Cada día es más evidente que el veganismo es un movimiento en plena expansión. El número de personas que optan por seguir este estilo de vida y las opciones de alimentos de origen vegetal se multiplican. Ser vegano es ya parte de la cultura. ¿Llegó el veganismo para quedarse? ¿En qué situación se encuentra?

El interés por este movimiento experimenta un crecimiento continuo, especialmente durante la última década, hasta tal punto que la revista británica The Economist bautizó 2019 como el año del veganismo.

Sin embargo, el veganismo existe oficialmente desde 1944 cuando Donald Watson y Elsie Shrigley crearon un grupo de vegetarianos que además no consumiesen ni lácteos ni huevos. Redactaron un boletín llamado The Vegan News. Fue el origen de la Vegan Society, que es la organización vegana más antigua del mundo.

“El veganismo es una filosofía y forma de vida que busca excluir, en la medida de lo posible y practicable, todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales para alimentación, vestimenta o cualquier otro propósito”, recoge la asociación.

Desde el activismo, se trata de una postura política que busca más allá de los cambios individuales, cambios sociales.

¿Por qué cada vez más gente se suma al veganismo?

Con los avances científicos y los medios de comunicación, la sociedad tiene a su disposición más información sobre los efectos negativos que nuestra manera de vivir tiene para con nuestra salud, el resto de los animales y el planeta. Además, toda esta información se difunde de manera mucho más rápida gracias a las redes sociales. En este sentido y en las redes sociales, el hashtag veganfoodshare es uno de los más populares en Instagram. En este sitio es posible encontrar cómo hacer una tortilla de papas sin huevo o menús semanales libres de productos de origen animal.

El veganismo también empieza a entrar en la agenda pública y política. Pretende hacer consciente a la población de los efectos nocivos que pueda tener la industria ganadera, a pesar de estar tan arraigada en nuestra cultura y tener un importante poder económico. Gracias al incesante trabajo de organizaciones animalistas, en los últimos años se ha podido ver en los medios de comunicación tradicionales notas y  reportajes que destapan las pésimas condiciones de vida de animales destinados al consumo humano.

La mayoría de las personas veganas son jóvenes de entre 15 y 35 años que viven en países desarrollados

Al mismo tiempo, aumentan las voces que alertan de los impactos negativos del consumo de carne para la salud y para el planeta. La FAO incluyó en el año 2015 las carnes procesadas industrialmente en la lista de productos potencialmente cancerígenos. Y determinadas organizaciones ecologistas hablan finalmente de las consecuencias de la ganadería para el medio ambiente y el cambio climático. Ante la emergencia climática actual y las evidencias irrefutables han tenido que poner el foco entre la relación del consumo de carne y el cambio climático que hasta ahora obviaban. 

En otro orden, los estereotipos sobre la palabra ‘vegana’ están cambiando y son más positivos. Y es que es difícil denostar infinitamente a un grupo en constante aumento y heterogéneo. La mayor parte de las personas veganas son jóvenes de entre 15 y 35 años que viven en países desarrollados. En España, el 0,5% de la población es vegana. Si sumamos a vegetarianos y flexitarianos, supone un 9,9%, según datos de 2019 del estudio The Green Revolution.

Por todos estos motivos, el imparable auge del movimiento traspasa la frontera de la comida. Hay moda y cosmética vegana e incluso viajes. Cada vez es más secillo ser vegano