Como consecuencia del ataque contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner del último 1° de septiembre, el Gobierno nacional dispuso algunos "relevos e incorporaciones" en la custodia de la titular del Senado de la Nación, luego de llegar a la conclusión de que algunos de los efectivos de la Policía Federal que estaban a cargo de reguardarla esa noche no contaban "no tuvieron el nivel que a lo mejor uno espera que se tenga y es el momento para tomar esa decisión",  señalaron fuentes de la Casa Rosada.

De todas formas, los mismos voceros explicaron que "no se aumentó la cantidad" de los miembros de la custodia destinados a la protección de la vicepresidenta, sino que solamente  hubo "algunos relevos e incorporaciones de personal".

Con las variantes dispuestas, se busca fortalecer el protocolo de seguridad, cuyo funcionamiento "no tiene que cambiar" sino que lo que hay que hacer es "garantizar que se esté cumpliendo", el esquema de seguridad  ya establecido, detallaron. Sobre ese punto contaron que desde el Ministerio de Seguridad se está trabajando "con cada una de las custodias".

Con ese objetivo, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, se reunió el miércoles con el presidente Alberto Fernández en la Casa Rosada y previamente lo había hecho con Diego Carbone, el jefe de la custodia de Fernández de Kirchner, quien no estuvo presente en el momento del atentado. Cabe recordar que el jefe de Estado no le aceptó la renuncia al ministro cuando éste se la presentó después del atentado a CFK.

El operativo "no falló"

En cuanto a lo que ocurrió frente a la casa de Cristina, en Juncal y Uuguay, en el barrio porteño de Recoleta, las fuentes sostuvieron que el operativo "no falló" porque "siempre hay una cadena" de protección en torno a la ex presidenta y eso "se respetó" durante la situación de emergencia, con los cuatro custodios "que estaban alrededor de ella", más otros efectivos de civil.

Sin embargo, reconocieron como deficiencia que esa noche "alguien metió la mano" entre la multitud, en referencia al atacante Fernando Sabag Montiel, quien portaba una pistola Bersa e intentó dispararle a Cristina, tal como lo mostraron numerosas imágenes captadas en el momento del hecho.

Posteriormente, los voceros aseguraron que también se cumplió con "la cadena de custodia" del teléfono celular de Sabag Montiel, que fue entregado al Juzgado con sobre cerrado y "en bolsa de Faraday", en alusión a un tipo de envase metálico con un campo electromagnético nulo que se usa en estas situaciones.

Todos los funcionarios deben tener cuidados

Al ser consultadas respecto de la seguridad del resto de los miembros del Gabinete ministerial, las fuentes señalaron que la metodología sigue siendo la misma, aunque recalcaron que todos los ministros y secretarios de Estado recibieron la instrucción de "tener cuidados" y "someterse a los protocolos". Tras el ataque a la viepresidenta, se agrega un motivo extra: "Cuando suceden estas cosas pareciera ser que después hay efectos de contagio", lo que hace posible que surja otro intento de atentar contra alguien más del Gobierno, dijeron en la Casa Rosada.

Además, coincidieron en la hipotesis que el intento de magnicidio no fue obra ni de un "lobo solitatio" ni solamente de Sabag Montiel y su novia, Brenda Uliarte, ambos detenidos e imputados judicialmente. "Hay más gente detrás", aseguraron, y por eso recalcaron la necesidad de extremar las precauciones y cuidados en los movimientos de todos los funcionarios, desde el Presidente para abajo.