Cuando se habla de ese mal tan conocido por todos como es el reuma siempre se cree que se trata de un problema exclusivo de las personas mayores. Sin embargo, existen casos que abarcan a niños, adolescentes y jóvenes, aunque en estos casos un adecuado tratamiento ayuda a sobrellevar la situación, pero como no son tan conocidos, vale la pena contar más de esta cuestión que no debe ser descuidada.

Sobre qué tipo de variante de esta enfermedad es más común a la temprana edad, sobresale la Artritis Idiopática Juvenil, aunque también puede observarse Lupus Eritematoso Sistémico, Dermatomiositis, Vasculitis, Esclerodermia y otras.

Entre los síntomas más frecuentes presentes en los niños, se encuentran el dolor e inflamación articular, sumado al mal estado general. En algunos casos puntuales puede percibirse una disminución o pérdida de la fuerza muscular, y en otros casos fiebre prolongada o periódica, erupciones en la piel y compromiso de órganos internos.

Síntomas diferentes

Es importante destacar que los síntomas no son los mismos en los adultos, aunque la inflamación es el mecanismo que lleva al desarrollo de la enfermedad, cualquiera fuera la edad del paciente.

En lo que respecta al diagnóstico, este se realiza básicamente con la observación clínica del paciente, pero además son necesarios algunos análisis de laboratorio y estudios de imágenes. Es de suma importancia que se realice un diagnóstico y un tratamiento precoz, ya que cambia la vida de los pacientes.

Las complicaciones que pueden conllevar estas enfermedades van desde la limitación del movimiento de las articulaciones hasta el compromiso de órganos internos, que varía según la enfermedad de la que se trate como así también del órgano que se esté comprometiendo.

El diagnóstico se realiza a partir de la observación clínica del paciente, pero además son necesarios análisis de laboratorio y estudios de imágenes

Las particularidades de los tratamientos difieren de acuerdo al tipo de enfermedad, pero en líneas generales se utilizan medicamentos anti-inflamatorios y otros que modifican la inmunidad. Es importante destacar que el tratamiento debe ser indicado y supervisado regularmente por el reumatólogo pediatra. Se requiere, además, un adecuado plan de ejercicios indicados por el terapista físico o kinesiólogo y una correcta orientación en las actividades físicas escolares y extraescolares.

Sobre los tratamientos

En cuanto al tratamiento en sí, el mismo tiene como objetivo primordial lograr controlar la actividad lo más tempranamente posible para evitar, o en tal caso minimizar, posibles secuelas que este mal deja. Cuanto más precozmente se logre controlar la actividad de la enfermedad, mejores van a ser los resultados.

Para llevar a cabo el tratamiento, el paciente debe ser asistido por un equipo interdisciplinario liderado por el reumatólogo pediatra. Dicho equipo además deberá contar con clínico pediatra, oftalmólogo, terapista físico o kinesiólogo y otras especialidades pediátricas.

Hay que tener en cuenta que no existe un tratamiento que cure definitivamente las enfermedades reumáticas, pero existen numerosos tratamientos que pueden controlar la actividad, lo que se conoce como remisión de la enfermedad.