Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una jornada para generar conciencia sobre las causas, los síntomas, la prevención y el tratamiento de esta grave afección que se encuentra en constante aumento en todo el mundo. Por ello, Crónica Web consultó a especialistas de la salud para conocer el alcance de esta patología y poder implementar cuidados a tiempo.

La diabetes es una enfermedad tratable que tiene algunas raíces hereditarias y otras prevenibles, provocadas, en gran medida, por dietas poco sanas, falta de actividad física y dificultades en el acceso a los servicios de salud y medicamentos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas con diabetes aumentó y se esperan 522 millones para el año 2030. En 2019, esta enfermedad causó de forma directa 1,5 millones de defunciones.

“La diabetes es un problema grave y creciente en todo el mundo, en especial en el mundo occidental tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. Para tener una idea, en el año 2000 había en el mundo 170 millones de diabéticos, casi el 3% de la población mundial de ese momento tenía diabetes. Actualmente, hay 425 millones, casi el 9%. En solo 20 años aumentó una enormidad, y a menos que se implementen programas efectivos de prevención, se calcula que en 2045 se llegará a 630 millones de pacientes con diabetes”, explicó el Dr. José Luis Barisani (M.N. 57.706), Director del Consejo Interamericano de Falla Cardíaca e Hipertensión Pulmonar de la Sociedad Interamericana de Cardiología.

En la Argentina, la situación no es menor. Según la 4ta encuesta nacional de factores de riesgo del año 2019, en el país 1 de cada 10 personas son diabéticas, aunque solo 4 de cada 10 conocen esta condición. ”El aumento de la diabetes se asocia a un estilo de vida que favorece el sedentarismo, la falta de actividad física, una alimentación no saludable, con muchas calorías, grasas e hidratos de carbono, aumento de peso y obesidad, con desarrollo de grasa abdominal, a lo que se suma el estrés”, señaló el especialista.

La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina (hormona que regula el azúcar en la sangre) o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre) que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.

Según datos de la OMS, el número de personas con diabetes aumentó y se esperan 522 millones para el año 2030.

“Si no se controla adecuadamente, la diabetes también puede causar otras complicaciones como, por ejemplo, ceguera producida por retinopatía diabética, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o la amputación de los miembros inferiores, debido a la neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo”, adviritó la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

Tipos de diabetes y causas

Existen diferentes tipos de diabetes: la de tipo 1, también llamada insulinodependiente, juvenil o de la infancia, se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Algunos de sus síntomas son: producción excesiva de orina, presencia de sed con aumento de la ingesta de líquidos, hambre constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.

Por otro lado, la diabetes de tipo 2, no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta, tiene que ver con una utilización ineficaz de la insulina. “Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe, en gran medida, al peso corporal excesivo y a la falta de actividad física. Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero se presentan con menor intensidad”, detalló la experta.

Por último, la diabetes gestacional se caracteriza por la hiperglucemia que aparece durante el embarazo y alcanza valores que, a pesar de ser superiores a los normales, son inferiores a los establecidos para diagnosticar esta enfermedad.

Todo lo que provoca que el peso en la población aumente, como los alimentos ultraprocesados, el déficit en la alimentación con vegetales, frutas y legumbres, impacta en el aumento de la diabetes.

Con respecto a las causas, hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. “El aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad, al sedentarismo, a un estilo de vida con un nivel de estrés mayor, y a la alimentación. O sea, todo lo que provoca que el peso en la población aumente, como los alimentos ultraprocesados, el déficit en la alimentación con vegetales, frutas y legumbres, impacta en el aumento de las enfermedades metabólicas como diabetes, hipertensión y en definitiva, en la enfermedad cardiovascular y renal”, afirmó la Dra. Florencia Aranguren (M.N. 107.999), Directora de la Diplomatura de Riesgo Cardiometabólico y Renal Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.

Otros factores son: tener más de 45 años, contar con antecedentes familiares de la enfermedad, presentar hipertensión arterial, el colesterol elevado, así como también haber tenido diabetes gestacional.

Riesgos

Las personas con diabetes de tipo 2 van a ver afectadas progresivamente sus arterias y los pequeños vasos sanguíneos, a esto se le llama microangiopatía. “Esto sucede especialmente en tres órganos (corazón, riñón y cerebro). En el corazón, se manifiesta con angina de pecho, infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca. La diabetes también predispone al accidente cerebrovascular”, señaló Barisani.

Otro de los problemas es el desarrollo en los diabéticos de enfermedad renal. Esto no siempre se detecta y diagnostica a tiempo, por lo que debe vigilarse la función renal con análisis clínicos periódicos. “Casi la mitad de los pacientes que tienen insuficiencia renal, esta fue causada por diabetes. Entre el 20 y el 40 por ciento de los diabéticos presentan nefropatía, o sea que es muy frecuente la asociación entre diabetes y enfermedad renal. Esto requiere que todos los diabéticos controlen periódicamente su función renal, que se hagan análisis de urea, de creatinina, de orina de 24 horas, para ver cómo está el funcionamiento de los riñones y en especial para ver la proteinuria, es decir, la eliminación aumentada de proteínas en orina, que es un indicador de que las cosas no están bien y de que hay que empezar un tratamiento”, añadió el doctor.

No atendidos a tiempo, los pacientes que tienen diabetes e insuficiencia renal pueden llegar a necesitar diálisis, trasplante renal o morir por insuficiencia renal.

Además, el diabético tiene alto riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca, una complicación grave que se da por pérdida de la fuerza en la contracción muscular o mayor rigidez del músculo cardíaco. “En la actualidad se estima que aproximadamente el 2 a 3% de la población general tiene insuficiencia cardíaca, pero si estudiamos a los diabéticos mayores a 64 años, asciende al 12 a 22%, reveló Barisani.

Según la 4ta encuesta nacional de factores de riesgo del año 2019, en el país 1 de cada 10 personas son diabéticas, aunque solo 4 de cada 10 conocen esta condición.

Por otra parte, entre los pacientes que tienen insuficiencia cardíaca, hay muchos diabéticos: hasta el 40%. En Argentina se da lo mismo: los registros muestran que el 30 a 40% de los pacientes internados por insuficiencia cardíaca tienen diabetes. Por otro lado, los pacientes con insuficiencia cardíaca que no tienen diabetes tienen mayor riesgo de desarrollarla.

En las mujeres, la diabetes es especialmente dañina sobre el corazón y los riñones, tienen hasta 5 veces más posibilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca.

Tratamiento y prevención

Con respecto a los tratamientos que pueden aplicarse para mejorar los cuadros clínicos de las personas con diabetes, insuficiencia cardíaca o enfermedad renal, en la actualidad se sabe que un adecuado control de las glucemias, no alcanza para retrasar o minimizar las complicaciones de la diabetes. “Es necesario tener una mirada más integral del paciente en donde no solamente se controle la glucemia sino también otros factores de riesgo cardiovasculares, como el colesterol elevado y la presión arterial. No fumar, tener un peso adecuado y una alimentación lo más completa posible con respecto a frutas, verduras, legumbres, harinas integrales, aumentar la fibra de la dieta también va a contribuir para que la diabetes esté controlada y se prevenga la insuficiencia cardíaca y la enfermedad renal”, opinó Aranguren.

Por su parte, El Haj insistió con la importancia de la detección precoz y la asistencia profesional a tiempo. “El acceso a los servicios de salud son cruciales para la prevención y el tratamiento. Además, se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o por lo menos retrasar su aparición”, aseguró la experimentada médica. Según la médica, algunas medidas que se pueden adoptar para evitar esta enfermedad y sus complicaciones son:

● Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.

● Mantenerse activo físicamente: se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.

● Consumir una dieta saludable, evitando el azúcar y las grasas saturadas.

● Evitar el consumo de tabaco, ya que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.