A díez años de Perdidos en la Tribu uno de los participantes contó en Twitter cómo fue la experiencia de formar parte del programa de Telefe que lo llevó a convivir con la tribu Hamer en Etiopía con el objetivo de ganar 300 mil pesos en 2012.

En Perdidos en la Tribu tres familias viajaban rumbo a un destino que no conocían para convivir con una tribu durante tres meses. Los Moreno, un matrimonio con cuatrillizos de 17 años, ganó el desafío del programa que conducía Mariano Peluffo.

"Llegamos a Ezeiza sin saber el destino. Valijas en mano y casi listos para subir al avión me tocó elegir entre 3 sobres que contenían al azar 3 países", comenzó el hilo de Twitter de Alán Moreno (@morenoalanok). Así la familia se enteró que tenía que ir a Etiopía para convivir un mes con una tribu africana.

El viaje de la familia para llegar hasta su destino duró más de 30 horas. Tuvieron que viajar en avión, avioneta y en barco para llegar a la tribu Hamer, cuya localización "no existe en ningún mapa".

Al arribar al lugar fueron recibidos por Bali, el jefe de la tribu, y todos los miembros de la comunidad que saltaba "con locura" al ver a la familia Moreno. Alán contó que su hermana Aldana se desmayó apenas llegaron del agotamiento que tenían.

"Llegó la primera noche. Miedo es poco. Imagínense estar a la intemperie en un terreno desconocido (en la otra punta del mundo) y con varios animalitos dando vueltas. Los hombres debían dormir afuera de las chozas, las mujeres adentro 'cuidadas' por nosotros", detalló Alan.

En su primera noche durmió abrazo a su papá y su hermano. Ninguno dejó de abrazarse en ningún momento y el frío que sentían era "insoportable" porque no tenían manera de abrigarse con alguna frazada y tampoco tenían algún colchón o almohada. Los hombres de la tribu descansaban en la tierra.

"No dormimos en toda la noche. Me levanté con el pantalón en la cabeza (intentando simular una almohada) y recuerdo, al revisarlo, haber descubierto un alacrán muerto entre el bollo que había hecho", describió el joven.

La familia Moreno diez años después de "Perdidos en la Tribu". (Instagram @alan.moreno.ok).

La vida en la Tribu

El ex participante de Perdidos en la Tribu también dio mayores detalles sobre cómo la producción del programa cuidaba su salud: cada mañana un médico iba a visitarlos. "Nos controlaba la presión y nos daba una pastilla contra la malaria", explicó el joven y aclaró que antes de viajar se habían dado las ocho vacunas correspondientes. 

Con el correr de los días su estadía en la tribu se complicaba porque comían "muy poco" y tenían el "agua justa". En cuando a la comida recordó que la Tribu se alimentaba a base de sorgo y en muchas ocasiones prefirieron "no comer". 

La familia había pensado en renunciar y volver a Argentina, pero esto implicaba tener que devolver todos los gastos que tuvo la producción y perder la chance de ganar los 300 mil pesos. Pese a todas las vicisitudes siguieron adelante. 

"La estábamos pasando realmente mal. Seguíamos con nuestra ropa de siempre (aunque siempre la misma porque nos habían sacado todo)", recordó.

El amor en la tribu

Alan también recordó del "romance" que se gestó ante las cámaras de televisión con uno de los integrantes de la tribu. 

"Las actividades se ponían cada vez más difíciles. Primero, me castigaron por perder tres cabras y me obligaron a recolectar miel de un panal de un árbol altísimo. ¿Protección? Suerte. Usaban el humo para 'espantar' a las abejas. Tuve que treparlo como pude y bajar el panal", recordó.

En cuanto al idioma habían aprendido algunas palabras básicas como comer, dormir y tomar. "Al principio todo fue señas, después terminamos entendiéndonos como familia. Los días iban pasando y nos acercábamos al final. Seguíamos resistiendo", expresó Alan en su extenso hilo de Twitter.

Finalmente, después de casi un mes la familia Moreno cumplió con el desafío de Perdidos en la Tribu y ganaron el premio. “Tenés que seguir a tu corazón mucho más que a tu razón”, les dijo el jefe de la tribu y así se coronaron victoriosos.