Por Jimena Golender
[email protected]

Como ocurre cada año, el 1 de octubre se celebra el Día Mundial del Vegetarianismo, un evento que promueve los beneficios de este tipo de alimentación.

En 1977 la Sociedad Vegetariana de Norteamericana estableció esta fecha y un año después fue ratificada por la Unión Vegetariana Internacional, con el objetivo de informar y dar a conocer los pilares en que se basa en el vegetarianismo.

La idea de abstenerse de comer todo tipo de carne, independientemente del animal del que provenga, surge como una forma de lucha contra el maltrato animal y los abusos cometidos dentro de la industria de la alimentación. Pero además, el vegetarianismo- al igual que el veganismo- tiene un papel fundamental en la conservación de los recursos naturales y la lucha contra el hambre en todo el mundo.

En los últimos años el número de vegetarianos se multiplicó exponencialmente gracias a dos aspectos fundamentales: el primero tiene que ver con un mayor acceso a la información sobre el tema y el segundo es que ahora existe más variedad en la oferta de productos para quienes optan por seguir esta clase de dieta. Este último punto también impactó en los precios, reduciéndolos y logrando que sean más accesibles.

Sin embargo, todavía existen diversos mitos sobre el vegetarianismo que carecen de fundamento científico y aleja a las personas de este tipo de dieta. "Hay 3 mitos con respecto a la alimentación vegetariana: comer vegetariano es deficiencia de nutrientes, que es caro y que implica la realización de recetas complicadas", explica Juliana Lopez (M.N. 1305), Lic. en Nutrición con Certificación en Alimentación Vegetariana.

Si bien es cierto que las proteínas, el hierro, el calcio, vitamina b12, la vitamina d, el zinc y el yodo son considerados nutrientes críticos para esta dieta, "si la alimentación vegetariana es correctamente planificada, saludable y nutricionalmente adecuada, solo generaría efectos positivos en la salud", advierte Lopez.

Lo más importante para comenzar a practicar el vegetarianismo es que la dieta sea variada y cubra las necesidades energéticas que el organismo necesita para estar fuerte y saludable.

Según la especialista, el plan alimenticio debe ser a base de proteínas como las legumbres (lentejas, porotos, garbanzos y arvejas), la soja y el seitán. Asimismo, debe incluirse verduras (con un mayor consumo de coles) y frutas, cereales, semillas y frutos secos.

"Es recomendable incluir alimentos que sean ricos en calcio y que su biodisponibilidad sea óptima como los coles, bebidas vegetales, tofu, almendras, semillas de sésamo, semillas de amapola. Hay que asegurar un adecuado aporte de vitamina d (leches adicionadas, suplementos y también la exposición al sol) e incluir alimentos ricos en omega 3(nueces, aceite y semilla de chía, lino)", detalla la nutricionista.

Además, se pueden agregar facilitadores de la absorción del hierro como la vitamina c y suplementar con vitamina b12. Es importante tener en cuenta que se debe lograr una complementación proteica û agrega Lopez-, utilizar técnicas de germinación y fermentación mejoraran la calidad nutritiva de la alimentación.

Cualquier persona puede iniciar este tipo de dieta cuando lo desee, no hace falta seguir una progresión pero sí asesorarse con un nutricionista. La consulta con un profesional del área es esencial para adaptar la dieta vegetariana a lo que cada cuerpo requiere.

POR J.G.