El tremendo cambio de vida del ex diputado Ameri, tras el escándalo en el Congreso: vive en el Conurbano y tiene un nuevo emprendimiento lejos de la política
El salteño debió renunciar a fines de 2020 por protagonizar una escena erótica con su pareja en plena sesión parlamentaria. Conocé dónde vive y qué dijo a un año del bochornoso hecho.
Juan Emilio Ameri, el ex diputado que protagonizó una escena erótica en una sesión virtual y provocó un escándalo a nivel nacional y mundial, salió de las penumbras y dio una entrevista para contar cómo es su vida ahora como desempleado y cómo afronta el día a día vendiendo artículos de camping y pesca por internet.
Hace poco más de un año, Ameri pertenecía a la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, puesto que conservó desde el 12 de diciembre de 2019 hasta el 25 de septiembre de 2020, cuando debió renunciar a causa de su accionar nada profesional delante de sus colegas y de todo el pueblo argentino.
Para el ex legislador nacional por la provincia de Salta, el escándalo que protagonizó no debería haber tenido tanta repercusión e indignación a nivel nacional que tuvo, ya que cree que su accionar fue una “desatención” de su parte. Así, refugiado por sus amigos y familia, Ameri, de 48 años, ahora pasa sus días en un departamento monoblock a la vera de Camino Negro, en la localidad de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
Juan Ameri rompió el silencio de este año y medio alejado de la política nacional y de los medios en una entrevista exclusiva que dio a La Nación. En diálogo con ese medio, remarcó que “a duras penas” llega a fin de mes y hasta el día de hoy alega que estaba convencido de que “no había conexión a internet” al momento del bochornoso acto.
Con la presión de sus compañeros encima, el protagonista del “pezoom” debió renunciar solo 24 horas después a su banca de diputado. “La pasé muy mal. Debo haber pensado, al menos, 100 formas de suicidarme. A ese punto... Si no lo hice fue porque no quise lastimar más a mis hijas. Cuando uno hace política está acostumbrado a las fakes news tan de moda ahora, aunque acá fue distinto”, se sincera Ameri, quien no extraña el puesto, pero sí todavía lleva consigo la espina de haber entendido que fue él el único responsable y culpable de esa vergonzosa situación.
"Fue solo un beso, nada más"
Sobre ese fatídico día, el también exintegrante de la hinchada de River Plate, contó que había ido su pareja a mostrarle cómo le habían quedado las prótesis mamarias y allí le preguntó: "¿Te puedo dar un beso?". "Le di un beso en la teta, nada más. La verdad, yo estaba convencido de que no tenía internet y cuando volvió la conexión me reconectó de forma automática", detalla sobre lo ocurrido y remarca una y mil veces que está “muy avergonzado” por lo que hizo.
“El dolor pasaba por el hecho de saberme responsable. Sabía que había metido la pata. De mí pueden decir que fui un bolu…, porque esa es la realidad, estuve desatento. Creo que lo que me permitió seguir viviendo y mirar a mis hijas a los ojos es que nunca nadie va a poder decir que participé de un hecho de corrupción o que me vendí. En cambio, sí van a poder decir que siempre que tuve la posibilidad de dar una mano a quien lo necesitó, lo hice”, asegura el ex diputado por la provincia de Salta ante los periodistas de La Nación.
Cuando le preguntaron si alguien le había advertido a tiempo a través de mensajes instantáneos, Ameri contestó que no y que sólo había atinado a girar la cabeza y ver que la cámara prendida. “Chau, la cagué”, resalta sobre el instante en que lo empezó a llamar “todo el mundo” al haber sido partícipe de lo que él todavía considera que “fueron cinco minutos de desatención”. Como forma de minimizar los hechos, el ex representante destaca que nunca faltó a una sola sesión, en menos de un año en el cargo.
Su renuncia era inminente
Tras el escándalo consumado, pensó “inmediatamente en renunciar”. “Consulté con las autoridades de mi bloque. Les dije que mi idea era presentar la renuncia en forma indeclinable, pero que estaba a disposición para lo que decidan, si tenía que sostener lo hacía. Y me dijeron que presentara la renuncia”, recuerda el ex diputado nacional.
Cuando le preguntaron qué había sentido en ese momento de suma vergüenza, político afirma haber pasado por un “dolor indescriptible”. Me fallé a mí mismo, a mis hijas y al pueblo. Podría haber dado mucho más. Me sobra capacidad para estar ahí. Fue una angustia..., continúa en su relato quien fue tildado de “diputeta” por los medios y la opinión pública.
Responsabilizó a los medios de comunicación
Lejos de una autocrítica que contemple todos los ángulos de su accionar, Ameri insiste en que la trascendencia mundial de lo que hizo se explica por “el lugar que le dieron los medios de comunicación opositores”. Asimismo, remarca que si “hubiese sido de Juntos por el Cambio no hubiese tenido la repercusión que tuvo”.
Para detallar su argumento del lugar que para él le dieron los medios de comunicación, el protagonista del “tetagate” indica que en una charla con amigos llegó a la conclusión de que “si te indignó más esto a que se nos mueran los pibes de hambre y de sed en el norte de la provincia, hay algo que está mal con la sociedad”.
Si bien reconoce que lo que hizo “fue grave” y que no lo quiere “minimizar”, remarca de manera irónica: “Si te indignó más eso a que un presidente haya endeudado nuestro país en 50 mil millones de dólares...”.
La periodista del medio ya mencionado hizo hincapié en que la falla del ex diputado se basó en que él estaba cometiendo un acto erótico cuando se supone que debería estar tratando de solucionar los problemas que planteó anteriormente. Ante eso, Ameri reiteró que solo “le estaba dando un beso” a su pareja y que esa acción “no fue un acto de libido”, sino “un acto de amor”.
“Fue producto de una distracción, no fue un hecho de corrupción. Yo, haciendo eso, no le arruiné la vida a nadie. O, mejor dicho, me la arruiné a mí, a quien era mi pareja en ese momento y a mi familia”, persiste en sus declaraciones.
Su carrera como político y su nuevo emprendimiento para subsistir
Según asegura, cuando estaba en el cargo ganaba alrededor de “doscientos mil pesos”. Sin embargo, en la entrevista revela que “la mitad de la dieta, o a veces más, la repartía, porque la pandemia fue terrible”. “Con la camioneta de un conocido íbamos a un mayorista y comprábamos alimento para repartir entre los que más necesitaban. Y ahí estuve dando una mano, no podía más que eso”, cuenta.
Ahora, Juan Ameri destaca que todavía es política, porque “una persona que hace política nunca deja de hacerlo” y que vive de comprar y vender cosas “Lo que sea, donde sea”, remarca.
“En la época de la pandemia, nos juntamos dos o tres compañeros e hicimos una inversión. Arrancamos comprando productos en China, traíamos bicicletas fijas o caminadoras y las revendíamos acá”, dice el ex diputado quien aclara que más tarde se dio cuenta de que le “daba un poco de pudor hacerlo” porque él es peronista y entiende que la importación “atenta contra la industria nacional”.
Por ello, explica que en el último tiempo busca productos nacionales y ahora vende cosas de camping por internet. En ese sentido, sostiene que “parte de la economía informal del país” y que no llega a fin de mes. “Verás como vivo...”, remata sobre el tema, mientras permanece sentado en su monoblock de uno de los barrios más humildes del partido lomense.
La causa que atraviesa Ameri tras el el "tetagate"
Ameri está imputado por la justicia salteña por “estorbo al acto funcional”, contemplado en el artículo 241 del código Penal que castiga con 15 días a 6 meses de prisión a quien “perturbare el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos”.
En ese sentido, el juzgado federal de Salta se declaró incompetente y la causa será remitida a los juzgados federales de la Capital.