Escapada: el pueblito "mágico" que invita a descansar entre aguas cristalinas, increíbles paisajes serranos y buena gastronomía
Este lugar es sumamente tranquilo y posee innumerables atractivos turísticos para la familia. Los detalles, en la nota.
San Javier es una localidad que se encuentra "escondida" en el interior de la provincia de Córdoba. Si bien es un sitio "poco conocido", la realidad es que es uno de los sitios más hermosos de la región porque posee pequeños balnearios de aguas cristalinas y arenas claras; impactantes paisajes naturales y aún conserva intacta su estética campestre. Asimismo, este magnífico entono invita a descansar y desconectarse de la rutina diaria. También vale la pena mencionar que tiene actividades para todas las edades y presupuestos.
Después de mucha espera por fin llegaron las vacaciones y si todavía no sabes donde ir en esta temporada de verano 2023, este pueblito es una de las perlitas de la sierra cordobesa. Si bien se ubica a 886 kilómetros de Capital Federal y a dos horas de Córdoba Capital, llegar hasta allí es muy fácil y no hay dudas que es un buen viaje para realizar si sos un aventurero. Desde la ruta provincial 14, pasando la localidad de Villa de Las Rosas, se llega a la rotonda de Las Tapias donde a 8 kilómetros se encuentra la entrada del sitio.
Un paraíso natural único
Gracias a su ubicación en el Valle de Traslasierra, San Javier, conjuga uno de los entornos naturales más completos de las sierras cordobesas. Si bien no hay grandes ríos en esta zona, hay lindos arroyos de aguas cristalinas que bajan de las barrancas y sirven para refrescarse en verano o pasar una jornada diferente en familia. A lo largo de la costa se pueden encontrar parajes donde se puede disfrutar de la tranquilidad y el silencio de la villa.
Uno de los puntos más lindos del lugar es La Quebrada de Ambrosio donde se pueden tener las mejores imágenes de los paisajes locales y en especial se disfrutan los atardeceres que tiñen las elevaciones de rosa. Por otro lado, para los amantes de las caminatas, no pueden dejar de visitar el faldero de las Sierras Grandes que ofrecen diversos senderos para sumergirse en la naturaleza.
Un pueblo "mágico"
Esta pequeña villa serrana fue impulsada gracias a la llegada de inmigrantes ingleses a la zona. Fueron ellos los que iniciaron la construcción de las primeras viviendas que cumplían con un estilo de aldea alpina y además, extendieron el servicio de ferrocarril. Sus casonas de adobe son centenarias y angostas callecitas de tierra se distinguen entre los paisajes de montaña. Muchos visitantes afirman que es un sitio mágico porque parece detenido en el tiempo, de hecho, la tranquilidad que habita las 24 horas y el aroma a campo, enamora a todos.
En San Javier se pueden encontrar artesanías, esculturas, pinturas y piezas de cerámica, ya que hay un gran desarrollo artístico en la región y también se destaca que los visitantes pueden conocer la antigua localidad en caballo, pie o sulky. Continuando con el estilo rural, otra de las claves de este poblado es su increíble gastronomía donde se pueden destacar las almacenes con productos orgánicos, cervecerías artesanales, parrillas y restaurantes con comida 100% casera.
¿Qué hacer en San Javier?
Para los amantes de las caminatas, existen muchas alternativas. Una es subir el cerro Champaquí, un trekking de alta dificultad que solamente puede hacerse acompañado de un guía, también hay opciones de menor dificultad. A partir de allí, los excursionistas podrán descubrir rincones de gran belleza y poco visitados como una cascada escondida muy pintoresca o un puente de madera y abundantes especies nativas.
Entre los principales atractivos turísticos que ofrecen estas localidades, se encuentran un Taller de piedras preciosas, la Granja Ecológica El Manantial y la Estancia Corralito, donde se puede realizar actividades de turismo de aventura. Otro rasgo distintivo de San Javier es el enoturismo. Posee tres bodegas que se pueden recorrer y donde degustar vinos de distintos tipos. Por último, cabe destacar el lindo casco histórico que compone la vida social del pueblo.