Cada vez son más los sitios de internet y las aplicaciones de celular que nos piden que nos creemos usuarios y contraseñas. También, nos solicitan que las password tengan minúsculas, mayúsculas, números y, en ocasiones, símbolos. Pese a que podemos pensar que esto es un pedido muy caprichoso, que puede generar mucho fastidio, lo cierto es que la razón por la que debemos tener una contraseña con esas características y con más de ocho caracteres es porque es sumamente necesario, porque los hackers, estafadores y ladrones de datos personales están al acecho.

En ese sentido, debemos saber cuándo una contraseña es segura, tanto para utilizar en el home banking, como en aplicaciones como Netflix, Facebook, WhatsApp o en Gmail.

Debemos ser cautelosos a la hora de generar una contraseña.

Que un hacker nos “adivine” o, mejor dicho, vulnere una contraseña, significa ni más ni menos, que esa información personal que nosotros le cargamos a la aplicación esté en riesgo de ser utilizada por los ciberdelincuentes para estafarnos, utilizar nuestras tarjetas de crédito y débito o robarnos dinero de billeteras virtuales o cuentas bancarias, entre tantos otros delitos de sustracción de identidad y afines, que pueden cometer contra nosotros en un ciberataque.

Es muy importante que las contraseñas o “passwords” que utilicemos sean lo más robustas posibles para que a los hackers no les sea posible adivinarlas y no utilicemos claves que, con el fin de poder recordarlas rápidamente, sean tan fáciles y obvias para nosotros, como para los delincuentes.

Las peores contraseñas de 2021

 

La empresa de ciberseguridad ESET reveló, en una especie de podio, cuáles son las contraseñas más habituales que utilizan las personas que, al mismo tiempo, son las contraseñas menos seguras que un usuario puede implementar en sus aplicaciones o cuentas en internet.

Según sus informaciones, en 2021, la contraseña “123456″ se detectó 1.003.925 veces y constituye uno de los ejemplos de las ocho de cada diez contraseñas más utilizadas que admiten combinaciones numéricas.

El segundo lugar lo ocupa la contraseña “123456789″, que se repitió 326.815 veces. En el tercer lugar es “12345″, que se usó unas 154.075 veces. Las claves que no son una combinación de números y que ocupan el cuarto y el quinto lugar son “qwerty”, que se repitió 143.513 veces, y “password”, que se contabilizó unas 106.217 veces.

ESET analizó que “cuando se utilizan solo las 20 contraseñas más frecuentes como referencia, los ataques de fuerza bruta suelen tardar menos de un segundo en descifrar las contraseñas”.

En países de América Latina, como Brasil, Chile, Colombia o México, comparten contraseñas habituales como el nombre de una persona, un equipo de fútbol o un país.

Las peores contraseñas son:

1. 123456 (1003925 veces que se detectó la contraseña)

2. 123456789 (326815)

3. 12345 (154075)

4. qwerty (143513)

5. password (106217)

6. 12345678 (103500)

7. 111111 (85937)

8. 123123 (85158)

9. 1234567890 (62649)

10. 1234567 (54441)

11. qwerty123 (51725)

12. 000000 (49286)

13. 1q2w3e (45459)

14. aa12345678 (42703)

15. abc123 (42532)

16. password1 (40939)

17. 1234 (40244)

18. qwertyuiop (38013)

19. 123321 (37380)

20. password123 (34061)

Consejos útiles: ¿Cómo crear una contraseña segura?

 

Parar crear una contraseña segura, Cecilia Pastorino, especialista en Seguridad Informática del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica destacó que se debe considerar la utilización “de una frase como contraseña única para cada una de sus cuentas en línea, lo que haría más difícil o incluso imposible descifrarla”.

Para crear una contraseña segura, es necesario que tenga más de ocho caracteres y que cuenten con minúsculas, mayúsculas, números y, en ocasiones, símbolos. Además, debemos evitar nombres o lugares comunes.

Además, la especialista aconsejó evitar “caer en otros malos hábitos relacionados con la creación y el uso de contraseñas, como la reutilización de contraseñas para diferentes servicios”.

“Recuerde que los ciberdelincuentes suelen utilizar ataques de fuerza bruta para descubrir credenciales en todo tipo de servicios y derechos de acceso disponibles en internet. Si los usuarios cometen el doble error de reutilizar esas mismas contraseñas para acceder a otros servicios, el riesgo es aún mayor. Al descifrar un acceso, los atacantes pueden obtener las claves de otros servicios", concluyó.