Al igual que otros órganos como el corazón o el hígado, la piel necesita de nutrientes específicos que le ayuden a conservarse, a mantenerse elástica y regenerar tejidos. Lo negativo es que al igual que existen alimentos para ayudar a cuidarla y prevenir su envejecimiento, hay otros que pueden resultar nefastos. Conocé cuáles son. 

Harinas

Según estudios profesionales, un alto consumo de azúcares y harinas refinadas, pueden generar alteraciones en el organismo que se reflejen en la piel, provocando acné.

Carnes Rojas

El impacto que tiene la ganadería industrial en el medio ambiente, desde el punto de vista nutricional y los efectos que el consumo habitual de carne roja puede tener, reducir la ingesta es clave tanto para la piel, como para el organismo.

Las proteínas de origen animal, al tener un proceso digestivo diferente al de las de origen animal, quedan retenidas durante más tiempo. Entonces los residuos se empiezan a liberar por los poros de la piel, provocando la aparición de acné y espinillas. Además, estudios como el presentado el año pasado por investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, relacionan el consumo de carne con enfermedades degenerativas.

Reducir la ingesta de carnes rojas es clave tanto para la piel como para el organismo.

Alcohol

Consumir alcohol disminuye la oxigenación de la piel y le hace perder elasticidad al afectar a la producción de colágeno. A largo plazo, produce un envejecimiento prematuro al afectar directamente a la asimilación de la Vitamina A. Esta sustancia también produce una reacción inflamatoria que se traduce en poros más dilatados, aparición de telangiectasias y hasta rosácea facial.

Lácteos

En reiteradas ocasiones, los lácteos pueden ser los culpables directos de los brotes de acné. Son ricos en grasa, pero su opción desnatada o sin lactosa no es mucho mejor, ya que la lactosa, incluso hidrolizada en galactosa o glucosa (en las leches sin lactosa), convierte a la leche en un alimento con un alto índice glucémico.

Además, las bacterias que contienen los yogures pueden alterar la microbiota intestinal, aunque normalmente esto es positivo, en algunas personas puede provocar enfermedades dermatológicas autoinmunes como dermatitis o psoriasis.

Las bacterias que contienen los yogures, pueden alterar la microbiota intestinal.

Gluten

Hay personas que, sin ser intolerantes al gluten, padecen cierta sensibilidad a esta proteína sin llegar a ser celíacos. Los síntomas pueden reflejarse en la piel en vez de a nivel digestivo, no apareciendo diarrea ni distensión abdominal, pero sí brotes de dermatitis herpetiforme, una erupción crónica, caracterizada por ampollas y protuberancias en la piel, además de una gran picazón", destaca Díaz. 

Carbohidratos no integrales

Al tener un índice glucémico alto, los carbohidratos no complejos o no integrales, como el pan blanco o la pasta, fomentan la inflamación cutánea, rompiendo el colágeno de la piel junto a la elastina, favoreciendo la ruptura de la elasticidad de la piel.

Algo que también ocurre con los alimentos fritos y rebozados, además de los ricos en grasas trans, que desestabilizan la glucosa en sangre y fomentan la generación de sebo.

Lo que se traduce de nuevo en brotes de granos y acné. Además, una dieta basada en la ingesta de alimentos ricos en este tipo de grasas, que son ácidos grasos insaturados, formados durante el proceso industrial de convertir aceite líquido en grasa sólida; aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, principal causa de muerte en los adultos.