Sophie Pugh tiene 27 años y siempre llevó una vida muy activa. Desde muy joven practica distintos deportes y nunca había tenido ningún tipo de problema hasta la semana pasada. Después de hacer su rutina diaria en el centro deportivo, comenzó a sentirse mal. Tenía un fuerte dolor estomacal que nunca había sentido, pero los profesores del lugar pensaron que era por falta de estiramiento o que se le había despertado una apendicitis. Luego de ser trasladada de urgencia a un hospital cercano, recibió una terrible noticia que le cambio la vida. 

La chica, que alguna vez fue una apasionada levantadora de pesas, ahora lucha por mantener su salud física y mental. Tras varios meses de molestias, el estado de Pugh llegó al límite. Desgraciadamente, tuvo que dejar su trabajar, abandonar su pasión por el ejercicio y ahora debe enfrentar sus peores miedos. Posteriormente de su entrenamiento y del ingreso al centro de salud, la joven fue diagnosticada con un cáncer de ovario grado 4. El tumor tenía un tamaño de 15 centímetros y se había extendido a sus pulmones.

8 meses de la internación, experimento fuertes retorcijones en el estómago. El médico de cabecera, opinó que se trataba de apendicitis, ya que los síntomas coincidían. A pesar de este diagnóstico, la continuaron analizando. Unos días después, encontrón un crecimiento de tres centímetros en su ovario izquierdo, pero creyeron que no era grave y le permitieron seguir con su vida normal. Sin embargo, los dolores fueron cada vez peores. La mujer contó que un día su gato saltó amistosamente sobre su estómago, pero esta acción le causo tal malestar que gritó. 

Dos meses más tarde, le empezó a doler la parte baja de la espalda, pero no le dio importancia y supuso que se había "estirado mal" después de haber levantado 100 kg de pesas en el gimnasio. A los pocos días, cuando menstruo, sintió puntadas "agonizantes" e hinchazón en la zona abdominal.  

Sophie dedicaba gran parte de su vida al deporte. Foto:The U.S. Sun. 

"Todas las señales estaban ahí", dijo Pugh en una entrevista con el diario inglés. A pesar de que la joven tenía la mayoría de los síntomas de esa patología y que visitaba al médico periódicamente por los fuertes dolores, no la diagnosticaron a tiempo.  Los especialistas destacaron que muchas de las señales que da el cáncer de ovario son difíciles de reconocer, ya que son similares a condiciones como el síndrome del intestino irritable. 

Sophie tuvo que dejar todo enojo de lado y priorizar su salud, que está en grave estado. En este momento, la mujer está por comenzar con la quimioterapia, aunque con cierto temor e incertidumbre porque el tratamiento dura hasta seis meses. "Estoy tratando de mantenerme ocupada, aunque estoy empezando a sentirme cansada", aseguró la enferma. 

Gracias a ese agudo dolor de estómago, pudo encontrar cuál era la afección que tanto mal le estaba causando. 

En Argentina, el cáncer de ovario es el quinto más común en las mujeres, con unos 2.300 casos nuevos por año. Es la sexta causa de mortalidad por cáncer en mujeres. En el mundo, se diagnostica a casi 250.000 casos por años y mueren alrededor de 140.000 femeninas por esta causa. Afecta por igual a las mujeres de países desarrollados y a las de países en vías de desarrollo, por eso es sumamente importante concurrir al ginecólogo periódicamente para prevenir este tipo de enfermedad. 

Estos son algunos de los síntomas del cáncer de ovarios: 

  • Dolor menstrual insoportable y abundante
  • Dolor de espalda baja al sentarse
  • Dolor en la parte superior de las piernas
  • Hinchazón extrema  
  • Dolor en el bajo vientre 
  • Molestias al ir al baño
  • Diarrea 
  • Falta de aire.