El dirigente social de Patria Grande, Juan Grabois regresó de su viaje a Italia y vivió un tenso momento en el Aeropuerto de Ezeiza, cuando, mientras hacía la fila para ingresar al país, fue increpado por decenas de personas en Migraciones.

En medio del escrache, el referente piquetero respondió al abucheo con gritos e insultos, por lo que tuvo que intervenir la Policía de Seguridad Aeroportuaria a correrlo del lugar para evitar que la situación pasara a mayores.

En los videos registrados por los pasajeros que se encontraban allí, se observa a un Grabois enérgico, que al grito de “cobardes” decidió enfrentar a quienes lo increparon. “¿Saben cuál es la diferencia con nosotros? Que nosotros tenemos coraje. Yo nunca le robé absolutamente nada a nadie, laburé toda mi vida”, afirmó.

“Bienvenido al paraíso”, se escucha decir a la persona que filmó el primer video difundido en las redes sociales. En otra publicación, el dirigente social tuvo un careo con un pasajero a quien le recriminó no saber su nombre: “No te animás a decirlo, sos un cagón”.

Ante el insulto, una mujer le gritó a Grabois que no sea agresivo y le pidió al pasajero que no le dijese su nombre y apellido. “Tenés miedo de decir tu nombre”, reiteró Grabois. Y agregó: “Vos sabés mi nombre y yo no sé el tuyo. Bajá la manito. Yo nunca le hice daño a nadie”.

Posteriormente, Grabois sostuvo que todo se inició porque comenzaron a llamarlo “vago” y “chorro”. “El fascismo avanza cuando nos dejamos amedrentar por patotas sean organizadas o espontáneas que se sienten con derecho a agredir al que piensa distinto”, dijo.

“No voy a aceptar que por odio ideológico se pretenda suprimir y amedrentar a ningún dirigente de ningún partido u organización, y reivindico el derecho a defensa frente a cualquier forma de agresión grupal, física o verbal”, explicó en diálogo con Perfil.

También narró una situación que vivió luego de que se calmaran los ánimos en el lugar: “Vino una abuelita, me abrazó, me pidió una foto, me dijo algo lindo y se callaron todos. A veces un gesto de amor silencia una situación violenta. Se lo agradezco mucho. Era una señora que vivía en Alemania. Pero seguía nuestro trabajo acá”.