El Papa Francisco grabó un mensaje para Argetina en el marco del 57° Coloquio de IDEA, en el cual hizo hincapié sobre la necesidad de generar trabajo genuino y el rol que cumplen los subsidios para las familias.

"Algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo. Que propongo una vida sin esfuerzo o que desprecio la cultura del trabajo. Imagínense si se puede decir eso de un descendiente de piamonteses que no vinieron a nuestro país con ganas de ser mantenidos sino con un enorme deseo de arremangarse para construir un futuro para su familia", aclaró el sumo pontífice.

Sobre esta línea, subrayó que "el trabajo expresa y fomenta la dignidad del ser humano", algo que le "permite desarrollar las capacidades que Dios le regaló. Le ayuda a tejer relaciones de intercambio y ayuda mutua", así como "le hace sentirse útil a la sociedad y solidario con sus seres queridos".

En ese sentido, Francisco consideró que "los subsidios sólo son una ayuda provisoria" y que "no se puede vivir de subsidios, porque el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas que permitan a todos construir el futuro con el esfuerzo y con el ingenio".

En un mensaje grabado desde el Vaticano de poco más de tres minutos dedicado a su país, en el marco del encuentro empresario que se dio en el marco de la presencia de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP),  el Papa se refirió varias veces "a la noble vocación del empresario que busca con creatividad producir riqueza y diversificar la producción, haciendo posible al mismo tiempo la generación de puestos de trabajo".

"Porque no me cansaré de referirme a la dignidad del trabajo. Lo que da dignidad es el trabajo. El que no tiene trabajo, siente que le falta algo, le falta esa dignidad que da propiamente el trabajo, que unge de dignidad", resaltó.

En último lugar, Francisco hizo hincapié sobre la necesidad de generar fuentes de trabajo diversificadas, ya que "al ser diversificadas abren el camino para que las distintas personas encuentren el contexto adecuado para desarrollar sus propios dones, ya que no todos tienen las mismas capacidades e inclinaciones".

"Por esta senda, creo que el diálogo entre los empresarios y los trabajadores es no sólo indispensable sino también fecundo y prometedor", cerró el sumo pontífice.