Escapada: un bonito pueblo serrano "poco conocido" donde el principal atractivo es "encontrar oro"
Esta pequeña localidad fue distinguida como una de las mejores villas turísticas del mundo gracias a la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas. Sin embargo, lo más distinguido es que propone una aventura única por la naturaleza.
Argentina cuenta grandes destinos para visitar durante las vacaciones del 2025. De hecho, se puede encontrar desde playas con arenas blancas hasta montañas nevadas en pleno verano e incluso amplios campos de llanura para desconectar de la agitada rutina de la ciudad.
Para que los visitantes puedan disfrutar al máximo, la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas y el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación eligieron algunas “perlitas” nacionales para que compitan en el concurso “Best Tourism Villages By UNWTO”, también conocido como “Las Mejores Villas Turísticas del mundo”.
Uno de los puntos más destacados de este ranking está inmerso en medio de las sierras de San Luis y se trata de un pequeño pueblo “poco conocido” que es cuna de oro y poesía, por ello invita a disfrutar de una interesante variedad de actividades e incluso de una importante carga cultural a través de la exploración de las minas de metales preciosos.
¿Cómo se llama el pueblo serrano donde el principal atractivo es encontrar pepitas de oro?
La Carolina es una pequeña localidad ubicada en el corazón de las Sierras Centrales, San Luis. Dada su ubicación geográfica, se trata de uno de los puntos de mayor altura sobre el nivel del mar en Cuyo y resguarda la historia de los primeros buscadores de oro de Argentina e incluso conserva su legado en la memoria de sus 1200 habitantes.
El pueblo en sí es una larga “callecita” empedrada con estérica rústica que está rodeada de pintorescas casas de piedra de estilo colonial y amplias galerías de árboles que regalan una sombra completamente admirable. A su vez, sus rincones reflejan la nostalgia de haber sido cuna de los míticos buscadores de oro, fiebre que solamente dejó bocaminas, excavaciones y viejos mitos.
En este contexto, el lugar atrae a grandes y chicos por sus interesantes opciones turísticas como es el caso de las expediciones al interior de las minas, visitas a la Iglesia de Piedra, subida al cerro Tomolasta, recorrida por la gruta de Inti Huasi, la visita a Casa Piedra Pintada con sus pinturas rupestres y la histórica Casa de Juan Crisóstomo Lafinur y el Museo de la Poesía Manuscrita.
A pesar del paso del tiempo, mantiene su semblanza dorada, con pequeños brillos o pepitas de oro bajo las cristalinas aguas de los arroyos de recorrer La Carolina. Además, no se puede dejar de apreciar las bellas postales de las sierras que acercan al turista hacia el cielo e invita a conocer especies de flora y fauna autóctona.
Por otro lado, la gastronomía tiene un rol preponderante en este destino. Con sabores exquisitos y productos regionales que despiertan todos los sentidos del turista, sus platos riquísimos sustentan las costumbres transmitidas de generación en generación.
Gracias a todas estas características, la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas postuló a la localidad serrana en este concurso que destaca a los pueblos en los que el turismo preserva la cultura y las tradiciones, mientras se celebra la diversidad, genera oportunidades de empleo y protege la biodiversidad de la naturaleza.