Minutos antes de las 12 de este martes se reanudó el servicio en la línea B del subte que había estado interrumpido por varias horas por una sorpresiva medida gremial llevada adelante por la Unión Tranviarios Automotor.

De acuerdo con lo que se consignó, la protesta que afectó a quienes buscaban viajar en el subterráneo que va desde la estación Leandro N. Alem hasta Juan Manuel de Rosas, y viceversa, fue originada por una pelea entre un supervisor de la empresa concesionaria y un delegado.

"Se trata de un conflicto que surge de una discusión entre un supervisor y un delegado gremial del taller Rancagua que incluyó agresiones mutuas, derivando en un conflicto que se agravó con intervención de los respectivos sindicatos y que aún no ha podido ser resuelta", indicaron desde Emova a través de un comunicado.

La firma que tiene a su cargo el servicio informó, además, que se realizan "gestiones ante las autoridades laborales con la finalidad de normalizar el funcionamiento lo antes posible", y detallaron que la discusión que originó el conflicto había tenido lugar a fines de septiembre.

En tanto, desde la Asociación Gremial de trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP), los metrodelegados indicaron que se mantuvieron al margen y que la medida de fuerza dificulta la elección de autoridades de la entidad sindical que estaba prevista para este martes.

Paro de subte: extenso reclamo

Por otra parte, la Asociación Gremial de Trabajadores del  Subte y Premetro (AGTSyP- Metrodelegados) viene llevando a cabo un plan de lucha que comenzó hace dos semanas y ya afectó en distintas franjas horarias a casi todas las líneas y el Premetro, en tanto, la empresa Emova (concesionaria del servicio de  Subte de Buenos Aires) emitió un documento en el que asegura que es "absolutamente falso" que no hayan respondido a las demandas del sindicato.

Emova remarcó que "en reiteradas oportunidades" se ha informado que "resulta inviable" el reclamo sindical de "reducir la jornada laboral del personal del  Subte agregando un franco semanal al actualmente existente".

"El incremento en la cantidad de francos manteniendo la actual jornada diaria de 6 horas implica una disminución de la jornada semanal de 36 a 30 horas semanales, que resulta incompatible con una operación adecuada del servicio y por debajo de niveles razonables de productividad", explicaron.

Además, señalaron que la jornada actual de seis horas diarias "incluye un tiempo de refrigerio y descanso", por lo que en realidad el tiempo efectivo de trabajo "es aún menor", con casos como "el área de Tráfico (conductores y guardas) en que la jornada oscila entre cuatro horas y media y cinco horas de operación efectiva".

Asimismo, afirmaron que "no es cierto que falte personal para cumplir con las tareas exigidas en el contrato que regula la concesión de Emova".