La imagen de la motosierra encima de la mesa de trabajo del despacho presidencial en la Casa Rosada ratificó en el arranque de la semana el rumbo de ajuste permanente en el que planea gobernar, Javier Milei, el año próximo. El mensaje es para los aliados políticos por la tensión con el Presupuesto pero aplica, también, para los bolsillos que deberán afrontar en diciembre -mes de las Fiestas- la suba del combustible, la luz, el gas y el agua.

La foto de la herramienta que sirve para cortar fue símbolo de la campaña por su promesa base sobre el gasto del Estado y los privilegios de la “casta”. Es parte de la construcción de un estilo de hacer política en la que, a pesar de que la Casa Rosada vive en situación de negociación -como suelen hacer todos los gobiernos-, muestra al líder como intransigente.

Milei encontró con esa figura la manera de recordarle a dialoguistas, acuerdistas y/o aliados que no se moverá del déficit cero incluso si eso significa no tratar el Presupuesto 2025; pero además, de que no acepta presiones por la vía institucional “con la vara suiza” como intentó el PRO desde el Congreso al dejar en evidencia su desinterés por el proyecto Ficha Limpia.

El arco político opositor tiene claro que Milei sigue sin ceder con la ley de leyes, no sólo por mantener el ajuste fiscal, sino también porque es un mecanismo de disciplinamiento que hasta ahora le funcionó muy bien. No es lo ideal ante un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el respaldo que otorga a la gobernabilidad, pero prefiere pasar el segundo año de gestión y de elecciones legislativas con mayor discrecionalidad para administrar los recursos. Es decir, prorrogar una vez más el del 2023.

Si bien hubo advertencias desde el peronismo sobre la inconstitucionalidad de esa vía, en la Casa Rosada confirmaron ante Grupo Crónica que Milei llamará al Congreso a sesiones extraordinarias para diciembre, probablemente también en febrero, pero no incluiría en el temario al Presupuesto.

La situación desespera a los gobernadores que navegarán por las cuentas de las provincias sin una hoja de ruta clara de Nación, también en año electoral. Como consecuencia, los de Juntos por el Cambio intentaron esta semana acorralar a Milei con un comunicado en el que lo asemejan con su máximo adversario en los últimos años: el peronismo kirchnerista.

“Los argentinos no quieren volver al pasado”, le plantearon ofuscados por no tener acuerdo sobre el Presupuesto y por la propuesta para eliminar las PASO (la reforma electoral sí será propuesta para extraordinarias) tras un año de darle apoyo clave para aprobar la Ley Bases, el paquete fiscal y sostener los vetos a mejorar las jubilaciones y fondos universitarios.

En esa escalada, el expresidente de la Nación y presidente del PRO, Mauricio Macri, se quejó de la falta de retribución libertaria esta semana en la Cámara de Diputados al dejar pasar “una oportunidad histórica” para aprobar Ficha Limpia, iniciativa que dejaría afuera de la carrera electoral a la expresidenta de la Nación y presidenta del Partido Justicialista (PJ), Cristina Kirchner.

“¿Queremos o no queremos un país sin corrupción? ¿De verdad nos interesa que los corruptos condenados no puedan seguir ejerciendo cargos públicos o queremos simular y usar esa debilidad como un instrumento de presión en otras negociaciones?”, le preguntó un Macri ofendido al gobierno en la red social X.

La respuesta de Milei llegó por dos vías y fue tremenda. La primera, a través de la militancia que responde al asesor Santiago Caputo, “Las Fuerzas del Cielo”, que escribieron en X: “Mauricio, por décima vez: no te vamos a dar la hidrovía”, sentenciaron en referencia al negocio que ronda el aprovechamiento del río Paraná y que en Balcarce 50 señalan hace rato como “lo único que le importa a Macri”.

La segunda, con un comunicado de La Libertad Avanza: “Es repugnante el oportunismo. Durante el gobierno de Macri no se trató ningún proyecto de Ficha Limpia y se propuso como candidato a Vicepresidente al mayor defensor de los fueros en el Senado de la hoy condenada Cristina Kirchner -marcaron en alusión a Miguel Ángel Pichetto-. No por ello elegimos sugerir que el gobierno de Macri fue corrupto o cómplice de la impunidad por intereses electorales”.

Apuntaron así al PRO por “utilizar la vara suiza en la gestión ajena pero no en la propia”. La paciencia comienza a agotarse de ambos lados, evidentemente, aunque todavía se necesitan, al menos hasta la elección de medio término donde el oficialismo busca dejar de estar en minoría absoluta.

Trasfondo judicial

El trasfondo son los pliegos de jueces que impulsa Milei para la Corte Suprema (Ariel Lijo y Manuel García - Mansilla) y el convencimiento explicitado por los amarillos y algunos radicales de que para lograrlo, selló un “pacto” con Cristina que le exige la caída de Ficha Limpia y la posibilidad de ampliar el máximo tribunal con nombres aptos al paladar kirchnerista.

En la Rosada definen si avanzan con los dos jueces por decreto o el tema va a extraordinarias. Están en juego, paralelamente, 150 ternas de jueces y camaristas y la designación del procurador general de la Nación.

En medio de la ofensiva de Macri para acercar a Milei con el kirchnerismo, hubo un gesto del Presidente para calmar los ánimos e hizo saber al PRO que tiene en mente un proyecto similar a Ficha Limpia.

Abrió un canal de diálogo con la bancada amarilla para consensuarlo pero fuentes de la Rosada dudaron ante este medio que la iniciativa vaya a ser tema en extraordinarias y advierten que la versión libertaria podría traerle dificultades no sólo a la expresidenta, sino también a otros dirigentes de otros partidos con problemas judiciales.

Por lo pronto, en esos pasillos la centralidad de Cristina Kirchner en la oposición se amolda perfecto a la estrategia de Milei para confrontar modelos de cara a las legislativas.

CPAC y Mercosur

La motosierra que volvió a ostentar Milei desde su despacho no sólo sirve para exhibirla a los aliados y refrescarles su carácter. Fue parte de su construcción como dirigente de la nueva derecha global que lo llevará el próximo miércoles a brindar el discurso de cierre (a las 19) en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) Buenos Aires. Y es la impronta con la llegará el jueves y viernes a la cumbre del Mercosur en Montevideo.

Se sentará por primera vez en esa mesa (tras ausentarse en Paraguay) con varias piezas de la macroeconomía ordenadas, de acuerdo a su plan de estabilización, y habiendo dado algunas muestras de pragmatismo como la reciente en el marco del G20, cuando se saludó fríamente con su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y a la vez la Argentina firmó un acuerdo para aumentar las exportaciones de gas de Vaca Muerta a ese país.

A la oposición local que no le da apoyo en el Congreso y a las recientes hostilidades con los aliados y dialoguistas, Milei sumará en Uruguay un cara a cara con los mandatarios de la región con los que acumula rispideces o cruces directos. En ese marco, hay expectativa por la propuesta que llevará y que pondrá a prueba la unidad del bloque: habilitar a miembros a la firma unilateral de tratados de libre comercio (TCL) con otros países no miembros.

Milei busca sellar uno con los Estados Unidos y en la Rosada ya advierten que, por más que vaya en contra del reglamento del Mercosur, avanzará en ese sentido aunque le cueste la ruptura con los vecinos.

El TCL es uno de sus objetivos prioritarios para cuando asuma (el 20 de enero) Donald Trump en la Casa Blanca, junto con un nuevo acuerdo con el FMI que asegure fondos frescos -las rumores sobre la ampliación de ese endeudamiento que arrancaron en 5 mil a 10 mil millones de dólares, esta semana rozaron los 15 mil-.

Luz, gas, agua y naftas

Las tratativas con el Fondo avanzan y algunos funcionarios se animan ya a estimar que podría haber novedades cerca de fin de año. Antes, en diez días exactamente, se habrá cumplido el primer año de gestión de Milei.

En Casa Rosada repasan las encuestas. Todas muestran un repunte de su imagen durante las últimas semanas y rondan entre 45 a 50 puntos de imagen positiva.

Por eso Milei rompió una vez más todos los manuales tradicionales de la política y autorizó aumentos de los servicios públicos para diciembre, mes de celebración de la Navidad y el Año Nuevo.

Un 2% promedio será el alza en las facturas de electricidad y 2,7% en las de gas natural por redes en todo el país. Con el mismo alcance, será un 2% más caro desde este domingo la carga de nafta y el gasoil. Y en el Área Metropolitana de Buenos Aires, el agua aumentará un 3% más. El gobierno abrochó a esa decisión la novedad de que Aysa, la empresa estatal a cargo, aplicará desde ahora cortes de suministro a comercios e industrias que adeuden el servicio.