Los 8 escalones es uno de los programas más vistos de la televisión argentina, el ciclo de preguntas y respuestas conducido por Guido Kaczka suma todas las noches nuevos participantes que compiten entre ellos por el codiciado premio de 3 millones de pesos y un departamento nuevo. Dentro del certamen, siempre surgen historias de los personajes o sucesos que éstos protagonizan, que logran llamar la atención del público televidente y de las personas que integran el programa. 

Este fue el caso de un hombre llamado Gerónimo, oriundo de la ciudad bonaerense de Merlo, que se quedó con los tres millones de pesos al consagrarse como vencedor del programa el pasado miércoles. 

En la noche anterior al miércoles, otro joven llamado Matías pudo hacerse con la llave del departamento. “Acá todos tienen la posibilidad de la llave por el departamento a estrenar y entrega la llave el flamante ganador del primero”, anunció Guido al comienzo de ese programa mientras las cámaras apuntaban a Gianluca, el propietario del departamento que superó en la final a otros 19 participantes. Con una sonrisa y rodeado por su familia, el joven sostenía el “ticket” para que una nueva persona tenga, quizás, la misma fortuna que él. Finalmente, esa persona fue Matías, quién tuvo 24 aciertos en un minuto. 

Sin embargo, en la noche del miércoles, Matías no pudo llegar a la final por el dinero, y quienes avanzaron hacia el último escalón fueron Gerónimo, que es vendedor de churros, y Joel, Que había ganado el programa pasado y competía por seis millones. 

Gerónimo, que es vendedor de churros, logró vencer a su contrincante y se quedó con los tres millones, por lo cual tenía la chance de negociar con otro participante por la llave del departemento.

“¿Buenos churros?”, quiso saber Kaczka cuando fue el momento de presentar al participante. “Buenos churros, rellenos de dulce de leche”, le aseguró el vendedor y comentó que vende la media docena a $900.

¿Cuál fue la repentina decisión que tomó el participante?

En la última pregunta de la final, Gerónimo respondió correctamente y venció a su rival. En ese momento Susana, la madre del ganador, subió al escenario a festejar con él. “Tuvo un accidente en moto y empezó a vender churros. Vive en Merlo, tiene sus hijos Iván y Felipe y su señora Noelia”, repasó el conductor. De acuerdo a lo que contó el concursante, el dinero quería destinarlo a comprar una heladera nueva y ayudar a su hijo a armar una PC gamer. 

Finalmente, cuando llegó el momento de la negociación entre Gerónimo y Matías, quien tenía la llave del departamento que había ganado en el programa anterior, Guido repasó las reglas del juego. El conductor explicó que Matías volvía a participar en la final por la vivienda, “El asunto es que él quiera ofrecer algún pesito por esta llave. Tiene tres millones, hay que ver si se quiere gastar un mango en la llave para ya tenerla y venir a la final”, aclaró Guido.

Fue así que el churrero de Merlo le preguntó a Matías si estaba dispuesto a vender su llave, a lo que él le respondió que todo dependía de la cantidad de dinero que le ofreciera. Pero fue justo ahí, cuando la negociación estaba por comenzar, que el reciente ganador cambió repentinamente de opinión: “Me quedo con los tres millones”.

“¿Cómo?”, exclamó Guido Kaczka completamente sorprendido. Después de reafirmar su postura, Gerónimo comentó que volvería al programa para competir por los 6 millones de pesos.