Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, calificó el atentado que sufrió la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, como lo más grave desde la vuelta de la democracia ya que, manifestó, el objetivo del atacante “era deshacerse de la vicepresidenta”.

Ante ese panorama de horror por lo acontecido, se convocó de urgencia a la oposición a Plaza de Mayo pararepudiar sin dobleces y sin grises lo que ocurrió, porque el ataqueno es producto de un desquiciado, sino parte de un “contexto” en el que crecieron “los discursos de odio”

Por otro lado, el gobernador señaló en una conferencia de prensa, luego de mantener una reunión con su gabinete que “pensábamos que en la Argentina la violencia política y la muerte por motivos políticos ya no existían más y, sin embargo, hace días estamos escuchando a determinados sectores de medios de comunicación y de la sociedad con un discurso no solo de odio, sino que hemos visto guillotinas, horcas y bolsas mortuorias”.

Luego de que este jueves la vicepresidenta sufriera un atentado al llegar a su casa, ubicada en Juncal y Uruguay, y por el cual está detenido Fernando Andrés Sabag Montiel, Kicillof convocó a la oposición a “repudiar” con “contundencia” el ataque y a “repensar, reflexionar y revaluar las propias acciones”, porque, afirmó, “de esta manera no hay país absolutamente para nadie”.

El exministro de Economía de CFK sostuvo que el oficialismo provincial no está “viendo esto solamente como un atentado” contra la vicepresidenta, “sino como un atentado contra la democracia”. “De ninguna manera puede considerarse como una cuestión individual por el estado mental de una persona. Es imposible o malintencionado considerar esto como el acto de una persona desequilibrada que aleatoriamente decide gatillar un arma e intentar matar a una persona conocida”, agregó. 

Este jueves, luego de que un hombre le gatillara dos veces en la cara a la vicepresidenta al llegar a su casa en la esquina de Juncal y Uruguay, Kicillof viajó hasta el barrio de la Recoleta. Fue una de las pocas figuras del oficialismo que se reunió con la titular del Senado tras el intento de magnicidio.