La Costa Atlántica de Buenos Aires es uno de los destinos más populares de Argentina. Sin embargo, un buen porcentaje de visitantes se cansaron de las clásicas ciudades balnearias y comenzaron a buscar sitios más tranquilos que realmente permitan un descanso confortante. 

Para la sorpresa de muchos, al adentrarse en la bella naturaleza bonaerense, se pueden encontrar “pueblos secretos” que se presentan como una opción diferente para conectar con el medioambiente mientras se disfruta de actividades sumamente atractivas, como puede ser el caso de paseos en vehículos 4X4 o deportes náuticos. 

Teniendo en cuenta estas peculiaridades, no se puede dejar de conocer la pequeña localidad de 25 habitantes que tiene una de las playas más preciosas de Buenos Aires e invita a reencontrar la paz y disfrutar del silencio, dado que sus alrededor se mantiene intacto a la contaminación. 

El pueblo “secreto” para reencontrar la paz y disfrutar del silencio

¿Buscas un destino tranquilo? El Balneario Los Ángeles se presenta como un lugar perfecto para vacacionar en familia o pareja, ya que se encuentra en la cercanía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otros populares sitios turísticos como es el caso de Miramar. 

La ubicación geográfica del pueblo también es privilegiada, dado que está situada a unos 30 kilómetros al sudoeste de Necochea y poco más de 543 kilómetros de distancia de la Capital Federal, lo que representa unas 6 horas de viaje (aproximadamente). 

Su acceso es vía camino de tierra mejorado y el cual deriva de la Ruta Nacional 228. Para llegar a este ingreso, se debe tomar el clásico mapa hacia la Costa Atlántica (Ruta Provincial 2 continuando por la Ruta Provincia 55 y finalizando con la Ruta Provincial 227). 

Este particular paraje se caracteriza por sus amplias playas de arenas gruesas y claras; los asombrosos acantilados; y una excéntrica plataformas rocosa que se introduce en el mar (200 metros) e incluso regala una escollera natural para aprovechar al máximo. 

Sus médanos verdes constituyen el lugar propicio para la ubicación carpas, sombrillas y reposeras. Asimismo, a unos 7 kilómetros del balneario principal, se inicia la cordillera de dunas con su Médano Blanco, una elevación natural que llega a 100 metros sobre el nivel del mar. 

Estos miradores naturales de Los Angeles permiten un giro de 360°, dado que ser puede ver la inmensidad del Mar Argentino, sus colores variados, los verdes sembradíos del este de la Pampa Húmeda, montes de pinos y la aridez inconmensurable de arena que al sol parece color oro. 

Los valles tras las Dunas permiten conectarse con la costa distante e incluso existe la posibilidad de un safari fotográfico de pequeñas especies regionales. No se puede dejar de recorrer la Duna del anfiteatro, nombre derivado de su formación semicircular de 200 metros, se presenta como un paisaje muy extraño y particular.

Por otro lado, se encuentra la gruta conocida como Cueva del Tigre. Según cuenta la leyenda, este refugio albergó al bravío Tigre del Quequén, un gaucho del siglo XIX, que se escondió allí para escapar de una partida policial y fue fuente de inspiración del cantautor León Gieco en su disco “Bandidos Rurales”.

Este entorno “místico” se completa con el santuario de la Virgen de Luján, que solamente se accede con supervisión local porque se debe atravesar los profundos valles detrás de las dunas; y la laguna de agua dulce
que alberga desde nutrias, patos y todo tipo de fauna.

Más allá de su naturaleza exuberante, Los Angeles es un excelente lugar para la práctica del surf (considerado uno de los mejores point de la Costa Atlántica bonaerense), kayak y pesca, dado que abundan distintas variedades de pescados como es el caso de gatuzos, cazones, chuchos y pejerreyes.

Vale destacar que, en los últimos años, se ha incrementado la visita de turistas de todo el país. Por este motivo, se puede encontrar la oferta de casas para alquiler temporario, tanto frente al mar como dentro del balneario, proveeduría con todo lo necesario para la estadía, puesto policial y servicio telefónico limitado para que el descanso sea total.