A los seis años, Natalia Melcon llegaba del colegio y prendía la tele para ver Chiquititas. Nadie la podía molestar, era capaz de enojarse si le tapaban la tele mientras los niños estrella de Cris Morena bailaban y cantaban en esa caja mágica. A los siete años, Natalia entró al mundo que solo veía en la tele, y quedó inmortalizada como una de las protagonistas de su show favorito. Años después, ya lejos de las cámaras, todavía recuerda su tiempo en la pantalla con gran amor. ¿En qué anda Tali de Chiquititas?

"Empecé trabajando como modelo para una revista de cosméticos, pero lo que más quería era estar en Chiquititas", contó Melcon a TN Show. "Cuando hice la primera prueba no quedé porque era muy chica y no bailaba nada. Sin embargo, a los siete se me cumplió el deseo". Después de verlos en el Gran Rex más de una vez, de coleccionar sus revistas e intercambiar sus figuritas, la pequeña Natalia llegó a la producción de Chiquititas y se convirtió rápidamente en una favorita de la audiencia.

La joven actriz entró a Chiquititas a sus 7 años.

El sueño de Natalia solo tuvo una nube: ella entró al ciclo en 1999, el primer año sin la participación de su ídola, Romina Yan. Su tiempo interpretando a Tali Ramos Pacheco Acevedo, la hija de Pía (Millie Stegmann) le dejó amistades que hasta hoy florecen con Agustín Sierra, Milagros Flores, Candela Vetrano, Stéfrano De Gregorio y más, y finalmente le permitió conocer a Romina cuando filmaron juntas la película de Chiquititas.

Pero aquella serie que continúa siendo una de las más amadas por el público argentino no duró para siempre. Luego del cierre de Chiquititas, Natalia pasó a formar parte del elenco de Rincón de luz y tuvo algunas participaciones en Kachorra, Casi ángeles y varias producciones más. Sin embargo, y a pesar de tener espacio y posibilidades de crecer en el mundo del espectáculo, Natalia abandonó las cámaras poco antes de terminar la secundaria.

El presente de Natalia Melcom, "Tali" de Chiquititas

La ex Chiquititas hoy trabaja en el Poder Judicial argentino.

"Empecé de muy chiquita y si bien me encantaba y me encanta, sentía que ya no estaba dando el ciento por ciento y lo noté el último año, cuando hice Rincón de Luz. Fue una decisión que tomé en ese momento y de la que no me arrepiento porque necesitaba parar…Mis papás nunca me obligaron, lo disfrutaba un montón y estaban muy pendientes de cómo me sentía yo", explicó sobre su partida de la TV en diálogo con la revista Pronto.

Salir del foco del estrellato le dio la oportunidad de hacer lo que las chicas de su edad hacen: ir al shopping, al cine, salir con amigas, viajar. Empezó a estudiar arquitectura antes de dejar la carrera y planear una vida en Europa, plan que se vio interrumpido con el nacimiento de su sobrino, por quien se quedó en el país. Esencialmente, Natalia se tomó el tiempo de vivir una vida normal: "Empecé a trabajar desde muy chica y necesitaba hacer un parate, como estar sin hacer nada y manejar mis tiempos", contó a TN Show.

Hoy la ex Chiquititas trabaja para el Poder Judicial en el Ministerio Público Fiscal, y mantiene contacto con sus fans desde su cuenta de Instagram, a través de despampanantes postales que muestran su vida cotidiana. A pesar de tener su carrera establecida no descarta la posibilidad de volver a la televisión, pero su tiempo detrás de las cámaras no la ciega a los malos hábitos que todavía se manejan en la industria argentina:

"En la tele solo garpan los conflictos y el chusmerio, y a mi no me entretiene. Me preocupa de los medios que es un reflejo de la sociedad actual. Donde los excesos, la falta de respeto y la violencia están muy presentes. Estaría bueno que haya algún programa de chicos que les inculque valores y los eduque sobre temas actuales, que tenga contenido relevante", concluyó.