Mediante el ajuste anual que las distintas inmobiliarias llevan adelante según lo estipulado por la Ley de Alquileres, muchos inquilinos enfrentan en este comienzo de año aumentos grandes para su cuota mensual.

Con una suba del 52,2% en enero, distintos inquilinos contaron a cronica.com.ar cómo vienen atravesando la situación, las dificultades que afrontan para poder enfrentar las cuotas, que lleva en algunos casos a tener que pedir ayuda familiar para sobrevivir en el día a día.

"Soy jubilada y cobro la mínima de $29.062. Me van a aumentar el alquiler de $19.000 a cerca de $29.000, con lo cual todo lo que gano se me iría ahí. Tengo tres hijas que me ayudan a pagar la luz, el cable y la comida para vivir, sino no podría de ninguna manera", explica Cristina Cursio (68 años).

La mujer cuenta que vive en un monoambiente en el barrio porteño de Flores, al que llegó el año pasado luego de mudarse de departamento, y se muestra preocupada sobre cómo va a hacer para afrontar un aumento tan brusco.

"Me es muy difícil afrontar el aumento, así que empecé a buscar otras opciones. Para alquilar también cuesta encontrar lugar, una de mis hijas tardó seis meses en poder hallar un departamento dos ambientes", expresa sobre su situación Cursio.

A las dificultades que tiene en la actualidad, agrega que se suma la de que tuvo que dejar de trabajar en el cuidado de personas durante la pandemia para cuidar a su nieta, lo que le redujo su nivel de ingresos.

Una situación aún más difícil es la que atraviesa Teresa Lonano (59 años), quien vive en un departamento del barrio porteño de San Nicolás y en la actualidad se encuentra desempleada, debido a que tiene la enfermedad de Parkinson.

"Pago una cuota mensual de $19.000, pero desde el 1º de febrero voy a tener que pagar $28.700. Por mi enfermedad, recibo un subsidio habitacional de $13.000 con el que puedo cubrir una buena parte del alquiler, pero ahora no me va a alcanzar más", relata Lonano.

Para vivir, agrega que su hija la ayuda "a pagar la comida", pero dice que está "muy preocupada" porque no sabe cómo va a hacer para poder pagar el alquiler al estar sin trabajo y con su enfermedad.

"Mi médico me prohibió trabajar y mi empleadora me dejó sin trabajo en medio de la pandemia. Yo era empleada doméstica. Se me hace muy difícil y espero que la situación cambie, porque no se como pagar el aumento", enfatiza.

Por último, Zulma Sotomayor (56 años), quien trabaja en una empresa como personal de limpieza y vive en una casa de tres ambientes en la localidad bonaerense de Rafael Calzada, señala que está a punto de renovar su contrato, con un aumento que iba a ser de $10.000, pero que finalmente quedó en $7.000.

"Tengo la pension de mi marido que falleció que me ayuda a solventar los gastos, pero igual se hace muy pesado entre pagar los impuestos, el cable y el celular. Los alquileres se fueron por las nubes. Por suerte pude arreglar que me aumenten un poco menos", manifestó Sotomayor.

Con la Ley de Alquileres se fijó que la duración de los contratos debe ser como mínimo de tres años, en tanto que se estableció un ajuste anual único, definido según una fórmula que publica el Banco Central, que combina en partes iguales del índice Ripte de salarios y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.

Por M.C.