Sin la presencia del calor abrasador del verano o el frío atemorizador que trae el invierno, muchas personas optan por esta estación para volver a los entrenamientos o actividades físicas para mantenerse en buen estado, aunque para retomar cualquier ejercicio es vital pasar por un especialista y realizar estudios y chequeos para que todo esté en equilibrios, además de mantener hábitos saludables.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar todo tipo de actividad física, que está definida como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía”.

Lo cierto, es que la actividad física es todo tipo de movimiento, incluso durante el tiempo que estamos de ocio, para desplazarnos a distintos lugares y desde ellos, como parte de la vida de una persona, y lo más importante es que la actividad sea moderada o intensa, otorga diversos beneficios para nuestro organismo.

Chequeos: palabra médica

Con relación a este tema, la doctora Valeria El Haj (M.N. 99.291) sostuvo que “realizar actividad física con regularidad ayuda a mantener una vida saludable, con evidentes beneficios corporales, una mayor sensación de vitalidad y optimismo, además de contribuir con la disminución del estrés”.

Si bien realizar cualquier tipo de actividad es bueno para el cuerpo, hay que tener en cuenta la necesidad de realizar controles para descartar cualquier tipo de anomalía que se presente, y de ser así, realizar el respectivo tratamiento para evitar mayores inconvenientes en el futuro.

“Es relevante realizar un examen médico previo al inicio de cualquier actividad física, solo por precaución. Esto incluirá diversos estudios dependiendo de la edad de la persona y los antecedentes de enfermedades propias y/o familiares”, agregó la especialista en este campo.

Estudios a tener en cuenta

Cabe destacar, que los objetivos concretos de estos exámenes son detectar enfermedades y/o condiciones que pongan en riesgo la salud del paciente, como por ejemplo, detectar una cardiopatía congénita y detectar patologías que favorezcan la aparición de injurias deportivas, tales como tendinitis, lesiones tibiales por estrés, inestabilidad en el hombro, entre otras.

Lo cierto, es que realizar deportes o cualquier tipo de actividad física es vital para la salud psicofísica de las personas, genera liberación de endorfinas (hormona que produce el organismo y genera un estímulo cerebral brindando sensación de plenitud y bienestar), entre otros tantos.

¿Cuáles son sus beneficios?

Existe una lista de diversos beneficios que trae la realización de cualquier actividad física de forma regular, entre las cuales figuran las siguientes: reduce el riesgo cardiovascular, mejora la circulación y tensión arterial, controla los niveles de glucosa e insulina en la sangre, mejora la salud mental por mayor relajación y optimismo, menor estrés y depresión, controla el peso, con una dieta correcta en la cual se quemarán más calorías de las que se consumen, fortalece huesos y músculos evitando la pérdida ósea y muscular con la edad, reduce el riesgo de cáncer, mantiene la función del cerebro, reduce el riesgo de caídas, mejora el equilibrio y la coordinación del movimiento, mejora la salud sexual, reduce la disfunción eréctil y aumenta el deseo sexual, aumenta el tiempo de vida, reduce la muerte prematura cardiovascular y por cáncer, descansa mejor, ayuda a conciliar el sueño más rápido y dormir más tiempo y facilita dejar de fumar, reduciendo la ansiedad, apetito y los signos de abstinencia.

Sin embargo, para realizar una rutina diaria de manera correcta hay recomendaciones a tener en cuenta, como aumentar las actividades diarias, con pequeños cambios y programar ejercicio variado y progresivo, llevar un registro de la actividad, usar elementos de monitoreo y establecer metas, realizar actividades con amigos y familiares para que las personas disfruten más la actividad física, hacer entretenido el ejercicio con música o televisión y rotar las actividades, son estrategias que motivan y no suspender por mal clima, realizar ejercicio en el hogar o en un gimnasio.

Si bien está recomendado hacer cualquier tipo de actividad física con regularidad, la práctica de ejercicio no está exenta de riesgos, pudiendo ocurrir traumatismos, arritmias cardíacas, infarto agudo de miocardio y hasta la propia muerte súbita. Y la aparición de estos riesgos se incrementa cuando existen enfermedades de base como diabetes, hipertensión arterial, alteraciones y colesterol elevado, obesidad y enfermedad de las arterias, aunque muchas veces las personas desconocen que la padecen.

Otro factor a tener en cuenta tiene que ver con las temperaturas extremas, ya que los ambientes cálidos y húmedos aumentan el riesgo de enfermedad por calor ate el ejercicio, generando síntomas menores como calambres hasta pérdida de la conciencia, y en las bajas temperaturas se presentan riesgos generales y particulares sobre todo en los pacientes con enfermedad coronaria y debe suspender la actividad ante síntomas de malestar.

Respecto a los síntomas que hay que prestarle atención y concurrir a un profesional de la salud, estos son algunos de ellos: dificultad para respirar, mareos o desmayos, dolor u opresión en el pecho, lo que se conoce como angina, dolor, entumecimiento, debilidad y sensación de frío en las piernas o brazos, síncope o pérdida súbita de la conciencia, hinchazón en las piernas, abdomen o en el área alrededor de los ojos, palpitaciones nuevas, pérdida de fuerza o sensibilidad en alguna parte del cuerpo, imposibilidad o dificultad para hablar, dolor en el cuello, mandíbula, garganta, área superior del abdomen o espalda.

Pensamiento calificado

Nada mejor que la palabra de un especialista para aconsejar a aquellos que vuelven o comienzan para arrancar una nueva etapa para correr. “Lo ideal es que aquellas personas que quieran volver consigan un entrenador o alguien que los oriente para no cometer errores de principiantes, entre los cuales puede haber sobreentrenamiento o lesiones. Las motivaciones para un corredor, en una época donde no hay carreras, es volver a entrenar porque nos gusta, y para las personas que nunca han hecho nada, la motivación hay que buscarla por el lado de la salud, saber que le va a mejorar la calidad de vida”, le dijo Luis Migueles a Crónica.

Para saber cómo comenzar la etapa, el guía sostuvo que “hay que empezar por un entrenamiento controlado, gradual, lo cual es difícil si la persona lo hace sola, por eso aconsejaba lo del entrenador. Para aquel que no hizo nada lo mejor es correr por tiempo y no por kilómetro, de hecho, con una caminata de 20 o 30 minutos a baja intensidad es lo ideal”.

El entrenador agregó que “el problema que tienen las personas que no hicieron mucho, es que empiezan a correr o quieren bajar de peso, y eso hace que corran a altas pulsaciones para bajar de peso, pero lo ideal es correr a bajas pulsaciones donde uno puede quemar grasas y no se pone en estado aeróbico”.

Hábitos saludables

Para acompañar un chequeo o control respectivo con un médico de cabecera, también existen algunos hábitos saludables que hay que llevar adelante para mantener el cuerpo en buen estado, y evitar enfermedades a futuro que pueden complicarnos. 1) Dejar de fumar: se estima que la exposición al tabaco es responsable del 10 por ciento de todas las muertes ocasionadas por las enfermedades cardiovasculares, por otro lado, el riesgo de infarto de miocardio y del ACV empieza a disminuir inmediatamente después de suspender la exposición al tabaco y se puede reducir a la mitad en tan solo un año.

2) Realizar exámenes médicos regulares y controlar las enfermedades, tales como la presión arterial alta, colesterol alto y diabetes. 3) Seguir una dieta baja en sal y grasas saturadas. 4) Mantener un peso saludable, ya que el exceso de peso normalmente empeora otros factores de riesgo, como la HTA, colesterol alto y DBT. 5) Reducir y controlar el estrés, ya que este puede dañar las arterias y empeorar otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas y 6) Mantener los hábitos de sueño saludables.

Por G.A.