A Rodríguez lo rescataron en el arroyo Almbach, en la zona conocida como La Olla.

En un comunicado, las autoridades de La Cumbrecita precisaron que el cuerpo de Rodríguez fue recuperado cerca de las 18.50 de ese sábado tras más de una hora y media de búsqueda. Además, medios locales detallaron que el hombre fue localizado a siete metros de profundidad y a tres de la orilla. "Cuando lo sacaron, no había posibilidad de nada. Vinieron directamente con el plástico para taparlo", agregó la mujer.

"Todos los que estamos ahí éramos turistas. Nadie sabía que era tan profundo. Después me enteré que pasó lo mismo un año atrás cuando una mujer también murió en ese lugar. Cuando le dije a la policía por qué no nos dijeron del peligro de ese lugar a nosotros que no lo conocemos, un comisario me mostró un cartel a unos metros, que decía 'aguas profundas', en color madera, cubierto entre los árboles", afirmó Yésica, que reclamó por la mala señalización del lugar. "Nos dijeron que era un balneario", insistió.

La odisea de la familia continuó a su regreso a Buenos Aires, dijo Yésica. Según contó la mujer, toda la familia y amigos de Rodríguez tuvieron que recaudar dinero para una ambulancia que pudiera traer el cuerpo desde La Cumbrecita "porque nadie se hizo cargo del traslado con un avión sanitario"

"Todo fue un trámite y casi que pasearon con él por toda  Córdoba. Cuando llegó acá, el estado del cuerpo no nos permitió despedirlo a cajón abierto. Fuimos unos días a pasarla bien en familia y perdí a mi esposo", lamentó la mujer. A esto sumó que ni ella ni sus hijos "recibieron asistencia médica ni psicólogica" pese a ser testigos de la muerte de Rodríguez. 

En ese sentido, desmintió la versión de las autoridades, que replicaron medios locales, de que la familia fue contenida después de ser testigo de tan dramático episodio. "Mi hija se ahogó y nadie la vio en el lugar, tuvieron que revisarla en el Garrahan cuando volví a Buenos Aires. La abandonaron."

"Quiero justicia porque nunca nos dijeron que ese lugar era peligroso. El cartel que nos mostraron estaba a metros del lugar donde murió y no estaba bien identificado. Con mi marido nos quitaron todo. Él era maravilloso. Estamos destrozados", cerró.