Covid-19: ¿Qué se sabe de las nuevas variantes de coronavirus XD, XE y XF?
La agresividad del SARS- CoV- 2 disminuyó, pero el virus continúa mutando para seguir en circulación.
La pandemia bajó su intensidad, pero el virus Sars-Cov-2 continúa en permanente evolución. Es por eso que especialistas en microbiología recomiendan tomar las precauciones correspondientes ante el surgimiento y avance de nuevas variantes.
Un reconocido biólogo explicó en detalle cómo se desarrolla este tipo de virus y cómo se adapta para evolucionar a través de mutaciones. El informe fue publicado recientemente en la revista científica The Conversation, y es uno de los primeros que menciona a las variantes más recientes del Sars- CoV-2.
En las últimas semanas el mundo científico comenzó a hablar de una nueva serie de mutaciones del coronavirus, apodadas XD, XE y XF. Estas variantes son recombinantes de otras cepas preexistentes.
¿Cómo evolucionan los coronavirus?
Los dos procesos que impulsan la evolución de estos virus son la variación genética y la selección natural. La primera “se produce por errores en la replicación del material genético”, explicó el Dr. Antonio G. Pisabarro, catedrático de Microbiología en el Departamento de Ciencias de la Salud del Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada de Universidad Pública de Navarra y autor del artículo publicado.
Estos errores son sorprendentemente infrecuentes, teniendo en cuenta la cantidad de material genético que se replica en cada generación y la velocidad del proceso. Sin embargo, “los enormes números de microorganismos o de virus que se replican constantemente hacen que lo infrecuente ocurra”, advierte el especialista. Así las mutaciones se acumulan en la población.
La replicación del material genético es más precisa y frecuente en aquellos organismos y estructuras que usan como soporte el ácido ribonucleico (ARN). Estos son más propensos a la mutación que los virus de ADN o que las bacterias y otros organismos celulares.
La selección natural, por otra parte, “es el proceso por el que unos organismos tienen mayor éxito reproductivo que otros en un ambiente dado y pueden llegar a desplazar a los competidores haciéndose predominantes o exclusivos”, asegura el experto.
Los coronavirus son pequeños virus de ARN con una alta variabilidad. “Eso les permite, como grupo, adaptarse a distintos ambientes (infectar diferentes tipos de animales) y generar constantemente nuevas variantes cuya abundancia relativa dependerá de su éxito reproductivo”, señala el artículo.
De esta forma, desde el surgimiento del SARS-CoV-2 fueron surgiendo nuevas cepas y subvariantes del virus. “Considerando los millones de partículas víricas que se producen dentro de cada persona infectada y la frecuencia de las mutaciones, la aparición de nuevas variantes del virus es un fenómeno inevitable y que permanecerá constante en el futuro”, remarca el biólogo.
Nuevas amenazas
Las últimas variantes en aparecer (denominadas con la letra X) son recombinantes de otras cepas preexistentes. “Se formaron en el curso de la coinfección de una misma célula por dos coronavirus de estirpes diferentes”, dice la publicación. Esto se debe a que “durante la replicación de los dos virus en una misma célula, pueden combinarse sus materiales genéticos dando lugar a un nuevo virus que reúna características de ambos progenitores. Si este nuevo virus tiene más éxito reproductivo que los otros presentes en la población, predominará y se hará prevalente”, agrega la revista científica.
Las subvariantes XD, XE y XF captaron rápidamente la atención de los científicos tras su detección en Francia, Dinamarca y el Reino Unido. Las tres incluyen material de la cepa BA.1 (ómicron) y, en el caso de las variantes XD y XF, de la variante delta. Puesto que estas variantes fueron detectadas con una cierta abundancia en los países citados, es esperable que su prevalencia aumente ya que tienen un éxito reproductivo suficiente como para destacar.
Los datos disponibles sugieren que estas variantes podrían ser más transmisibles que las anteriores, pero no hay datos significativos que indiquen que vayan a ser de mayor virulencia que las ya conocidas.
Por último, Pisabarro remarca que “las sucesivas olas de la pandemia deberían ser cada vez más suaves y la respuesta hospitalaria, en su caso, no se vería afectada significativamente”.