Una larga cola de personas rodea la cuadra donde está situada una verdulería cordobesa que se caracteriza por los "preciasos" que ofrece a los clientes. Es que en medio de los altos índices inflacionarios que registra el país, el local ubicado en calle Olmos ofrece productos a $10.

"La gente respira dice 'menos mal que alguien nos está vendiendo barato'", dijo la dueña del negocio al medio local Canal 10.

Las estanterías muestran espinaca, rúcula, acelga y el kilo de naranjas para jugo a sólo diez pesos.

“Nosotros conocemos el rubro y compramos en cantidad. Buscamos y sabemos a quién comprarle y cómo comprar. Así hoy podemos traer a nuestros clientes el mejor precio porque es lo que queremos”, comentó la dueña del local a la periodista del canal local ElDoce.

No obstante, la mujer expresó: “Mirá, te puedo dar un kilo de zapallitos a $20, espinaca por $10... Por $100 pesos te puedo dar un kilo de zapallitos, espinaca, un paquete de acelga. Te podés hacer una ensalada completa. No te falta nada”. 

Al ser consultada por la competencia, la verdulera respondió: “No puedo decir por qué ellos tienen otros precios. Lo que yo te puedo decir es que nosotros la peleamos todos los días. Vamos a comprar y peleamos el precio, compramos en cantidad y sabemos a quién comprarle. Sabemos dónde buscar el precio y tenemos esta empatía con el público de traer los mejores precios y mantenerlos”.

“No sólo tenemos el precio más bajo. También tenemos dos clases de calidad en todo. Tenemos calidad y precio”, enfatizó la propietaria del comercio. 

A su vez, señaló que a través de su estrategia comercial busca plantear una “guerra a la inflación”. “¡Se puede, se puede!”, manifestó.

“Yo sería hipócrita si te dijera que no estoy haciendo esto por ganar —se sinceró la mujer—. El tema es que gano, pero no para enloquecerme. No lo inflo para aprovechar la inflación y todo el sistema que te dice que está todo inflado, pero sí: en cantidad le gano”.

Luego, aclaró: “Acá vendemos calidad y cantidad. Entonces, yo puedo ganar. A diferencia de otros que quieren enriquecerse, les damos este mensaje a la gente: sí se puede bajar el precio”.

El fenómeno es tal que la clientela llega de distintos puntos de la provincia. Una de las mujeres que estaba en la cola dijo que había llegado desde barrio Los Plátanos con una amiga para "hacer un poco de economía".