De físico descomunal y mirada de "pocos amigos", Christian Martin, el periodista deportivo que se desempeña actualmente en ESPN, LN + y hace colaboraciones para la UEFA y la FIFA, también tiene un costado tierno, además de haber sido un temido primera línea de rugby, hijo de comisario y patovica del boliche El Cielo.

“De chiquito era bravo, travieso, me gustaba Oaky, el personaje de Hijitus. Mi mamá me ataba a la bolsa de dormir porque yo me escapaba como él, como una lombriz. No me salía su nombre y repetía ‘Aky, Aky’. Era todo blanquito con un rulito, como el personaje y me llamaban así”, conto Martin, hinca de River y del Chelsea, al madio La Nación.

Martin de chiquito, marcado con un círculo.

Su papa, José Martin, fue comisario de la seccional San Isidro primera, y su madre, Liliana Bula, era maestra: “Éramos del barrio. Yo nací en una clínica chiquitita a cincuenta metros de la estación San Isidro y me inicié en el CASI a dos cuadras de ahí. Mi viejo, que fue uno de los judocas más importantes en la historia de River y de Argentina, me dejaba a la mañana en el club y me retiraba a la noche. Yo estaba encantado, comía, practicaba judo como él, rugby, handball, natación, fútbol, pádel, básquet, tenis, squash, hasta que tuve que elegir y seguí con el rugby", explicó.

Martin en un juego de rugby.

Con mucha humildad y sentido del humor, Martin relató que apenas creación, esa faceta tierna que tenía cuando era chiquito se desvaneció. Tal es así que en el equipo de rugby en el que jugaba lo apodaron "Asco", justamente no por sus "buenos modales" a la hora de jugar a este deporte.

"En el rugby somos muy de poner sobrenombres fuertes. Había uno en Olivos que le decían Basura, otro en Belgrano que lo llamaban Culo. Un día nos juntamos los tres: Asco, Basura y Culo, una cumbre sin desperdicio”, bromeó el deportista y periodista deportivo.

Martin afirmó que las épocas de su infancia eran "violentas". Según contó, creció en la comisaría escuchando chistes y jugando al truco y a las damas: “Mi papá le aplicaba el ‘artículo cesto’ a los que venían con pavadas. Le tomaba la declaración y después la arrojaba al 'cesto' de basura. Vivíamos tiempos peligrosos, yo iba al jardín de infantes con un cabo que me acompañaba”, aseguró.

Su pasión por el periodismo y su incursión como patovica de un boliche

 

Con respecto sobre cómo llegó a ser periodista, Martin contó que fue "su pasión desde niño", ya que a los seis años ya había "fundado su propio diario". Se llamaba futuro Futuro. “Siempre me gustó comunicar", aseguró el periodista.

Según relató, Martin quería competir con otro compañero de escuela que también había sacado un diario, con cinco ejemplares. "Fui al imprentero y le dije que le hacía de cadete si me lo imprimía. Hice cien copias porque eran tres grados en el cole de 30 alumnos cada uno. Lo bancaba con avisos que les sacaba a los comerciantes donde mi mamá hacía las compras. Les decía que si no me ponían el aviso le decía a mi vieja que no les comprara más. Así lo financiaba", dijo entre risas.

Además, relató que escribía sobre cuestiones relacionadas al barrio y sobre la escuela. Una vez publiqué que se inundaba el estacionamiento de mi colegio, el Marín. Entonces, me llamó el director y me dijo: ‘Usted antes de sacar esto tiene que consultarme’. La cuestión es logré que a la semana rellenara el lugar. Reconozco que era un pecoso colorado bravo”, bromeo Martin sobre lo sucedido en su infancia, sobre su vocación periodística.

Durante toda su adolescencia jugó al rugby y a los 18 debutó en la primera del CASI, mientras estudiaba comunicación en la Universidad de El Salvador. También, de joven trabajó en el diario zonal Página Norte.

Su pasión no solo estaba puesta en el rugby y en el periodismo, sino que también la expresaba a través del heavy metal. En esas épocas, familias relacionadas con el club CASI abrieron un boliche en Puente Saavedra que se llamó Margarita. Es de esperarse que al verlo grandote y al ser reconocido por su apodo "Asco", lo llamasen para ser parte del staff del boliche, como patovica, claro.

Sus comienzo en el rugby.

"Fui y me pareció una manera de ganarme un sueldito trabajando a la noche. Una vez vino una persona que no conocía y me dijo: ‘Vos sos un fenómeno, jugás en el CASI, tenés que venir a trabajar a mi boliche, ¿cuánto cobrás acá? Te pago cuatro veces más. Era Poli Armentano, dueño de El Cielo. Él también venía del rugby, de San José. Pasé de estar en un lugar complicado como era Puente Saavedra a Punta Carrasco en la Costanera. Me ponía de portero y me enseñaba. A mí me daba, vergüenza porque me evaluaba. Me enseñó cuando una mujer y un hombre estaban bien vestidos, yo no tenía la menor idea. Recuerdo que le decía: ‘no puedo rebotar a la gente’. Era un tipo bien de la noche y me contaba los códigos: cuando decía ‘Ezequiel’ había que rebotar. Lo tenía como nombre clave porque decía que era mufa”, contó.

“Cuando lo asesinaron (a Leopoldo Poli Armentano) trabajaba para él. El Cielo en su momento era el mejor boliche de Buenos Aires. Hacía unas fiestas tremendas. También le di una mano con la seguridad cuando vinieron al país Naomi Campbell, Ivana Trump, Micky Rourke, los Rolling, Rod Stewart... Con Guillermo Coppola, que era su amigo, todavía tengo relación. Era una disco onda Ibiza o Tailandia y Poli nos disfrazaba con chalecos con elefantes brillantes, todo demasiado divertido”, describió Martin.

Martin fue preseleccionado para Los Pumas

 

El periodista había sido parte del seleccionado Buenos Aires y de la preselección de los Pumas, en 1994. En ese momento, relató que se fue de gira con el CASI a Francia y, tras verse en condiciones, se quedó en un club, cuando todavía estaba en el amateurismo. Más tarde firmó contrato y jugó en los clubes Brive y Tulle, en Francia.

Poco más tarde, Martin fue el primer argentino con contrato en Saracens, un club grande de Londres. Ese paje al profesionalismo lo exigió al máximo en cuando lo físico, pero se la bancó durante cinco años. Luego pasó a un club galés, Pontypridd, donde se retiré en el 2000.

Christian continuó con sus estudios y logró entrar a la BBC de Gales, por contactos en el rugby. Finalmente se recibió de comunicado en Cambridge.

Como periodista, Christian destacó que le va bien, que rompe "el lomo". También afirmó que vivió situaciones traumáticas en la profesión, como lo fue la cobertura de la tragedia del jugador de fútbol Emiliano Sala, buscando un amigo muerto, desaparecido, que viajaba de Francia a Gales.

"También vi morir viejitos en hogares de ancianos, en hospitales (se quiebra). Uno tiene que tratar de que no le gane la emoción. Eso te deja una marca en el corazón que tarda mucho en irse. Para un tipo como yo que soy bastante básico en mi manera de pensar, no tengo problemas con nadie, soy transparente y viví situaciones extremas este año y medio pasado de pandemia que me marcaron. Trato de volver a mi casa y no llevar esos problemas, es un gran desafío. Sé que la gente valora cuando le generan contenido, no tanto a los opinólogos, yo trato de opinar lo menos posible. Me dolió cuando el año pasado fui el primero en hablar de la vacuna contra el Covid-19 y muchos de palabra fácil se reían de mí. Después se demostró quién estaba equivocado”, dijo Martin.

"Vivo muy feliz" en el campo de Inglaterra

 

El amor de su vida se llama Helene, una francesa a la que conoció en Inglaterra. La profesión de su esposa es maestra y están juntos hace veintidós años. "No somos religiosos. Nos casamos hace diez por un tema de los testamentos que para eso es mejor estar casados. Tuvimos dos hijos, Victoria de once años y Teddy de dieciséis, que juega al rugby en Harlequins un club grande de Inglaterra. Vivimos muy felices en el campo, en el condado de Hampshire entre Londres y Southampton”, describió el periodista que con mucho sacrificio "la pegó" en Europa.

Además, señaló que le gustaría que su hijo pudiera jugar al rugby en el CASI. "Hay muchas cosas buenas en nuestro país, el sentido de pertenencia, de honestidad, de pasión, de sacrificio, valores que en Inglaterra no están tan metidos en el deporte", reflexionó Martin sobre la posibilidad de que su hijo viva en nuestro país para jugar al rugby.

Christian Martin junto a su esposa Helene y su hija Victoria e hijo Teddy.

Luego de que viviera una situación incómoda y de choque con el periodista Germán Paoloski, en la pantalla de ESPN, Christian aclaró: “Nunca me peleé con Germán. Solo sentí que me estaban haciendo esperar, se venía la noche, bajaba la luz y tenía que mostrar una pared con el Kun Agüero detrás que no tenía iluminación y no se iba a ver nada. Solo fue un malentendido con la producción. Con Germán siempre hemos sido amigos y no pasa nada”.