En el proceso reproductivo hay varios factores que entran en juego, que hacen que la fertilidad y la posibilidad de concebir aumenten o disminuyan. La edad y la genética son características que no pueden modificarse, pero la alimentación y el peso pueden adecuarse a esta etapa de la vida para mejorar las probabilidades, así como la salud del organismo.

Son muchas las personas que solo buscan una consulta nutricional cuando presentan algún padecimiento o enfermedad, sin embargo, la información que puede brindar un profesional es esencial para prevenir y cuidar la salud integral. Estos espacios de asistencia son vitales a la hora de iniciar un proceso reproductivo.

"Aún estando en un peso adecuado tanto la mujer como el hombre, cuando comienzan la búsqueda de un hijo, es oportuna y sugerida la consulta con una nutricionista especialista en fertilidad para evaluar si existen carencias de algún nutriente esencial para esta etapa", explicó Julieta Lupardo, Licenciada en nutrición (M.N. 6.858) de Halitus Instituto Médico.

En la consulta nutricional se van a considerar los antecedentes familiares y se hará una valoración de hábitos exhaustiva para tener un panorama integral. También se evalúa la tolerancia a ciertos alimentos, el ritmo evacuatorio, la inflamación intestinal o la distensión abdominal. Esto se realiza porque es importante que durante el proceso de búsqueda, el organismo se encuentre en equilibrio.

"Por un lado, se hace hincapié en la calidad de la alimentación, y por el otro, se evalúa si existe algún signo de inflamación. Si alguno de estos dos factores se encuentra alterado, el organismo no es capaz de focalizar la energía recibida a través de los alimentos en la reproductividad sino en paliar la ausencia de un nutriente. Es por esto que la alimentación debe ser saludable y armónica, con nutrientes que sobresalen y son de vital importancia", señaló Guillermina Sousa (M.N. 9.827), nutricionista del mismo centro médico.

Dieta mediterránea

Realizar una dieta estilo mediterránea es la mejor opción -coinciden las especialistas- ya que se caracteriza por ofrecer alimentos con poder antioxidante y antiinflamatorio que ayudará a retrasar el envejecimiento de las células, mejorando la calidad ovárica y seminal. Por otro lado, el efecto antiinflamatorio sistémico va a mejorar el funcionamiento de los distintos aparatos que conforman al cuerpo humano, el reproductivo incluido.

En la consulta nutricional se van a considerar los antecedentes familiares y se hará una valoración de hábitos alimenticios exhaustiva para tener un panorama integral.

Los alimentos a ingerir de manera diaria son:

  • Frutas y verduras de todos los colores (crudas o cocidas) por su contenido de fibra y ser fuente de prebióticos.
  • Carnes blancas, principalmente pescados grasos (salmón, atún, arenque, caballa, sardinas) por ser fuente de Omega 3.
  • Huevo por su calidad de proteínas y de grasas (principalmente insaturadas).
  • Cereales integrales (pan integral, avena, arroz yamaní, arroz integral, fideos integrales) y legumbres por su alto contenido de fibra.
  • Palta, frutos secos, aceitunas, aceite de oliva extra virgen, por su contenido de Omega 9 y fibra.

La dieta mediterránea también tiene como consecuencia mejorar la calidad de la microbiota, es decir, el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus y parásitos) que habitan en el cuerpo. La mayor parte se encuentra en el intestino, pero pueden existir en distintos órganos, como ser la cavidad uterina, la vagina, los pulmones, la piel, etc. Cada persona tiene una microbiota particular que está influenciada por la alimentación, el ambiente e incluso la edad o el estado hormonal.

El predominio de Lactobacilos y bifidobacterias en la microbiota influyen en la mejora de la fertilidad actuando a distintos niveles.

¿Por qué la ingesta de fibra es tan importante en esta etapa? "Porque al no digerirse a nivel intestinal, la fibra fermenta y genera producción de ácidos grasos de cadena corta (ácido propiónico, láctico y butírico), que trae como consecuencia un efecto antiinflamatorio, actuando también como alimento para los microorganismos", explicaron las nutricionistas.

En algunos casos puede sugerirse el agregado de probióticos, que son bacterias que llegan vivas al intestino y que también tienen la capacidad de fermentar y generar efecto antiinflamatorio. Los probióticos pueden consumirse a través de los alimentos o en cápsulas.

Asimismo, los especialistas suelen hacer hincapié durante la consulta en la ingesta de antioxidantes como Vitamina A, C, E y Selenio por ser imprescindibles para la etapa en que se busca un embarazo.

En conclusión, la consulta con la nutricionista especializada en fertilidad debería formar parte de la evaluación de todas las personas que se encuentran en el camino de tener un hijo. Es parte del enfoque integral del tratamiento de la infertilidad.